Creo firmemente que a estas alturas a nadie le sorprende que una vez más la fabricante de aviones Boeing se enfrente a un nuevo “escándalo”. Como ya se los había comentado en columnas anteriores, es importante seguir esta historia, pues estamos hablando de un monstruo aeronáutico, y más para los Estados Unidos.
Resulta que la Agencia Federal de Aviación (FAA por sus siglas en inglés) se encuentra en plena investigación, a raíz de la denuncia realizada por Sam Salehpour, un ingeniero de Boeing, derivado a las fuertes represalias que recibió por parte de la fabricante, y todo derivado de hacer notar su preocupación en torno a dos modelos de avión de cabina ancha, el B777 y el B787Dreamliner.
Una investigación previa -realizada por el New York Times- dio a conocer el caso de Sam Salehpour, quien considera que los riesgos de no atender sus quejas sobre los equipos que hoy están volando, los convierte en verdaderas bombas de tiempo.
Este ingeniero dijo al diario neoyorkino, que la fabricante se tomó ciertos “atajos”, para la construcción de esos dos modelos de avión, en aras de sacarlos de forma más rápida al mercado aeronáutico.
Sin embargo es importante resaltar que no solamente se quedó este tema como una denuncia en medios de comunicación, sino que desde el mes de enero Salehpour presentó de manera formal sus quejas en las oficinas de la FAA.
Dentro de la denuncia, según el testimonio recogido por CNN en Español: “su queja plantea dos problemas de calidad que pueden reducir drásticamente la vida útil de los aviones. No estoy haciendo esto porque quiero que Boeing falle, sino porque quiero que tenga éxito y evite que ocurran accidentes. La verdad es que Boeing no puede seguir como está. Creo que necesita hacerlo un poco mejor”.
No se puede tapar el sol con un dedo. Efectivamente el problema de la calidad en los materiales reduce la vida útil de una aeronave. No es asunto menor, pues siempre y en todo momento se debe contemplar cuánto tiempo mantienen estos equipos en el aire y cuánto tiempo les dan para “descansar”.
En el imaginario popular, los aviones se la pasan volando las 24 horas de día, los 365 días al año, pero les voy a romper el corazón, porque así como los seres humanos requerimos de un descanso, las aeronaves, que ustedes ven tan bonitas y con gallardía surcando los cielos, en un momento del día tienen que “descansar”, o “dormir”, para poder seguir trabajando al día siguiente.
Los aviones “también se cansan” y requieren de reposo. Pero muchas veces las aerolíneas explotan al máximo sus equipos, lo que va disminuyendo su capacidad y vida útil. Se dan casos de aviones con muchos años volando, pero que han tenido un correcto uso. Esos equipos tienen más tiempo de vida que algunos aviones mucho más nuevos que han sido literalmente sobreexplotados.
Para cada modelo de avión existen cálculos de hasta dónde pueden rendir de manera segura, pero si la calidad de los materiales es inferior, esto por supuesto disminuye el tiempo útil del avión, dejando a ciegas a las aerolíneas al no saber hasta dónde puede operar la aeronave sin contratiempos.
Por su parte la FAA ha comunicado que está investigando todas las denuncias, además de entrevistar a Salehpour, según la información proporcionada por la abogada Lisa Banks.
CNN en español recopiló de la FAA: “La presentación de informes voluntarios sin temor a represalias es un componente crítico en la seguridad de la aviación. Recomendamos encarecidamente a todos los miembros de la industria de la aviación que compartan información”.
Y si esto no fuera suficiente, el Senado de los Estados Unidos ha llamado al banquillo de los acusados a Dave Calhoun, quien seguirá siendo el CEO de Boeing hasta el mes de diciembre cuando se haga válida su renuncia. Y es que un subcomité lo ha llamado a testificar en el marco de la investigación que están llevando a cabo por motivos de seguridad aeronáutica.
Además ya avisaron que también tendrá una audiencia con ellos el ingeniero de Boeing, Salehpour, para que proporcione detalles sobre la fabricación de estos aviones, así como los problemas que vio en la cadena de ensamblaje de estos equipos de cabina ancha como son el B777 y el B787Dreamliner.
La prensa norteamericana se ha volcado a buscar la posición de Calhoun frente a este llamado a declarar, y para el medio The Associated Press, dijo que si bien está dispuesto a acudir a la audiencia programada para el 17 de abril, es solamente para proporcionar documentos, así como informes técnicos e incluso testimonios, pues el ánimo es de cooperar con todas las autoridades que así se lo requieran.
El “nuevo” problema al que se enfrenta la fabricante de aviones Boeing, con su modelo B787Dreamliner, es con aquellos equipos que comenzaron a volar a partir del año 2011.
Según lo dicho por el ingeniero Salehpour, dichos equipos tienen “huecos”, pequeños espacios entre las placas del fuselaje, que deberían estar unidas, pero que en realidad están separadas, lo que acorta la vida útil de la aeronave en cuestión.
Podríamos decir que esta es nueva y reveladora información; no obstante las denuncias sobre estos fallos, ya se habían realizado en 2021, cuando la FAA descubrió en la línea de ensamblaje estas aberturas, lo que obligó a Boeing a modificar su proceso de producción, por lo que tuvo que parar de manera temporal las entregas de estos aviones, hasta que se le dio solución.
Resulta por demás llamativo que dos aviones modelo B787Dreamliner con menos de 10 años en el mercado aeronáutico, ya fueron enviados al deshuesadero, cuando se supone, según lo dicho por la propia Boeing, ese modelo tiene una vida útil de 50 años o unos 44 mil vuelos, lo que en los hechos parece no ser cierto.
Y aunque en su momento la FAA no sancionó a Boeing por estas aberturas en los fuselajes, sí investigó el control de calidad de la fabricante. Y es justamente cuando yo no dejo de cuestionarme, si no fuera una compañía norteamericana, ¿de verdad le hubiesen permitido continuar con la fabricación de aeronaves?
Estoy casi segura de que la respuesta sería “no”; sin embargo, mientras la FAA se hace medio de la vista gorda, ahora que Salehpour vuelve a denunciar este hecho, los abogados que representan a este ingeniero, mencionaron que las autoridades de la FAA se “sorprendieron” de que siguieran esas “fallas”.
¿Cómo de cuantos aviones estamos hablando? Según la denuncia hecha ante el Congreso norteamericano, el ingeniero Salehpour calcula que pueden ser más de 400 aviones modelo B777, así como más de mil equipos B787Dreamliner, los que están en riesgo con el tema de las aberturas en el fuselaje.
Y si las cosas no fueran negativas para Boeing, derivado de todos los recientes problemas en los que se ha visto envuelto, este primer trimestre del 2024 registró un menor número de aviones B737MAX, los números van en picada, pero ese tema da, para otra columna.