Es importante recordar que el momento histórico en el que sucedió el golpe de Estado en Chile fue dentro del contexto de la Guerra Fría, en donde la Unión Soviética, representaba esquemas de economías centralmente planificadas (sistema comunista) y que la revolución cubana había acentuado su accionar en las relaciones regionales, especialmente en América Latina.

Por su parte, Estados Unidos contemplaba la experiencia chilena, como una ruptura a su hegemonía; algo inaceptable y un pésimo ejemplo para los otros países. Chile era el segundo país que acompañaba a Cuba y ambos representaban un peligro para el país del norte; recordemos la crisis de los misiles soviéticos en el Caribe, que puso en advertencias globales a Estados Unidos; en dicho escenario, la Unidad Popular y Allende constituían riesgos evidentes para la dominación estadounidense.

Hubo políticas públicas implementadas por el país del sur, que estresaron a distintos grupos sociales dentro del país, especialmente a la clase media y alta que se sintieron amenazados y en desacuerdo. Por ejemplo, el Decreto 520 que permitía la intervención de empresas, capturando su gestión, sin afectar la propiedad de las mismas. Sobre este escenario fue que los organismos de inteligencia estadounidenses encontraron tierra fértil; el descontento social también aumentó por la tremenda inflación y falta de productos, gracias al acaparamiento de los mismos por civiles que alimentaban la incomodidad y descontento social.

Es de suma importancia, aclarar que Salvador Allende ganó con el 36 o 37% del electorado, en una elección muy dividida en 3 sectores, en donde el candidato de la derecha obtuvo un 35% y el partido Demócrata Cristiano centrista, logró alrededor de un 22%; en este contexto, Allende fue obligado a concertar un estatuto de garantías que exigió el mencionado partido del centro. El estatuto de garantías fue exigido al presidente, porque, el Congreso tenía que ratificar la elección de Allende, cuestión que condicionó bastante la gestión de la Unidad Popular encabezada por Salvador Allende.

Conviene mencionar, que en la primera etapa del gobierno logró nacionalizar el cobre por unanimidad aprobada del propio Congreso, y que dicha gestión fue respaldada por más del 40 y casi 50% del padrón electoral en las elecciones municipales y parlamentarias. Después de dicho apoyo, la Unidad Popular, diseño 2 políticas, una mesurada del presidente apegada a la realidad y otra radical, abstracta y retórica, impulsada por el Partido Socialista y el MAPU.

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La intención del gobierno allendista, de trasformar con justicia social, el sistema económico, exigía una amplia mayoría que no se logró por decisiones extremistas de sectores del gobierno que provocaron caos y desorden en la producción y abasto de alimentos y servicios de primera necesidad.

Complicado es, que todos estén de acuerdo en algo y parece más fácil la confrontación y polarización que hasta el día de hoy, derivado del golpe, subsiste en la sociedad chilena.