El senador Bob Menéndez, demócrata que presidió el Comité de Relaciones Exteriores, acusó en algún momento al presidente Andrés Manuel López Obrador de “negarse a colaborar para detener el tráfico de fentanilo” y sugirió en algún momento que eso podría ser que su gobierno estaría “infiltrado por el narcotráfico”.

Por supuesto, el traidor a sus orígenes, Menéndez, jamás presentó ninguna prueba de lo que dijo. De lo que sí hay pruebas es de que, según CNN, el político “ha sido acusado de aceptar presuntamente cientos de miles de dólares en sobornos, según el Departamento de Justicia”.

Los fiscales de EU señalan que el senador Menéndez y su esposa aceptaron barras de oro y sobres llenos de dinero en efectivo de empresarios de Nueva Jersey.

Las autoridades alegan también que el senador y su esposa aceptaron el dinero para ayudar secretamente al gobierno egipcio.

¿Seguirá el corrupto Menéndez con sus bravuconerías después de esto, si es que no es expulsado del senado y del Partido Demócrata?

Dicen por ahí que “más rápido cae un hablador que me cojo”. O, cómo decía un amigo, mitad en broma, mitad en serio: “más rápido cae un hablador que me cojo”.