Como les había compartido en columnas anteriores, el desaguisado de Boeing no solo tiene consecuencias en la fabricante de aviones, sino que las repercusiones van allende sus fronteras.
El caso es que los vericuetos en los que Boeing se ha visto involucrado, han derivado en múltiples incumplimientos en la entrega de aviones en el tiempo acordado con las aerolíneas y arrendadoras de equipos; pedidos que habían hecho con años de antelación. Esto ha creado una crisis dentro de la industria aérea.
A tal grado que Willie Walsh, director de la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA por sus siglas en inglés), según lo recopila Reuters, declaró lo siguiente:
“Los retrasos en las entregas de los fabricantes de aviones Airbus y Boeing son enormemente frustrantes, y aún no han mejorado”.
Willie Walsh, director de la IATA
Y es que este tipo de retrasos no solo trae aparejadas las modificaciones que tienen que hacer las aerolíneas en su planeación operativa; las afectaciones son tales que están dañado a compañías aéreas que prefieren prescindir de los servicios tanto de pilotos como de sobrecargos, pues se están ajustando a su flota actual.
Imaginen cómo está el panorama al otro lado del océano, que la aerolínea reina del bajo costo Ryanair ha confirmado que viene en franco decrecimiento operativo, derivado de los retrasos en la entrega de su flota aérea.
No solo afecta a las aerolíneas de bajo costo. Algunas aerolíneas grandes han tomado medidas como la reducción de rutas, como es el caso de British Airways o Lufthansa. A esto hay que sumarle el más reciente anuncio de Airbus, que es el recorte de más de 2 mil 500 trabajadores en el área de desarrollo aeroespacial.
Y es que Airbus, la fabricante francesa de aviones, ante los retrasos evidentes de Boeing, tiene la presión de concentrarse en sacar su producción de aviones más rápido, pues no puede darse el lujo de atrasarse en sus entregas.
No podemos dejar a un lado que Airbus ha tenido problemas con el tema de los suministros; la guerra entre Ucrania y Rusia ha traído como consecuencia la ralentización en sus procesos de producción.
Hay que decirlo así, algunas aerolíneas se están quejando ante la IATA del por qué las líneas aéreas chinas sí pueden sobrevolar el espacio aéreo ruso. Ante eso el director Willie Walsh declaró: “Desde el punto de vista de la IATA, nuestra opinión es que el espacio aéreo ruso debería estar abierto a todo el mundo. Es una cuestión política, no de seguridad”.
Esto da pie a la siguiente acción de la IATA: instar a los gobiernos a proteger su aviación civil. Pero no únicamente lo que se enfoca a las aerolíneas, sino que también incluyen dentro de esta declaración lo referente a la infraestructura aeroportuaria y la navegación aérea, resaltando las políticas que los países toman ante los conflictos bélicos.
Por esta razón, Walsh considera que la aviación civil tiene como propósito ser el eje que hermane a los países, trascendiendo la política. Eso ha quedado claro desde que entre las naciones se firmó el famoso Convenio de Chicago, después de la Segunda Guerra Mundial, que actualmente rige a la aviación (la nuestra incluida) a nivel mundial.
De verdad que entiendo perfectamente a Willie Wlash, y no puedo más que coincidir. Al final toda la infraestructura y los beneficios que se hagan en favor de la aviación civil no deben de ser bandera política de nadie; es un bien para cada nación y sus pobladores.
Por supuesto que el director de la IATA no puede abstraerse del tema de Boeing. Ya vimos que una queja es respecto a los retrasos en las entregas, pero durante una conferencia que tuvo en Dubái, aprovechó para externar que a pesar de todo, el actual CEO de la empresa estadounidense, Kelly Otberg, está tomando las riendas de la fabricante de manera adecuada.
Eso ya lo veremos. Comprobaremos si los recortes de personal anunciados en Boeing son “lo más adecuado”, porque el horno no está para bollos. A pesar de las proyecciones que se hicieron durante la pandemia, previendo un crecimiento una vez pasadas las restricciones de viajes, y que el boom por viajar menguará, lo normal es un asentamiento en el crecimiento de las operaciones aeronáuticas.
La llegada de esta meseta, más rápido de lo normal, preocupa a gente como el director de la IATA Willie Walsh, pues hasta hace un año las proyecciones que se habían realizado es que la aviación civil iba en franco crecimiento, pero ahora resulta que no es así, lo que trae repercusiones considerables, como los recortes de trabajadores, que hacen que la industria se “achique”, y eso no es beneficioso para nadie, al contrario.
Aprovecho para anunciarles -no sin cierta nostalgia- que México deja de tener entre su flota comercial el modelo de avión A319, como lo señala el medio Aviación OnLine: “El 1 de octubre de 2024, Volaris retiró su último Airbus A319 basado en México, con matrícula XA-VOC, enviándolo a San Salvador (SAL) por mantenimiento, previo a su devolución al lessor Carlyle Aviation Partners. Aunque el grupo Volaris aún mantendrá dos A319 en su filial de Costa Rica, estos también serán reemplazados pronto.”
Este avión (dependiendo de su configuración) podía transportar entre 124 y 156 pasajeros. Es de menor tamaño que el A320, pero super cómodo para trabajar como tripulación. Un equipo para mí entrañable, que dejará de surcar nuestros cielos. Ni modo, es para que vengan cosas mejores.