Haré un paréntesis en el comentario que realizo en el noticiero líder de Sergio Sarmiento y Guadalupe Juárez en El Heraldo Radio. Hoy no hablaré de las estadísticas del tracking ClaudiaMetrics, sino de la decisión de la presidenta Sheinbaum de no invitar a su toma de protesta al rey Felipe VI porque este no fue capaz de contestar una carta de AMLO, en la que el presidente que en unos días se irá del gobierno exigió al reino de España disculparse con los pueblos indígenas de México.

Tomado de Wikipedia:

  • “La expulsión de los judíos de España fue ordenada en 1492, en Castilla y en Aragón, por los reyes católicos mediante el Edicto de Granada con la finalidad, según el decreto, de impedir que siguieran influyendo en los cristianos nuevos para que estos judaizaran”.
  • “La decisión de expulsar a los judíos —o de prohibir el judaísmo— está relacionada con la instauración de la Inquisición”.
  • “Los judíos también fueron expulsados del reino de Navarra en 1498 y del reino de Portugal en 1497″.

Tomado de Sefardiweb:

  • “Utilizamos el término sefardí para referirnos a a los descendientes de los judíos expulsados de la península ibérica a finales de la Edad Media, que en su diáspora formaron comunidades en diversos países de Europa, el Mediterráneo Oriental y el Norte de África”.

Tomado de elDiario.es —nota firmada por Daniel Sánchez Caballero el 26 de marzo de 2019—:

  • “La petición del presidente de México no es tan singular: España ha reparado a los sefardíes y varios países han pedido perdón por su pasado”.
  • “La cuestión no es nueva y retoma un debate recurrente: ¿es una país o su jefe de Estado responsable de lo que hicieron sus ancestros hace 500 años?”.
  • “Pese a la polémica, España ni siquiera sería el primer país en reconocer su culpa en un proceso de colonización más reciente o más remoto”.
  • “En el año 2000, el presidente alemán pidió perdón al pueblo judío por el holocausto. El líder francés, Emmanuel Macron, admitió la autoría del Estado francés en crímenes de tortura y desaparición en Argelia durante el movimiento por la independencia del país. El canadiense Trudeau se disculpó porque su país rechazó a judíos que huían de los nazis. Japón hizo lo propio por maltratar a prisioneros canadienses en la II Guerra Mundial”.
  • “España también se ha disculpado por comportamientos pasados a su manera. No pidiendo perdón, pero en 2015 el gobierno de Mariano Rajoy aprobó un decreto ley para otorgar la nacionalidad a los sefardíes, los descendientes de los judíos expulsados de España hace, justamente, más de 500 años”.
  • “La normativa pretendía corregir entonces ‘una injusticia de más de 500 años’. De hecho, el rey Felipe VI organizó una recepción en el Palacio Real para honrar la ley y habló de ‘privilegio’ por poder llevar a cabo tal medida”.

Pregunta:

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¿Por qué le cuesta tanto trabajo al rey de España disculparse con los pueblos indígenas de México y, en cambio, considera un privilegio poder compensar, otorgando la nacionalidad, a descendientes de sefardíes víctimas de atrocidades españolas del pasado?

Respuesta:

En mi opinión, la respuesta tiene que ver con la palabra arrogancia y sus sinónimos: altanería, soberbia, petulancia.

Los psicólogos saben que aprender a pedir disculpas es una habilidad social imprescindible para convivir con los demás, lo que es verdad tanto en la vida diaria de las personas como en las relaciones entre naciones.

El rey Felipe VI ha demostrado que su preparación académica no le ha servido para entender algo tan elemental. Según Wikipedia, él es el primer rey en la historia de España que posee estudios universitarios. Llegó a cursar una maestría en relaciones internacionales en la Edmund Walsh School of Foreign Service de la Universidad de Georgetown, en Washington D. C.

Cuando Claudia Sheinbaum hable de nuevo con el presidente español Pedro Sánchez o, por primera vez, con el propio Felipe VI podrá preguntar por qué ese país a los y las sefarditas sí les compensan, mientras que a los pueblos indígenas de México ni una mínima disculpa dirigen. Y en tono diplomático para que nadie se ofenda, la presidenta podrá recordar a Sánchez y a Felipe aquello de Unamuno o la Universidad de Salamanca, o quién sabe quién diría: lo que natura no da, Georgetown no presta.

Una sencilla disculpa es lo único que Andrés Manuel y Claudia Sheinbaum esperaban del rey de España, quien en un capricho de altivez no ha sido ni siquiera capaz de dialogar acerca de tal posibilidad.

Especialistas en relaciones exteriores dicen que fue un error no invitar al rey Felipe VI a la toma de protesta de la presidenta Sheinbaum. Podrían tener razón, o no tenerla: no importa demasiado porque mucha gente, inclusive en España, ha aplaudido el gesto de defender la dignidad de los pueblos indígenas cualquiera que sea el costo político o diplomático a pagar.

Posdata:

Mujeres ciento por ciento mexicana, algo sabrá Claudia Sheinbaum de la historia de los y las sefardíes. Su padre, Carlos Sheinbaum Yoselevitz, era hijo de judíos asquenazí que huyeron de Lituania a principios del siglo XX. Y su madre, Annie Pardo Cemo, es hija de sefarditas de Bulgaria.