IRREVERENTE

Les platico: Perdón, síndicos y regidores. Todo México está lleno en cada municipio, de tipos (ambos sexos) que buscan salir de su miseria económica y moral, vendiéndose a los alcaldes que les ponen precio a sus dedos o manos levantados en las sesiones de los “ciclismos”, perdón, de los cabildos.

Todavía se tratara de comunidades pobres perdidas en las sierras de Oaxaca y Guerrero, quizá se entendería.

Pero cuando hablamos de uno de los municipios más ricos de México, entonces son palabras mayores.

Miguel Treviño, alcalde de terraplén, se cree cacique; el muy mula emula a AMLO en lo peorcito que tiene el presidente, porque cree que así logrará la popularidad que le permitirá ser el próximo gobernador de NL. De que hay p3nd3jos alucinados, verdad del Dios de Spinoza que los hay.

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Debido a la apatía de sus detractores en las pasadas elecciones -debo decirlo- fue reelecto en San Pedro Garza García y el muy cabrón está desatado.

Posada

La irreverente de mi Gaby y éste servidor escribidor fuimos invitados a la posada de un grupo denominado PSP y por razones de salud, no fuimos.

Bueno, hubo otros motivos de nuestra inasistencia: la presencia que no nos fue anunciada, de izquierdillos rojillos que navegan en carrillos amarillos, que ni siquiera viven en SPGG y que como ahí iban a estar, preferimos evitarlos.

El asunto es que no fuimos, pero de lo que vimos gracias a los reportes que nunca faltan, es fácil deducir que si algunos de los discursos ahí proferidos se hubiesen convertido en acciones antes del pasado 6 de junio, otro gallo sampetrino nos cantara.

Municipio del tubo

SPGG es lo que yo llamo, “municipio del tubo”: aquí vive mucha gente que “tuvo pero ya no tiene”, que “estuvo pero ya no está”.

Que mantienen -muchos- sus estándares de vida merced a sus herencias.

Que tienen a sus hijos en colegiotes como el Irlandés, el CECVAC, el Himalaya, el Americano, el San Roberto, el Inglés, gracias a las brutales colegiaturas que les pagan sus padres y algunas veces, hasta sus abuelos.

O que se dan el lujo de darles esa “educación” a sus hijos, negándoles a sus padres el apoyo económico que tanto necesitan.

Otros, rumiando su resabio porque viven en las casas más jodidas del ejido sampetrino y se la pasan fastidiando a sus vecinos o echándoles encima a los solovinos del alcalde. Verdad señora Elosúa, del Sector Francés de Valle San Ángel?

El asunto es que a muchos de estos aspiracionistas, a lo mejor el 6 de junio los pescó chiveando en San Antonio, Houston o NYC. McAllen, Laredo? N’ombre, qué esperanzas.

Otros quizá prefirieron quedarse en sus casas a ver series o los juegos de beis o americano.

¿Ir a hacer filotas para votar? N’ombre, qué hueva y con el solazo que hubo ese día.

Y mientras los sobrinos del Tío Mau se quedaron dormidotes curándose la cruda del sábado, los pupilos del hoy alcalde de terraplén se dieron gusto acarreando votos para reelegir al “independiente”, que mañosamente pintó su campaña de amarillo fosfo, despreciando el morado color del también “independiente” Bronco.

Y el resultado de todo lo anterior aquí está: un alcalde que se da el lujo de anunciar y dar por hecho los cambios al uso de suelo, la comercialización de los parques, las ciclovías…ANTES DE QUE ESOS PROYECTOS SEAN VOTADOS POR EL CABILDO!!!

Su cinismo no para. Su espalda es lo que más ven sus patrones, los ciudadanos. Su arrogancia lo supera. Su entreguez a Samuel lo pinta como lo que es: un arribista político y centavero que se muere por ser gobernador, con las consabidas escalas en el senado o en alguna federal diputación.

Para ello se vale de “cínicos y rugidores” a quienes les tiene bien tomada y comprada la medida.

Tal es el caso de su “Cínico Primero”, Francisco Juan Garza Barbosa, quien como premio coló a su hija Cecilia Garza Andonie a la dirección -coja aire, por favor- del Instituto Municipal de Planeación y Gestión Urbana, IMPLANG, pero que no contesta ni teléfonos, ni correos ni mensajes de Whatsapp a los vecinos, pues sólo está ahí para obedecer los mandatos de su jefe, el biológico Juan  y el putativo Miguel.

Salvo cuatro honrosas excepciones, por el estilo están todos los demás que forman este Cabildo comprado por el alcalde.

A las únicas voces disidentes, Miguel las sacó de sus puestos como ediles: Marcela Dieck Assad, José Mario Garza Benavides y Ernesto Chapa Calvillo.

Los otros están pa’l perro.

¿Consecuencias?

SPGG vive una de las peores olas de inseguridad.

El municipio pierde a diario miles de áreas verdes, que sucumben ante el embate de “árboles” de concreto.

Calles y avenidas colapsadas en su tráfico vehicular cotidiano.

La expropiación de propiedades en la avenida Vasconcelos.

Servicios públicos que dan pena y un servicio de recolección de basura concesionado a una de las peores empresas del ramo, pero propiedad de uno de los favoritos del municipio.

Presidentes de colonias comprados por Miguel para reventar las protestas del vecindario.

Está tan sobrado creído y crecido Miguel, que se atrevió a despedir indebidamente a burócratas hasta con 25 años de servicio, y ha tenido que reinstalarlos en lo oscurito, de a uno en uno conforme cede ante el poder de Don Rafa Reyes Montemayor.

CAJON DE SASTRE

“Lo que Miguel no sabe es que pronto recibirá desagradable sorpresa por el lado de unos vecinos que ya le ganaron importante instancia legal por haberse atrevido a ordenar clausuras que dividieron casas en dos o en tres. Quizá él no vaya a parar al bote, por el fuero, pero sus ayudantes, sí que sí”, dice la irreverente de mi Gaby.

Plácido Garza en Twitter: @PlacidoGarza