Delfina Gómez es corrupta; en su contra se pueden configurar cargos que ameritarían cárcel incluso mientras se lleva a cabo la averiguación previa por los delitos de robo, fraude, peculado, delincuencia organizada, y delitos electorales, luego de haber sido encontrada culpable de retener el 10 por ciento del salario de empleados del municipio de Texcoco -siendo ella presidenta municipal-, para entregar el recurso al Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), razón por la cual el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), impuso una multa a dicho instituto político por 4.5 millones de pesos, aunque no fincando responsabilidad a la actual titular de la Secretaría de Educación Pública (SEP) por ser un asunto ajeno a sus facultades.

Por menos de eso, Rosario Robles lleva ya dos años y seis meses en prisión, porque sin menoscabo de su responsabilidad en la denominada “Estafa Maestra”, se encuentra recluida por una medida cautelar.

Luego entonces, cabe preguntarse, ¿con qué vara medirá el presidente Andrés Manuel López Obrador las faltas de Delfina Gómez, otra de sus incondicionales consentidas? ¿La echará a los leones o la protegerá? ¿Le permitirá que continúe con su aspiración de contender por la gubernatura del Estado de México o la enviará a la congeladora?

¿También le justificará sus transas como lo ha hecho con sus hermanos Pío y Martinazo, con su prima Felipa, con las casas de Manuel Bartlett, y las de Irma Eréndira y su esposo, con los autos y las cuentas en paraísos fiscales de Alejandro Gertz Manero, con los departamentos ocultos de Olga Sánchez, con la red de corrupción de Ana Guevara, con los dineros escondidos de Armando Guadiana, Julia Abdalá, Julio Sherer Ibarra, y Jorge Arganis, develados en el caso Pandora Pappers, y un largo etcétera?

La participación de Delfina Gómez Álvarez en la retención del dinero a los trabajadores del ayuntamiento de Texcoco no está a discusión. El 26 de abril de 2017, durante una entrevista con la periodista Carmen Aristegui, Delfina no solo admitió que se quedaba con el diez por ciento del salario de alrededor de 200 empleados del municipio a su cargo, sino que con lujo de detalle explicó el proceso de la retención pretextando que todos ellos eran militantes de Morena y estaban de acuerdo en que se les descontara el diezmo para favorecer al partido que les había otorgado el trabajo.

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Se le acusó también de desviar 55.5 millones de pesos destinados al fondo de ahorro de empleados, así como de haber dejado sin pensiones alimenticias a 50 mujeres divorciadas y a sus hijos, y de otorgarse una auto liquidación por casi 500 mil pesos mediante un pago de 217 mil 279 pesos brutos como “gratificación extraordinaria” y, 220 mil 191 pesos como “finiquito laboral”.

Su designación en diciembre de 2020 como titular de la Secretaría de Educación Pública constituyó otro acto de López Obrador para mostrar fuerza al nominarla para el cargo aún sin contar con las credenciales para ello.

Y es que, si bien Delfina Gómez ostenta un título como maestra de educación básica, su paso como docente apenas se habría limitado a cinco años en un colegio privado, toda vez que rápidamente se decantó por la lucha sindical y los cargos políticos. Fue alcaldesa de Texcoco, diputada, senadora, candidata a gobernadora del Estado de México, y súper delegada federal de los Programas del Bienestar en aquella entidad.

Andrés Manuel puso por primera vez a la dependencia en manos de una sindicalista magisterial, al tiempo que se fortaleció el perfil de la maestra para buscar por segunda vez la gubernatura del Estado de México en 2023, aunque su recién confirmada corrupción quizá la conduzca a la banca y no al mando del Edomex, como es su anhelo.

La todavía titular de la SEP desplegó en poco más de un lustro una carrera pública que a otros políticos les lleva décadas. En sólo ocho años, Delfina Gómez transitó del anonimato a la conducción de la dependencia que ha sido encabezada por literatos como José Vasconcelos, Narciso Bassols, Agustín Yáñez o Jaime Torres Bodet; pero también por personajes polémicos como Manuel Bartlett, actual titular de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) y correligionario de la propia Gómez.

Pero el futuro aún más prometedor de Delfina, a quien el presidente Andrés Manuel López Obrador premió otorgándole la titularidad de la SEP en sustitución de Esteban Moctezuma, para que este se desempeñase como embajador de México en los Estados Unidos de América, ha dado un radical vuelco…

El Partido Acción Nacional en voz de su dirigente Marko Cortes, así como militantes panistas han exigido su remoción del cargo; “no hay manera de que la secretaria Delfina Gómez se mantenga en su puesto”, dicen.

“Qué ejemplo puede dar como titular de la SEP a los menores y a los maestros una mujer que no tiene calidad ética, ha cometido actos ilegales o los ha permitido y además se ha beneficiado de ellos, sería de una total incongruencia que la mantuvieran en el cargo”, se refirió mediante un comunicado.

Cortés, además exigió una investigación seria, profesional y que se apliquen las sanciones correspondientes a los implicados en este acto que perjudicó a los trabajadores.

En tanto, la bancada del PAN en el Senado se pronunció a favor no sólo de la renuncia de Gómez como Secretaria de Educación Pública sino también por iniciar un proceso penal en su contra.

Lo cuestionable en este momento es ¿en dónde están los maestros de México y los Sindicatos que los representan? ¿Por qué no se han pronunciado los líderes de las diversas secciones de la SNTE y la CNTE? ¿Se va a consecuentar que una delincuente confesa continúe al frente de la Educación en nuestro país?

¿Argumentará Andrés que se trató de aportaciones voluntarias como las que entregaba a sus hermanos Pío y Martinazo, el ex funcionario David León, con presunto cargo al erario del gobierno de Chiapas?

Sin duda, será interesante conocer con qué vara medirá el presidente a la delincuente Delfina Gómez, quien como ya se vió, no es muy diferente de la ex presidiaria maestra Gordillo, ni de la maestra de la estafa, Rosario Robles.

Salvador Cosío Gaona en Twitter: @salvadorcosio1

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