Una vez que pasó el espectáculo montado en torno al juicio de Genaro García Luna, queda otro personaje que ya fue juzgado, sentenciado y condenado, no por una autoridad judicial, sino desde el púlpito matutino de Palacio Nacional.

AMLO no desaprovechó la oportunidad de erigirse en juez para descalificar, acusar y señalar a quien lo derrotara en las urnas en el año 2006; Felipe Calderón, mismo que se ha convertido en su excusa preferida y a quien saca a colación en todas las ocasiones posibles, especialmente cuando requiere bolas de humo para ocultar las incapacidades de su gobierno.

La ofensiva y ridícula respuesta de López Obrador, es que “los gringos” pretenden invadir México para derrocarlo y por tanto la culpa es de Calderón.

Sin duda, muchas preguntas quedan en el aire, sobre lo que pasó en el sexenio del michoacano y los errores que se cometieron en el combate a la delincuencia organizada. No obstante, pretender responsabilizar al antecesor de Enrique Peña Nieto de todos los males en la materia, es por decir lo menos, una peligrosa ligereza.

¿Invasión o inversión?

Todo obedece a un montaje mediático, una puesta en escena perfectamente estructurada entre los publirrelacionistas de Donald Trump y los de AMLO. El expresidente republicano insulta a México toda vez que necesita endurecer su posición para conseguir más apoyo de los ultraconservadores, convirtiendo a nuestro país “en una amenaza” que empezó por los migrantes y pasó prácticamente de inmediato a los carteles de la drogas, narrativa usada para deslizar la inexistente posibilidad de “intervenir México”.

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Cuatro congresistas republicanos con poca influencia han pretendido presionar a la administración Biden para que, como lo hacía Trump, endurezca su posición contra México. Curiosamente, AMLO en lugar de presentar una posición oficial seria, decidió usar electoralmente -como prácticamente hace con todo- las declaraciones de estos legisladores, para exacerbar un falso nacionalismo y fiel a su costumbre, pidió al pueblo de México, la defensa a “su presidente”. ¡Vaya respuesta miserable y cobarde!

El ultraconservador Ted Cruz pretendiendo mostrar a Biden como débil aseguró: “Cuando Trump fue presidente, AMLO era el mismo izquierdista antiestadounidense, pero tenía miedo a Trump... AMLO envió soldados a la frontera”. El tabasqueño con su respuesta, fortalece esa posición pues se “envalentona” y finge una lucha por México, que está más cerca de ser una posición entreguista a quien fuera su homólogo en los primeros meses de su gobierno.

Calderón Responde

Luego de la andanada de acusaciones por parte de AMLO, los miembros de su gobierno y supuestos líderes de opinión cercanos y pagados por el oficialismo, Calderón finalmente respondió y, aunque dijo respetar el fallo, señaló que tiene “muchas dudas” sobre el veredicto del jurado que declaró culpable a quien fuera su Secretario de Seguridad Publica.

Sin embargo, AMLO todo el tiempo ha asegurado que existen elementos para sostener que durante el gobierno de Felipe Calderón imperó un “narcoestado”, aunque el argumento principal del originario de Macuspana, es que el gobierno del panista fue “espurio” y violatorio de la Constitución.

Lo cierto, es que después de más de cuatro años que llegaron al poder los morenistas, surgen algunas preguntas:

¿Cuántas carpetas de investigación se han aperturado en la Fiscalía General de la República sobre los posibles vínculos del expresidente Calderón con el crimen organizado?

En caso de existir, ¿cuáles son los elementos de prueba que ha presentado el gobierno federal, para sostener esas acusaciones?

¿Por qué el gobierno mexicano teniendo todos los elementos con los que dice contar, no juzgó en nuestro país a García Luna?

¿Por qué el ex Secretario de Seguridad Pública sigue el proceso en Estados Unidos y no en México?

Como es del conocimiento de todos los mexicanos, en la primera mitad del gobierno de López Obrador, se realizó una consulta pública (por cierto muy costosa para el erario y muy pobre en participación ciudadana) para llevar a juicio político a los expresidentes, sin que hasta el momento haya pasado absolutamente nada.

A la luz de los datos oficiales, no hay hasta el momento indicio alguno de que se quiera en México, tratar con seriedad y suma responsabilidad un tema como este. Incluso, la información con la que contamos es que en el gobierno de AMLO la inseguridad ha aumentado a pasos agigantados y la posible vinculación del poder político con miembros del crimen organizado apuntan hacia los morenistas.

La Ley sí es la Ley

Calderón en todo caso debería ser juzgado por las leyes mexicanas y responder en este país sobre sus acciones de gobierno, y no en la mañanera. Alimentar falsas afirmaciones sólo divide a México e inhibe la aplicación de la justicia, por parte de quien está obligado constitucionalmente a aplicarla. Propaganda no es justicia.

Un dato para la reflexión y el análisis, es que en todas las declaraciones de los testigos durante el juicio celebrado en Brooklyn en contra de García Luna, nunca mencionaron a Felipe Calderón. En cambio el Mayo Zambada, testigo estrella de la fiscalía estadounidense, en su declaración de 2013 durante el juicio contra Joaquín Guzmán “El Chapo”, aseguró que había entregado apoyo “en cash” para una campaña electoral a Gabriel Regino, entonces subsecretario de Seguridad Pública con Marcelo Ebrard y López Obrador.

De seguir así, sin guiarse por la Ley y sin verdaderas acciones para combatir la inseguridad y la corrupción, “le saldrá el tiro por la culata” y Calderón en lugar de pasar a la historia como pretende el presidente, será recordado como una víctima y perseguido político.