La decisión del gobierno brasileño, uno de los miembros fundadores del bloque de los BRICS, de vetar el ascenso de Venezuela como “miembro observador” del que ya es el bloque económico, demográfico y político más importante del mundo abre serias dudas sobre la importancia relativa del gigante sudamericano en la creación del futuro mundo multipolar.
En una serie de sucesos que poco a poco van cobrando sentido, el presidente de Brasil, Lula da Silva no asistió personalmente a la cumbre de los BRICS realizada en Kazán, Rusia, por un presunto accidente doméstico en donde se había lastimado.
Pese a que varias versiones indican que representantes del gobierno de Brasil habían confirmado y “recontraconfirmado” que no se opondrían al ingreso de Venezuela al bloque económico, habría sido el representante de Lula quién terminó por vetar a la nación caribeña.
Para añadir sal y la herida, Lula reapareció al día siguiente de terminada la cumbre en donde habría sido uno de los principales protagonistas junto con Xi Jinping y el anfitrión Vladimir Putin, como si nada hubiera pasado.
Aún se desconocen per se las razones del veto de Brasil. ¿No quiere Lula que otro país de sudamérica le haga sombra, menos una potencia energética como Venezuela? ¿Sufre de fuertes presiones de los Estados Unidos? ¿Es manipulado por servicios de inteligencia?
Misterio. Y mientras tanto, Nicolás Maduro, presidente electo de Venezuela reconocido por Xi Jinping y Putin, pide explicaciones al veto. Quizás Brasil termine siendo la rueda más débil de lo BRICS, no India, ni Sudáfrica.