Como Veo Doy
Alguien dijo, muy apreciado Lector, que el día de las elecciones debía ser una Fiesta Cívica. Caras sonrientes llenas de esperanza, jóvenes bromeando, padres y niños bañados, bien vestidos y peinados haciendo fila para sufragar por el candidato y el partido de su preferencia, sin otro pensamiento que, de resultar electo, cumpla con las promesas vehemente ofrecidas, aunque resulten puro jarabe de pico.
Este próximo 6 de junio, domingo de elecciones, de plano no habrá fiesta y el poco civismo que nos quedaba se convirtió en cinismo. La esperanza por una mejor vida a cambio del voto, en esta ocasión se convertirá no en un voto a favor de cierto candidato, si no un voto de odio de un elector a otro en razón de votar a favor de Morena o a favor del PriAn. Los demás son comparsa. Unos votarán por salvar a la Patria de una dictadura y otros por salvarla de los buitres que le comen las entrañas. Ambos mensajes ensucian la vida nacional.
Ha concluido el 7º round de la batalla electoral
Los enemigos, que no adversarios, permanecen en pie, sangrando profusamente y dándose con todo. Así lo publican: ¡Va con todo! ¡PRIAN perversa Alianza Electoral! ¡MORENA una desgracia para México!
Si Ud. piensa, crítico Lector, que por el título de esta columna me refiero a la pobre calidad de la campaña electoral, no lo voy a negar, pero la primera intención era reiterar con datos de FORBES, que solo en la CDMX en las últimas tres elecciones, se levantaron ¡130 toneladas de basura! Saque cuentas de la cantidad de desechos que se producirá en todo el país y las “toneladas” de dinero tirado al sumidero, siendo éstas, ¡las elecciones más grandes de la historia! Campaña sucia, muy sucia.
Lo peor, por una parte, es que la mayoría de los materiales utilizados fueron de polietileno, material de uso prohibido y, por la otra, que también se ha hecho caso omiso de los criterios sostenidos en sentencias de la Sala Superior del Tribunal Federal Electoral que prohíbe la propaganda negativa. ¿Y el INE? Bueno, desbordado, no puede contra todos.
Sintetizando los contenidos de la propaganda en un par de bloques de Partidos, parece que la confrontación es entre las ideologías de “derecha”e “izquierda”, incluidos empresarios e intelectuales a quienes representan. Sin embargo, con toda la prudencia que el caso amerita y con el riesgo de simplificar en extremo, sus integrantes solo son una pequeña parte de la población total que, en la práctica, tienen el mismo fin: controlar el país para la realización de sus intereses, los que sean.
G-84
El problema de fondo en México no es ideológico. En general el ciudadano del G-84, incluyendo al que esto escribe, no tiene ideología, como no sea promulgar una religión que le dé fuerza para buscar el pan de cada día. Dicho esto, lo que queda es una lucha de grupos con intereses políticos y económicos, que necesitan el voto del G-84 para hacerse del poder e imponer su voluntad.
Así las cosas, no es difícil pronosticar que Morena ganará de nuevo las elecciones y junto con sus Partidos afines obtendrá la mayoría calificada, la que puede promulgar una nueva Constitución. Y tiene lógica, ya que si bien el G-84 en general no entiende de números, si sabe mucho de percepciones, pues aún es poco tiempo para que olviden que su situación actual se la deben al PAN y al PRI, sobre todo al PRI. De modo que será difícil que voten por la Alianza que conformaron ellos! Falta poco.
Pese a lo que está ocurriendo, hay otra forma de ver las cosas, gane quien gane: ¡Es inevitable el resurgimiento de nuestro país! Ese potencial descansa precisamente en el G-84, el cual es el verdadero motor para que México crezca y se desarrolle a nivel de potencia mundial. No se debe perder el enfoque sobre este poderoso grupo, materia prima excepcional. Hay que hacerlo detonar y con ello este México será un país con dignidad integral, con justicia social y sin pobreza!
El G-84, para los que aún no lo saben, lo integran 84 millones de pobres que sobreviven en el Cuerno de la Abundancia. Ya basta, ¿no?
Rendijas
“Ni nos beneficia ni nos perjudica, si no todo lo contrario”, LEA. ¡Ah, viejos tiempos!
“Si hay fraude electoral, a ver quién amarra al tigre”, AMLO. ¡Uff, nuevos tiempos!
Imagine Ud. amable Lector, un ring de box. En una esquina el Pueblo Elector; en la esquina contraria los Partidos Políticos. Round 7 de una pelea pactada a 8. Suena la campana para iniciar el round final y el Pueblo Elector, golpeado como un Cristo, sangrante y desmadejado, le pregunta a su entrenador:
–Como voy, ¿crees que aún puedo ganar?
–Claro mi campeón, si lo matas en este round, ¡empatamos!