Norma Piña milita, ideológicamente, en la más lamentable derecha, la priista. Pero SÍ es licenciada en derecho: cumplió satisfactoriamente con todos los requisitos académicos.
Yasmín Esquivel milita, ideológicamente, en la mejor izquierda, la de Morena. Pero NO es licenciada en derecho, no puede serlo: plagió su tesis.
Norma Piña, como ministra presidenta de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, no tuvo habilidad política para relacionarse con un gobernante excepcional, el presidente Andrés Manuel López Obrador. Pero SÍ es doctora en derecho: logró el título con decencia.
Yasmín Esquivel, como ministra de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, ha apoyado a un presidente histórico, Andrés Manuel López Obrador. Pero NO es doctora en derecho. Tiene el título, pero lo consiguió con trampas: plagiando otra tesis.
Ridículo que la NO licenciada en derecho —tampoco es doctora— pida la renuncia de la que SÍ estudió la licenciatura y el doctorado.
Antes de exigir la renuncia de nadie en la corte suprema, Yasmín debería volver a las aulas y elaborar una tesis, es decir, otra distinta, en la que no copie páginas y más páginas del trabajo redactado por alguien más.
Ojalá el resto de ministros y ministras por ningún motivo le sigan el juego a la grilla Yasmín en su absurda petición. Más bien, en este momento tan complicado para la SCJN, deben apoyar todavía más a Norma Piña.
No me cae bien la ministra presidenta por su fanatismo anti AMLO, pero no tiene por qué dejar una responsabilidad tan importante solo porque no le dio la razón al mejor presidente de México. No es pecado estar en contra y, a veces, eso es una virtud.