Un proyecto que el gobierno debería de explorar con suma seriedad es el de producir combustibles sostenibles de aviación, Sustainable Aviation Fuel, o “SAF” por sus siglas en inglés. Y esto lo digo porque Google acaba de anunciar que se une a uno de los programas más grandes del mundo, en los que se encuentran por supuesto Shell Aviation y American Express Global Business.

El calentamiento global es una realidad y las emisiones de CO2 son las que contribuyen a que este fenómeno se dé; por eso hemos tenido en este año olas de calor espectaculares, así como inundaciones e incendios implacables.

La Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA) desde el año pasado anunció una nueva metodología para medir con mayor precisión la huella de carbono por pasajero, y propuso que tanto agencias de viaje como aerolíneas comiencen a utilizarlo para recomendar viajes.

¿Qué es el SAF? Es un tipo de combustible que se produce a partir de residuos y de biomasa renovable. Ofrece un rendimiento similar a la turbosina, pero con una huella de carbono mucho menor, reduciendo su impacto en el medio ambiente.

Además, el SAF coadyuva a cumplir con la agenda que se tiene para llegar al año 2050 con cero emisiones de CO2, y hacer a la aviación más amigable y ecológica. Dentro de las industrias más contaminantes, el transporte se encuentra en el cuarto lugar; la mayoría de la contaminación proviene de coches, camiones e incluso los buques, tanto los que son para uso recreativo (como los “cruceros”), como los que se utilizan para el traslado de mercancías.

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Aunque la aviación genera el 2.5% de las emisiones de CO2 que son arrojados a la atmósfera, se busca reducir la huella de carbono de los pasajeros, y para ello se requieren motores más eficientes y compatibles con el uso del SAF.

Nuestro gobierno federal va a tener una aerolínea del Estado, y sería prudente pensar en utilizar equipos menos contaminantes y más eficientes. Qué mejor que aprovechar que se tiene una nueva refinería para trabajar en la producción de SAF.

No solo por el tema de la contaminación medioambiental, sino también para que no tengamos que depender del extranjero. Actualmente no se sabe si nuestro país tiene planes, a diferencia de países como Paraguay, Brasil e incluso Panamá que ya están trabajando en la producción de este combustible, que es mucho menos contaminante.

Tal y como lo leen, Panamá, que tiene una sola aerolínea bandera, Copa Airlines y una aerolínea que hace vuelos nacionales Air Panamá, están interesados en entrarle a la producción de SAF, ¿por qué México no?

El año pasado nuestro país transportó cerca de 107 millones de pasajeros, así que se requeriría de un proyecto importante para poder producir este combustible sustentable en lugar de pensar en importarlo desde el extranjero.

El año pasado se llevó a cabo el Foro de Líderes de Aerolíneas de ALTA, precisamente se abordó este tema. Honeywell, la importante empresa multinacional estadounidense de servicios de ingeniería y sistemas aeroespaciales, a través de su presidente para América Latina, Manuel Macedo señaló que la inversión que se requiere para empezar a producir SAF ronda los mil millones de dólares, por lo que se tendría que contar tanto con el apoyo del gobierno como de la iniciativa privada, y un plazo de cinco años para poder llevarlo a cabo.

Como mencioné, el director de Clima y Energía de Google, Micheal Terrel acaba de anunciar su introducción a la producción de SAF, haciendo énfasis en la importancia de la descarbonización en la industria aeronáutica:

“El uso de SAF jugará un papel crítico en ayudar al sector de la aviación en su camino hacia la descarbonización. Unirse al programa de combustible de aviación sostenible de Amex GBT representa aún más los esfuerzos continuos de Google para acelerar la transición global hacia un futuro libre de carbono”.

Micheal Terrel

En el mismo comunicado se dio a conocer que el programa al que se suman fue lanzado el año pasado, y produjo combustible como para abastecer casi 15 mil vuelos de largo alcance.

En nuestro país no tenemos producción de SAF, pero sí tenemos el compromiso de reducir las emisiones de CO2 a la atmósfera, por el simple hecho de que somos miembros de la IATA.

La Organización de Aviación Civil Internacional (OACI), de la que también somos parte, ha dejado en claro que es importante trabajar en la producción de SAF. Por el momento su costo es de 2 a 3 veces más caro que la turbosina regular, sin embargo, varios fabricantes de aviones, como Boeing y Airbus, están trabajando en equipos que utilicen hidrógeno u otro tipo de combustible diferente al fósil.

Según el informe Fueling Net Zero de la consultora ICF, se requiere de entre 5 a 7 mil refinerías dedicadas exclusivamente a la fabricación de SAF. Esa es la razón por la que yo insista en que si tenemos la refinería Olmeca, en Dos Bocas, Tabasco, se explore la posibilidad de producir SAF.

Además de los beneficios ecológicos, traería la enorme ventaja de no depender del extranjero, y tener autonomía energética. Creo que estamos a tiempo de que el gobierno estudie esta posibilidad.

Más cuando la utilización de SAF va a la alza, principalmente en las aerolíneas de Europa y los Estados Unidos. En algunos casos, hay gobiernos que están imponiendo -o van a imponer en un corto plazo- la obligatoriedad de utilizar SAF, o algún otro combustible no fósil, pues los resultados demuestran que el SAF puede reducir las emisiones de CO2 a la atmósfera hasta en un 85%.

Dejo la propuesta en la mesa, y ojalá el gobierno federal -y sobre todo los candidatos de todos los colores que están interesados en sentarse en la silla presidencial- tengan dentro de sus planes de desarrollo la producción de SAF. Ahí está Dos Bocas ¿Creen que se pueda? Yo digo que sí.