El presidente de México día a día se esfuerza por decirnos en su mañanera que la gente que lo rodea es de toda su confianza, que son íntegros e intachables. La lista de personas que ha mencionado como honorables y confiables es larga:

  • Cuitláhuac García
  • Alejandro Gertz Manero
  • Manuel Bartlett
  • Cuauhtémoc Blanco
  • Hugo López-Gatell
  • Jorge Alcocer
  • Elizabeth Vilchis
  • Irma Eréndira Sandoval
  • Santiago Nieto
  • Félix Salgado Macedonio
  • Delfina Gómez
  • Claudia Sheinbaum
  • Marcelo Ebrard
  • Olga Sánchez Cordero

Todos ellos con ya un amplio y negro historial, que han perdido absoluta credibilidad ante los ojos de ese pueblo bueno y sabio del que hace mención el presidente. A algunos de ellos, los cuales han sido muy pocos, como Irma Eréndira, la “bajó” del escenario político. A otros les ha “regalado” embajadas: A Esteban Moctezuma, que creo era una de las piezas más confiables del gabinete, por ejemplo, y por eso, justamente por eso ya no está, porque ya no quiso marchar a la par que él y se le desmarcó y fue reemplazado por Delfina Gómez como secretaria de Educación Publica.

El 21 de diciembre de 2020, el día del anuncio de su llegada, el presidente dijo:

“La maestra Delfina Gómez tiene esa profesión. Empezó como maestra de primaria, por eso tiene experiencia en el tema. Yo creo que nunca había ocupado la Secretaría de Educación Pública una maestra de primaria”.

Yo también fui maestra de kínder, ¿quizá entonces pudiera ser secretaria de Educación Pública algún día?

Pero, vayamos a lo importante: Una y otra vez el presidente ha dicho que Delfina es de toda su confianza, y cómo no, si ha caminado con él desde hace muchos años para quedarse con alguna rebanada del gran pastel llamado México. Cuando el presidente dice que alguien tiene “toda su confianza” es que no es que sea confiable, es que sabe que le son leales, que es diferente, muy diferente.

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Hoy se sabe que Delfina le quito dinero de su nómina a los maestros para usarlos para la campaña de López Obrador.

En entrevista con Aristegui aceptó que fue así, pero que fue con el permiso de los maestros.

En tribuna, ante el reclamo de Xóchitl Gálvez y María Guadalupe Saldaña Moreno por haber desviado fondos, la maestra Delfina dijo:

“Yo jamás haría una cosa así y tengo precisamente esa calidad moral para estar aquí”.

No, señor Presidente, aquí ya no cuentan más “calidades morales” de los que tanto apoya usted porque simplemente no la tienen. Usted quiere construir un proyecto de nación, dice, diferente y el mejor.

¿De veras considera usted que sea conveniente, apropiado y justo que continúe Delfina Gómez como secretaria de Educación Pública?

Yo no soy estadista ni periodista, pero soy madre de dos adolescentes que se da cuenta del rezago educativo que hay en ellos por la pandemia y antes de la pandemia y en general en el resto de la niñez. Hay deserción escolar, los jóvenes ahora se interesan más por volverse narcos que por estudiar, y la calidad y nivel de algunos maestros deja mucho que desear. Muchísimos de ellos son maestros porque les heredaron esa plaza, sin tener un ápice de conocimiento y ni se diga de vocación.

El magisterio se volvió un jugoso negocio y la educación en el país para los niños mexicanos ha quedado en el olvido.

¿De veras le ayuda para su imagen que Delfina Gómez continúe con usted? Es que no es ya un tema de cariños y lealtades. Tiene una acusación en su contra por el TEPJF por haber desviado recursos y aunque la sanción es nada más de 4 millones de pesos para Morena. El que ella haya participado en ese desvío ¿no amerita cárcel?

Señor presidente, entienda que la Secretaría de Educación es como si fuera la maestra de todos los maestros, la directora de una enorme escuela. ¿Tenerla ahí no es como atentar contra los niños ?

Siempre pienso que me lee y por eso de pronto mis artículos giran en torno a usted. Pero sigo pensando que solo escucha a quien lo adora y adula. Lastima. Porque creo que este consejo que le doy más que sea por atacarlo, es por ayudarlo. Pero usted ya no se deja ayudar.

Seguiré en lo que estaba...

Claudia Santillana Rivera en Twitter: @panaclo