No le falta razón a quienes afirman que en una guerra comercial o arancelaria no hay ganador. China es uno de los que así lo consideran y la presidenta de México coincide en dicha visión. Sin embargo, queda la impresión que Claudia Sheinbaum se está equivocando en las formas que ha elegido o que le han impuesto -no lo sabemos- para manifestarlo.
Una carta dirigida al soberbio presidente electo de los Estados Unidos de América, Donald Trump, no parece ser el medio correcto para fijar una postura en un tema de la relevancia a tratar. Pero el tono con que se redacta la misiva es aún más lamentable.
Es difícil imaginar que la doctora Sheinbaum haya dictado tal contenido. Cuando en la conferencia mañanera de este martes dio lectura a la carta que anunció enviaría al polémico magnate estadounidense, no era su voz la que se escuchaba, era posible percibir al expresidente Andrés Manuel López Obrador en cada una de las palabras. Se me ocurre pensar que, o es el tabasqueño quien continúa con el gusto de redactar cartas -como lo hizo durante su sexenio para reclamar causas perdidas al rey de España, al gobierno de Austria y al propio Papa Francisco-, o el mismo asesor de AMLO se quedó a formar parte del inventario heredado en Palacio Nacional.
Hay que recordar que Donald Trump dijo el lunes que desde el primer día de su mandato impondría aranceles a todos los productos procedentes de Canadá, México y China que entrarán en Estados Unidos; una medida que perturbaría las cadenas de suministro mundiales e impondría elevados costos a las empresas que dependen de hacer negocios con algunas de las mayores economías del mundo.
Lo anterior, fue expresado en una publicación en Truth Social. Trump mencionó una caravana de migrantes que se dirigía a Estados Unidos desde México, y dijo que utilizaría una orden ejecutiva para imponer un arancel del 25% a los productos procedentes de Canadá y México hasta que las drogas y los migrantes dejaran de entrar por la frontera.
“¡Este arancel permanecerá en vigor hasta que las drogas, en particular el fentanilo, y todos los inmigrantes ilegales pongan fin a esta invasión de nuestro país!”, escribió el presidente electo.
“Tanto México como Canadá tienen el derecho y el poder absolutos para resolver fácilmente este problema latente hace mucho”, añadió. “Por la presente exigimos que utilicen este poder y, hasta que lo hagan, ¡es hora de que paguen un precio muy alto!”.
En un mensaje aparte, Trump también amenazó con imponer un arancel adicional del 10% a todos los productos procedentes de China, afirmando que este país estaba enviando drogas ilegales a Estados Unidos.
“Representantes de China me dijeron que impondrían su pena máxima, la de muerte, a cualquier narcotraficante que fuera sorprendido haciendo esto pero, desafortunadamente, nunca lo hicieron”, dijo.
En conjunto, las amenazas arancelarias constituyeron un dramático ultimátum contra los tres mayores socios comerciales de Estados Unidos, y una medida que amenaza con sembrar el caos en las relaciones diplomáticas y económicas de Estados Unidos incluso antes de que Trump ponga un pie en la Casa Blanca.
Y como era de esperar, la noticia de los aranceles hizo saltar inmediatamente las alarmas en las tres naciones, con las monedas de Canadá y México deslizándose frente al dólar y un portavoz de la embajada china en Washington advirtiendo de que “nadie ganará una guerra comercial”.
De acuerdo con el influyente diario estadounidense, The New York Times, “los aranceles también tendrían graves repercusiones para las industrias estadounidenses, incluidos los fabricantes de automóviles, los agricultores y los envasadores de alimentos, que se dedican a enviar piezas, materiales y productos acabados a través de las fronteras de Estados Unidos. México, China y Canadá representan en conjunto más de un tercio de los bienes y servicios importados y exportados por Estados Unidos, y sustentan decenas de millones de puestos de trabajo estadounidenses.
Los tres países juntos compraron más de 1 billón de dólares de exportaciones estadounidenses y proporcionaron casi 1,5 billones de dólares de bienes y servicios a Estados Unidos en 2023″.
En respuesta, la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, aseguró este martes en su conferencia de prensa matutina que enviaría una carta al presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump. Y cuando dije antes que equivoca las formas me refiero a lo siguiente:
En el texto, Sheinbaum prácticamente le reprocha a Trump desconocer el tema de migración cuando le refiere:
“Probablemente no esté al tanto que México ha desarrollado una política integral de atención a las personas migrantes de diferentes lugares del mundo que cruzan nuestro territorio y tienen como destino la frontera sur de Estados Unidos de América…”.
Le reprocha;
“Si un porcentaje de lo que Estados Unidos destina a la guerra se dedica a la construcción de la paz y el desarrollo, se estará atendiendo de fondo la movilidad de las personas”.
Le vuelve a reprochar:
“Por otro lado, y por razones humanitarias siempre hemos manifestado la disposición de México para evitar que siga la epidemia de fentanilo en los Estados Unidos, que por lo demás es un problema de consumo y de la salud pública de su país”.
Le espeta:
" Usted debe estar al tanto también del tráfico ilegal de armas que llega a mi país desde los Estados Unidos, el 70% de las armas ilegales incautadas a delincuentes en México provienen de su país, las armas no las producimos nosotros, las drogas sintéticas no las consumimos nosotros, los muertos por la delincuencia para responder a la demanda de drogas de su país, lamentablemente los ponemos nosotros”.
Y amaga:
“Presidente Trump, no es con amenazas ni con aranceles como se va a atender el fenómeno migratorio ni el consumo de drogas en Estados Unidos, se requiere de cooperación y entendimiento recíproco a estos grandes desafíos, a un arancel vendrá otro en respuesta”.
Sheinbaum también advirtió que las principales empresas exportadoras de México a Estados Unidos, como lo son General Motors, Stellantis y Ford Motor Company, quedarían vulnerables con el impuesto mencionado y advirtió que el principal riesgo será la pérdida de empleos.
Así las cosas, primero fue el golpe de Donald Trump al peso mexicano con la amenaza de 25% de aranceles a los productos hechos en México que Estados Unidos importa. La presidenta Claudia Sheinbaum respondió firme: “a un arancel, va otro en respuesta” y enseguida la calificadora Moody’s lanzó una advertencia a las autoridades mexicanas.
De acuerdo con los pronósticos de la calificadora, la economía de México crecerá menos a causa del llamado “efecto Trump”. Por esa razón, Moody’s recortó el pronóstico de crecimiento del PIB de México a 1.2%, desde el 1.5% previo.
Por si fuera poco, Moody’s advirtió que “habrá efectos colaterales” como: depreciación del peso, caída de las remesas y un impacto en la inflación en México.
La calificadora enfatizó que la “economía mexicana” será una de las más expuestas a los efectos negativos de las posibilidades económicas” de Donald Trump. “México será afectado tanto en su economía como en su mercado financiero. Las políticas estadounidenses que causarán los efectos adversos más significativos en México son la de aranceles e inmigración.
“También habrá efectos colaterales de otras medidas, como la reducción esperada en la tasa de impuesto corporativo en los Estados Unidos, la cual afectará la competitividad fiscal de México”, asegura Moody’s.
El documento publicado por Moody’s añade que los “efectos adversos” afectarán a la baja el desempeño económico de México, particularmente en los próximos dos años. Principalmente, la economía mexicana será afectada en la inversión y las remesas, mientras que el sector financiero se verá sacudido por la aversión al riesgo y la volatilidad.
Además de la imposición de nuevos aranceles, el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, endurecerá las medidas contra la migración, amenaza que afectará el envío de remesas a México, cuyo boom se apagó en septiembre pasado, lo que se traducirá en una desaceleración de la economía mexicana.
Además de recortar el pronóstico de crecimiento del PIB de México, Moody’s establece que el escenario económico incluye “una depreciación del peso frente al dólar de 10% respecto al nivel actual”.
También se prevé un impacto en la inflación en México. Moody’s estima que aumentará a un rango de 4 a 5% para finales de 2025, mientras que “en 2026 la recuperación será lenta y estará condicionada al entorno económico global y al desempeño del comercio internacional”.
Y las preguntas surgen:
¿Quién escribió la carta? ¿El tono que se usa es el correcto para tratar con un personaje explosivo y de formas complejas cómo Trump? ¿Es Juan Ramón de la Fuente, el canciller mexicano un nuevo florero en el actual régimen? Marcelo Ebrard, a quien Trump se jacta de haber “doblado” ya una vez ¿es la figura adecuada para volver a tratar con él? Y por último, ¿quién asesora a la presidenta?
X: @salvadorcosio1