“La lucha y desesperación por conseguir un empleo público, buscado una forma de vivir sin trabajar, probará finalmente la fortaleza de nuestras instituciones.”

ABRAHAM LINCOLN

Diría el diario Reforma: “esta es una elección kafkiana”. Y sí, estará llena de trampas y de acordeones. Hacer a un lado el mérito es típico en la 4t.

Mas, ¿es innecesaria? Depende de a quién se le pregunte. Ya llegaremos a ello, pero les adelanto que hay un objetivo para no pocos en el Movimiento que hace necesarísima la reforma al Poder Judicial.

Empecemos por decir lo que a estas alturas ya es una obviedad: la exorbitante elección y la reforma toda ella dinamita —no fortalece— al ya de por sí maltrecho Estado de derecho en México. Acción exterminadora de todo ingrediente de independencia y autonomía del Poder Judicial. ¿Consecuencia última, pero paso previo al fin último que tiene todo esto? Concentrar el poder en torno a un partido que actúa como única fuerza político/social en el país. ¿Estamos?

Y aquí entra a lo que voy: lo que Morena requiere con urgencia, además de controlar la impartición de “justicia”, es una nueva gran agencia de colocación. Poder colocar a los miles y miles de integrantes, porristas y votantes de su partido, pues las estructuras con las que cuenta —que son muchas y variadas— ya NO LE ALCANZAN. Dicho en términos muy llanos, todo el Poder Judicial será una bolsa de trabajo para tener a las huestes satisfechas (ojo, no vaya a ser que morenistas y simpatizantes defraudados terminen tomando las calles como lo hace la CNTE).

El INEGI acaba de publicar la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo para el primer trimestre de este año. Los resultados son catastróficos. 486 mil empleos MENOS que en el último trimestre de 2024. ¡Casi medio millón de empleos se perdieron! En esos mismos tres primeros meses del año (enero, febrero y marzo de 2025) tenemos que hay 17.5 millones de trabajadores SIN acceso a los servicios de salud y 12 millones que trabajan sin ningún tipo de prestaciones de ley.

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Ahora bien, para fines de la reflexión que hago en la columna de hoy, poco importa si lo anterior se debe a los descalabros ocasionados por Trump, a la incertidumbre creada por la reforma al Poder Judicial, a la inseguridad que se vive en el país o a algo más. El vivir diario en México es el siguiente: un lugar donde cada día es más complicado conseguir trabajo, si no es que se pierde y las expectativas de crecimiento al menos para este año son malas, tirando a peores. Y eso no dispensa, no exime a la gente de Morena y del oficialismo. A ellos les pasa lo mismo.

¿Cómo colocar, entonces, a los miles y miles de miembros y simpatizantes de la 4t? Dado que la economía no está generando empleos en la cantidad que se requeriría para favorecer a todos los que se suman o se han sumado al oficialismo, ¿qué mejor que tener los puestos de trabajo del Poder Judicial? Son muchos más de los que usted pensaría, estimado lector.

Sí, la reforma es para que los actuales servidores públicos del judicial se queden sin trabajo, pero para que los adeptos al régimen los “ganen”. Bono adicional que es, además, falso: en las cuentas nacionales se dirá se crearon miles de empleos. Ya… muchos de quienes apoyan a la 4t contarán con trabajo.

Pongamos un ejemplo: mientras la ministra presidenta de la SCJN, Norma Piña Hernández tiene a su cargo seis empleados en la Presidencia de la SCJN, lo que nos cuesta a los contribuyentes casi 800 mil pesos mensualmente, la ministra de las palabrotas (me rehusó a decir que es ‘la del pueblo’), Lenia Batres, tiene a su cargo 79 empleados y le cuesta al erario (a los que pagamos impuestos) 5 millones de pesos al mes.

Y esa es la propuesta. Inflar el número de personas que “trabajen” en el Poder Judicial.

Seguro, como siempre, habrá algunos que sí desquiten su sueldo, pero por lo que respecta a la gran mayoría, se tratará de personas cuyo único mérito radica en ser de la 4t o haberla apoyado en pasadas elecciones. Las estructuras morenistas quieren y necesitan otra nueva estructura para repartir más puestos.

Es una desgracia mayúscula que nos costará en conocimiento, experiencia, pero también en una nómina que será más inflada de lo que hoy de por sí existe. Gente incrustada leal a un partido, a su sueldo, a una estructura electoral; no leales a la justicia, a la Constitución, a la nación. Tampoco leales a Sheinbaum.

Una estructura obesa, menos preparada que cobre al Estado en beneficio de los muchos que apoyaron a Morena en el 2018 y en el 2024 y que aún no se pueden colocar.

Esto que está ocurriendo reduce al Poder Judicial a una bolsa de chambones y chambitas. Listos a cumplir la voluntad del que grite más fuerte, del que presuma estar más cerca del poder, de alguien de Morena…