La inflación en México es un hecho irrefutable. Así lo estiman los especialistas y pueden comprobarlo los mexicanos. Sin embargo, bien vale mencionar, que el fenómeno inflacionario está presente en todo el mundo. Ello ha derivado, entre otros factores, de la recuperación económica de 2021 en relación con el año anterior, el aumento del empleo, la circulación del dinero y las bajas tasas de interés de los bancos centrales.

En otras palabras, el gasto reservado de los consumidores en 2020 (como resultado del escepticismo en torno al impacto del coronavirus) se hizo presente en 2021. Lo anterior, aunado al estancamiento de la producción, léase, la oferta, ha provocado un alza incontrolable de los precios.

¿Cuán responsables son AMLO y el gobierno federal en relación con la inflación en México? Respuesta compleja que conviene matizar. Como bien se sabe, la política monetaria es responsabilidad exclusiva del Banco de México, quien, mediante el ejercicio de su autonomía, establece las tasas de interés y la impresión del dinero. Ello eximiría, en principio, al presidente y a la Secretaría de Hacienda de una responsabilidad directa en materia de inflación.

Si bien el papel de la Secretaría de Hacienda no es menor, pues es responsable del ejercicio del gasto del gobierno federal, podría quedar relegado a un segundo papel en medio de la complejidad que permea el fenómeno inflacionario.

En adición a ello, los fenómenos exógenos son sumamente importantes. La globalización y la integración económica mundial insertan irremediablemente a nuestro país en una vorágine de acontecimientos que hacen imposible el golpe de la inflación. México, en este sentido, ha recuperado buena parte de los empleos perdidos en 2020 y tampoco ha quedado exento de los efectos de la gigantesca inyección económica promovida por el gobierno del presidente Joe Biden en Estados Unidos.

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La responsabilidad de AMLO yace, a mi juicio, en el magro crecimiento económico. Es decir, en consideración del fenómeno inflacionario en México (alrededor del 7 por ciento) nuestro país, con un paquete de buenas medidas económicas y una mayor atracción de capital privado, pudo ser capaz de responder mejor a la recuperación económica mundial. Desafortunadamente, las recetas económicas del gobierno de AMLO, aunado a la pobre incentivación de la inversión privada han hecho imposible que nuestro país crezca en números comparables al resto del mundo. Se estima un crecimiento de apenas un 3.3 por ciento en México en comparación con un 4.5 por ciento del promedio mundial para 2022.

En suma, el presidente AMLO sí que es responsable. Sin embargo, su responsabilidad merece ser matizada, pues las complejidades de los fenómenos económicos exigen un análisis concienzudo. Labor, sin duda nada sencilla.

José Miguel Calderón en Twitter: @JosMiguelCalde4