Quizás el corredor Transístmico sea la única obra de esta administración que tenga la intención de impulsar el desarrollo económico y social del país y, particularmente, de la zona sur-sureste.
Era necesario algo enfocado en temas logísticos con infraestructura, transporte de mercancías en tránsito a ciertos polos de desarrollo y de intercambio comercial aprovechando la relocalización de empresas conocido como “nearshoring.”
Lamentablemente, a pesar de ser una excelente idea desde Porfirio Díaz, el tema del tren transístmico va a resultar un reverendo fracaso como todo lo que ha tocado la administración lopezobradorista.
Por su incompetencia, corrupción, improvisación y falta de planeación y no escuchar expertos, se quedará en buenas intensiones ya que no suma cadenas logísticas, la Marina a especulado con tierras, tendrá maniobras poco eficientes de carga y descarga, tiene competencia en otros países, incrementa costos y será inseguro.
Los constructores
Como todas las grandes obras que ha iniciado este gobierno, está en manos de la oligarquía obradorista, que no es otra cosa, que como él mismo documentó en uno de sus libelos, es “la mafia del poder”. Pues bien, quienes están rehabilitando y construyendo las vías, son la constructora La Peninsular, de la familia Hank Rhon, Grupo México de Germán Larrea, Grupo Carso de Carlos Slim, Ricardo Salinas y Grupo Indi de Manuel Muñozcano, un personaje aliado de Claudia Sheinbaum.
Por cierto, algunas de ellas estuvieron metidas en la construcción de la línea dorada del Metro que colapsó en mayo de 2021 dejando un saldo de 26 muertos.
Como ejemplo del fracaso se denunció que apenas una semana antes de la prueba de supervisión de AMLO con los gobernadores de Veracruz y de Oaxaca, un grupo de trabajadores de la constructora La Peninsular, de la familia Hank Rhon, encargada de rehabilitar un tramo de 49 kilómetros de la vía que cubre la ruta Nuevo Ubero-Mogoñé, retiró equipos y maquinaria pesada para colocar durmientes y rieles, y dejaron la obra lista para ser usada pero sin hacer pruebas de resistencia.
Y para que no quede duda de la mediocridad e incompetencia de las obras de este sexenio, está el hecho de que la Marina habría adquirido tres locomotoras y 11 vagones de segunda mano al Reino Unido para que operen en el Corredor Interoceánico para el traslado de pasajeros.
El corredor transístmico
El plan consiste en desarrollar 10 polos de desarrollo a lo largo del Istmo, es decir, 10 parques industriales donde se pretende otorgar estímulos fiscales a las empresas que se establezcan en los estados de Veracruz y Oaxaca.
Sin embargo, esto no tiene ni pies ni cabeza, no hay una idea de cómo hacer industrial esta zona ya que los parques necesitan interconectarse en la cadena de suministro y complementarse con logística de ida y vuelta con consumidores cercanos y servicios cosa que pudo pasar si no se hubieran cancelado la Zonas Económicas Especiales.
El encargado del desarrollo de los parques es la Marina a través del Almirante Raymundo Pedro Morales Ángeles quien, en conjunto con la secretaria de Economía Raquel Buenrostro, decidieron no darle la construcción de los parques industriales a ningún desarrollador especializado ni a las empresas interesadas en convertirse en ancla para atraer a otras, se lo dieron a quienes tienen poca del negocio, a conocido y quienes especulan con la tierra.
Las empresas seguirán llegando a los estados de siempre dejando este proyecto en otro tren incosteable, ineficiente y con poco uso más que para el ego del presidente y deuda para futuras generaciones.