Para entender a Culiacán, hay que conocer Culiacán. La capital sinaloense es una ciudad con matices por doquier. La cultura de ranchero y de campo hace simbiosis con la progresividad de una ciudad moderna, vanguardista. Se nota en la calidad gastronómica, donde la más humilde carreta y los restaurantes más exclusivos, sostienen una oferta para los paladares más exigentes. En música ni hablamos, la música de banda, el norteño y los corridos tienen en Culiacán y todo Sinaloa un género en sí mismo. La moda juega un papel importante, las hermosas mujeres de Culiacán, no escatiman en el cuidado personal, son bellas por genética, cultura y tradición.

Culiacán es mucho más que los flashes de las notas amarillistas que venden la narcocultura como un fenómeno. La sociedad aprendió a convivir con un día a día complejo. “Aquí nos tocó vivir”, dicen algunos. La capital y todo el estado, está llena de gente buena y trabajadora. Productores agrícolas y empresarios de prestigio nacional e internacional. Deportistas y artistas destacados en diversas áreas. Notables académicos y profesionistas de toda índole también los hay.

Culiacán ha tenido pasajes complicados en su historia moderna y contemporánea. Los ‘culichis’ no olvidan las refriegas en plazas públicas, camellones, calles, estacionamientos y donde se pudiera en aquellos tiempos de la nada célebre “guerra contra el narco” de Felipe Calderón. Los muertos se contaron por miles. Los desaparecidos aún son buscados por sus familiares. Esos tiempos generaron una profunda herida social que aún no termina de sanar.

“La protección a los ciudadanos en Sinaloa, eso es lo primero”, fueron las palabras de la Dra. Claudia Sheinbaum. Una declaración de estadista responsable.

Digo responsable porque se necesita madurez política para entender que el fenómeno delictivo que está viviendo el estado no es un tema únicamente de fuerza, balas y helicópteros artillados.

Congruente con su humanismo, los gobiernos de la 4T optan por buscar la paz mediante estrategias distintas a los enfrentamientos que solo generan más violencia. Donde quienes pierden son las familias inocentes que ven como sus familiares van perdiendo la vida.

Los sinaloenses quisiéramos que de un plumazo nos devolvieran la paz que nos fue arrebatada por dos facciones de grupos criminales del cartel más relevante en el mundo según Estados Unidos. Y no están en Colombia, Perú o Ecuador, están en Culiacán, Sinaloa, aquí, donde nos tocó vivir.

Realidad solo hay una, y resultaría un completo despropósito intentar negarla. Es también un desacierto minimizar y maximizar los hechos. Valorar la situación en su justa medida es más que indispensable.

El ruido en redes sociales es tal, que obstaculiza la comunicación oficial y verídica. Por ejemplo, quedó en el ideario popular que el gobernador Rocha dijo que “estaba todo tranquilo”, algo que, al respecto, jamás señaló. De gobierno queremos y merecemos más. Abrir los canales con la crítica adecuada nos permitirá dar un paso al frente. La desinformación nos aleja de la construcción de una sociedad más justa y equitativa.

Creo que la reacción del gobierno del estado ha sido “adecuada”. El “ruido” de la comentocracia es tal, que nos parece que la respuesta ha sido insuficiente. Luego de sopesar la situación, no parece tan buena idea la reacción arrebatada con la fuerza pública. Los elementos de seguridad del orden local, ellos y sus familias, son vecinos de nosotros.

La semana anterior se fue en entender el fenómeno, suspender algunas actividades y salvaguardar la vida de las y los sinaloenses. Este martes, luego del puente, el gobernador Rubén Rocha Moya regresó con un operativo para resguardar centros escolares. Aunado a ello, ha sido siempre enfático en que “se atienden las causas” de lo que genera violencia y crimen. La ruta larga para la seguridad pero que al final, reditúa mucho mejor.

De su declaración rescato la frase “queremos conquistar la tranquilidad y esa tranquilidad hay que conquistarla también con la voluntad y fuerza ciudadana”. Sin falsos triunfalismos ni demagogia, sino con prudencia manos a la obra. Sabe que la paz -y todo- con el pueblo, sin él, nada.

El alcalde Juan de Dios Gámez también hace su parte. Se reunió con los líderes empresariales del centro de la capital, para dialogar y llegar a un acuerdo para reactivar la economía.

Dentro de los acuerdos, se incluirá a los pequeños comercios en los festejos del aniversario de Culiacán y la Feria Internacional del Libro 2024, todo con el fin de atraer a los ciudadanos al primer cuadro.

Vanessa Félix en X: @vanessafelixmx