El título de esta columna tiene el propósito de que usted, estimado lector y usuario de las líneas aéreas, constate que no sólo en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM) hay caos.
Diversos personajes en redes sociales externaron, durante este fin de semana, que el caos en el AICM es terrible; dichos señalamientos van encaminados a sugerir que existe un plan malévolo, por parte de Andrés Manuel López Obrador (AMLO) para dejar abandonadas las instalaciones aeroportuarias y así “obligar” a que todas las operaciones muden al nuevo aeropuerto, ese que se construyó por mero capricho y al cual nadie quiere ir, o sea al Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA).
Algunas quejas fueron en torno a la falta de agua de en AICM, en especial la Terminal 2 que, siendo claros, fue construida por en el sexenio de Vicente Fox y desde sus inicios el edificio ha padecido de un sinnúmero de deficiencias.
Por otra parte, la Terminal 1, que fue construida por Mexicana de Aviación, es una terminal que ha ido creciendo al paso de los años; en efecto, las instalaciones tienen más de 50 años. Es una realidad, nadie puede ocultar el estado de ambas edificaciones; están ahí, una gritando lo vieja que es y la otra lo mal que se construyó.
Pero las quejas sobre ambas terminales que inundaron distintas redes sociales también versaron sobre la tardanza que padecieron los usuarios para recibir su equipaje tras arribar al AICM. Muchos, responsabilizaron directamente al aeropuerto, y ya encarrerados ¿por qué no?, a la Secretaría de Infraestructura Comunicaciones y Transportes. Conozco el encono y frustración que generan estos retrasos, pero tengo que decirlo, culpar de esto a la SICT es un craso error.
Como muchas industrias, la aeronáutica de nuestro país ha pasado por distintas facetas; desde ser pionera e innovadora, hasta enfrentarse a pandemias mundiales que de un día para otro la dejaron con el 80% de sus operaciones en tierra, buscando la forma de no sucumbir.
Aerolíneas han reducido personal de rampa
Una de las estrategias utilizadas fue precisamente la incursión de empresas de outsourcing, ahora llamadas “Empresas de servicios especializados”. Antaño, el personal de rampa, es decir los encargados de subir y bajar su equipaje y colocarlo en las bandas, eran empleados directos de las aerolíneas. Ahora ya no.
Aeroméxico Sistem es la división de la empresa que siempre ha brindado ese servicio a la empresa del Caballero Águila, pero que se vio afectada por un serio recorte cuando la compañía aérea entró al Capítulo 11 de la Ley de Quiebras en los Estados Unidos. Desde entonces, en muchas de sus estaciones (aeropuertos) donde mantiene operaciones aeronáuticas, fue recortado un porcentaje considerable del personal, y este fue recontratado en las diversas empresas especializadas que ofrecen dichos servicios, como Menzies, SwissPort, Grupo Orión, MEBC Apoyo Terrestre, entre otros.
Así lo reconoció su Director, Andrés Conesa, ante el periódico El Economista el 30 de julio del 2021: “Aeroméxico busca reducir costos en servicios de tierra”. Esto significa que estamos ante una aerolínea que no se da abasto con el personal de rampa ante la creciente demanda de vuelos, ¿por qué?, porque los trabajadores que le dan servicios también le dan los mismos servicios a VivaAerobus a Volaris y a todas las aerolíneas extranjeras que aterrizan en el país.
Para ser más claros en la exposición: a la plantilla de Aeroméxico Sistem le recortaron 515 trabajadores sindicalizados y 224 no sindicalizados, que trabajaban en toda la República. Esto es, el personal de rampa que labora en la Ciudad de México (Aeroméxico Sistem) es de alrededor de 200 trabajadores, y es variable el número de trabajadores de rampa de las empresas de outsourcing. Entre ellos deben atender, en promedio, 60 operaciones por hora. Hagan ustedes las matemáticas de cuánta gente es necesaria para cargar y descargar un avión, considerando que muchas de esas operaciones están con escasos minutos de diferencia entre una y otra.
A eso hay que sumar el descontento de los trabajadores que, con pretexto de la pandemia, están cobrando la mitad de su salario. Así es, los trabajadores de rampa ganaban -antes de la pandemia- entre 8 mil y 10 mil pesos al mes; ahora ganan entre 4 y 5 mil pesos mensuales. Ellos mismos lo manifiestan: “apenas saco para los pasajes”. Un salario castigado, y con jornadas laborales entre 12 y 16 horas, pues en los casos en que un trabajador no se presenta a trabajar, los que asisten deben doblar turno.
En Canadá, Estados Unidos, España y Reino Unido se vive lo mismo que en el AICM
Por supuesto que este fenómeno no es exclusivo del AICM, y aunque lo repitan una y otra vez en las redes sociales, tampoco forma parte de un plan malvado para darle vida artificial al AIFA. Todo esto es forma parte del “regreso a la normalidad” en la industria aeronáutica. Y esto está pasando en todo el orbe.
Los voy a llevar de paseo por el mundo para que observen que esto que pasa en el AICM lo vemos replicado en otras terminales aéreas. Primero, la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA) urge a los aeropuertos de Canadá reducir sus demoras, lo que ha ocasionado tan solo una afectación a 100 mil pasajeros por semana. Peter Cerdá, vicepresidente regional de IATA en las Américas, ha sido enfático en que “se debe considerar urgentemente eliminar las últimas restricciones en los viajes relacionadas con el COVID-19 y trabajar con la industria en políticas y procesos que permitan a los pasajeros pasar por los aeropuertos sin demoras indebidas”.
Otro caso es el del aeropuerto de Amsterdam Schipol, que después de una conflictiva semana de demoras y cancelaciones, la aerolínea KLM ha llegado incluso a cancelar todos los vuelos de media distancia, debido a la falta de personal en el aeropuerto.
Estados Unidos no se queda atrás y tiene números “de miedo”: reportó que más de 1,124 vuelos habían sido cancelados hasta las 9:00 a.m. de este lunes, según el sitio web de seguimiento de vuelos FlightAware. Eso siguió a más de 2,300 cancelaciones el viernes y otras 1,500 el sábado pasado.
España también ha sido víctima, principalmente su aeropuerto de Barajas, en la que Iberia ha denunciado la situación de caos que se ha vuelto a generar en la zona de inspección de pasaportes de la T4, provocando retrasos en sus operaciones de salida.
Así como el Reino Unido trabajará para impedir un nuevo caos en los aeropuertos, ya que solo hasta el miércoles de la semana pasada, EasyJet había cancelado ya más de 200 vuelos para esta semana y hasta el próximo 6 de junio desde el aeropuerto londinense de Gatwick, también por falta de personal.
Quiero por último replicar una queja, que recoge el medio 20 Minutos de España sobre las peripecias de un pasajero:
Tony, residente en Vigo, tenía que volar a Oporto desde Manchester.
“Al volver, la cosa empezó mal ya en el control. Había muy pocos trabajadores, muy pocos medios, y muy mala organización. Los empleados encargados del fast track (acceso preferente) estaban de brazos cruzados, en lugar de ayudar al acceso del resto de los pasajeros. Una vez traspasado el control, la situación no mejoró. El establecimiento del Kentucky Fried Chicken (KFC) bajó la persiana a las 18.00, la cafetería de la cadena Costa estaba cerrada y las tiendas, desabastecidas, rememora. ‘Es la primera vez que he cenado en un avión’, apunta con sorna Tony.
“El comandante nos informó de que la retirada de las maletas del vuelo anterior no comenzaría hasta las diez y la realizaría una sola persona, la misma que después tendría que cargar las nuestras... Ya en nuestros asientos comenzamos a escuchar que toda esta situación se debía a la falta de personal en el aeropuerto de Manchester, que provocaba que no se pudieran atender de buenas maneras todos los aviones”,
“Y una vez sentados, todavía tuvieron que esperar hasta las 23:30 -tres horas de retraso con respecto al horario previsto- a que el avión despegara. No obstante, para aligerar la espera del pasaje, la tripulación abrió el servicio de bebidas para que los viajeros pudieran, por lo menos, hidratarse. En este sentido, Tony agradece a los trabajadores de Ryanair su desempeño, pues prefirieron permanecer en sus puestos, aunque ya habían sobrepasado su jornada laboral y debían estar descansando.”
¿Le suena familiar querido lector? Claro, lo mismo ocurre en el AICM, falta personal y los bajos salarios que ofrecen las empresas ahondan más en la problemática. Toda la temporada vacacional será un caos, habrá largas filas y las quejas de los pasajeros se acrecentarán, es un fenómeno mundial y así lo debemos de entender.