¿Qué podemos festejar en México?
En 2017 se hicieron reformas a la ley general de salud para permitir el uso de cannabis con fines médicos, terapéuticos o de investigación.
Adicionalmente la SCJN resolvió que la COFEPRIS debería autorizar las actividades relacionadas con el autoconsumo de cannabis y tetrahidrocannabinol (THC) con fines recreativos, exclusivamente a personas adultas, así como para la adquisición, siembra, cultivo, cosecha, preparación, posesión y transporte, exclusivamente.
Se contempló además la creación del Instituto Mexicano de Regulación y control de Cannabis. En 2018 se publicaron los lineamientos correspondientes, sin embargo, en 2019, la COFEPRIS revocó estos lineamientos y en muchos casos volvió inoperantes los permisos que fueron concedidos.
El papel de la Cofepris
Hasta ahora el proceso legal ha avanzado de manera lenta, indefinida e inconclusa en aspectos importantes como el reglamento que en julio de 2021 se solicitó a la Cofepris en relación con los lineamientos específicos sobre el consumo personal de marihuana donde se permite la siembra de cannabis y la fabricación de productos médicos y derivados farmacológicos. También se permite la importación y exportación de materia prima y productos y la apertura de establecimientos para el suministro de medicamentos cannábicos, adquisición de semillas para cultivo personal, etc, lo que aún no es operativo ya que falta que se publique la actualización a la farmacopea y la creación de registros.
Después del vencimiento de tres prórrogas solicitadas por el Senado a la SCJN, venciéndose la última el 30 de abril del 2021, en junio de dicho año, la SCJN invalida la prohibición absoluta contenida en la Ley General de Salud para realizar actividades relacionadas con el autoconsumo lúdico y, posteriormente, en julio del 2021, se publica la Declaratoria General de Inconstitucionalidad en el Diario Oficial de la Federación.
¿Cómo andamos hoy?
Según algunas declaraciones hechas por Frida Ibarra, directora de México Unido Contra la Delincuencia (MUCD):
- Aún no hay una verdadera despenalización ya que la declaratoria de la Suprema Corte “no despenaliza” las actividades necesarias para el consumo personal de cannabis sin la autorización correspondiente.
- Los permisos para poder sembrar, poseer o transportar cannabis deberán ser emitidos por las autoridades sanitarias.
- La cantidad oficial de posesión de consumo personal sigue siendo de 5 gramos.
- La comercialización sigue estando prohibida hasta que el congreso legisle.
¿Y nuestros jóvenes?
Todo este lento y burocrático proceso debe ser de interés público sobre todo a nivel de salud y específicamente por sus implicaciones entre nuestra población adolescente, aunque poco se mencione el verdadero alcance de su impacto en este sector de la población.
El proceso, a pesar de que aún no termina de definirse de manera clara, precisa y funcional, ha generado una mayor apertura e interés por el consumo y una percepción de falsa seguridad en los productos que se venden en nuestro país, contrario a lo que propuso la iniciativa de la senadora Sánchez Cordero, que es regular el consumo en mayores de 21 años.
Con respecto al impacto de esta apertura mediática en torno a la despenalización de la marihuana en el consumo del sector adolescente, la Dra Katya Pasquel, adictóloga con 15 años de experiencia en prevención de adicciones y una apasionada del trabajo de preventivo en conductas de riesgo en adolescentes, comenta:
“Independientemente de que al final de todo este proceso vayamos a tener aspectos positivos para la disminución de la criminalidad relacionada con el narcotráfico, así como aspectos de interés económico para nuestro país en cuanto a la venta y distribución del cannabis; es de suma importancia estar conscientes que mientras no exista una verdadero organismo regulador de los productos de cannabis, sitios de venta, etiquetado de los productos con información completa sobre sus componentes, concentraciones de THC, vías de administración, posibles efectos adversos, etc, vamos a seguir observando un aumento de productos que se venden en las calles, en las fiestas y on line sin ninguna regulación, haciendo énfasis en la gran popularidad que tienen actualmente los productos de alta concentración de cannabis y que son precisamente éstos concentrados los que estamos vinculando clínicamente con mayor frecuencia a cuadros de intoxicación aguda, brotes de psicosis y en personas con antecedentes de esquizofrenia y algunos otros desórdenes mentales como un detonante posible. También los productos comestibles han alcanzado una gran popularidad y pueden ser potencialmente tóxicos en etapas tempranas de la juventud”.
Desde el punto de vista médico y de prevención, resulta importante que todos estos procesos se ordenen y que, entre los beneficios que se lleguen a tener se incluya la inversión en investigación médica y mejora de los programas preventivos en consumo de sustancias psicoactivas como la marihuana.
La visión del emprendedor
México tiene la oportunidad de desarrollar un mercado muy importante que dejará grandes beneficios, en salud, en lo económico y en lo comercial.
Se trata de abrir un mercado, no de marihuana, sino de sus aplicaciones como un instrumento de salud, aspecto donde el Estado mexicano ya ha reconocido sus bondades y potencial medicinal. De acuerdo a recientes publicaciones, el valor del mercado del cannabis medicinal podría superar los 1,300 millones de dólares en 2028.
Con reglas claras y una regulación efectiva, México podría desarrollar un mercado de salud púbica eficiente, muchos emprendedores nacionales ya tienen al menos cuatro años de investigación, educación y entendimiento de los beneficios de la planta.
El tema es importante y este Día de la Marihuana se invita a reflexionar acerca de su potencial económico y de sus impactos en la salud.
Con la colaboración de la Dra. Katia Pasquel @KatiaPasquel