Algo ha cambiado en Marcelo Ebrard. De pronto se le veía hasta en la sopa. Literalmente. No dejaba de exponer su imagen aquí y allá, no se diga que de pronto se volvió un famoso influencer de TikTok, grabándose tropezándose, o cantando, o junto a su bellísima esposa; en ocasiones comportándose como un chavo siendo entrevistado por Jorge “El Burro” Van Rankin (que también se siente chavo, pero que ya no lo es pues) para ver si conectaba con la chaviza y por si fuera poco se puso a vendernos su libro de sus memorias e historias, que francamente no creo a nadie interesen, pero él se sentía que había escrito un best-seller, que ni Joanne Rowling, escritora de Harry Potter, le hubiera podido ganar. Y así ahí andaba Marcelo en todos los stands de las ferias de libros vendiéndolo. “¡Lléveselo, lléveselo...!”
Pues claro que muchas personas creyeron que tanta actividad y promoción de Ebrard era porque estaba haciendo proselitismo, pero no se entendía cómo hacía dónde iba dirigida su intención.
Muchos también aseguraron que Marcelo se iría de plano de Morena a algún partido opositor, casi aseguraron que sería a Movimiento Ciudadano.
Y así el feliz y bonachón Ebrard brincando de aquí para allá en todos lados salía en medios, en portadas de revista, vendiendo libros... poco le faltó para vender colchones o sartenes en la tele con tal de promocionar su imagen.
Pero, resulta y acontece, que en una entrevista que le acaban de hacer a Claudia Sheinbaum aseguró que de ganar ella la presidencia le daría trabajo no nada más a Marcelo sino a don Adán Augusto también.
Es decir, Claudia veladamente en esa entrevista les puso claro el panorama con un “ya no se esfuercen, ya no me compitan, que yo voy a ganar y les daré un gran puesto”.
Y es que no creo que la probable jefa de gobierno les diera un puestesito ahí todo humilde y austero. Van a recibir dos secretarías muy seguramente.
Entonces de pronto y extrañamente, Ebrard ya no ha estado haciendo tantos tiktoks como antes, su imagen ya no está siendo reiteradamente expuesta y lo noto poquito más callado y “aplacado”.
Y es que sí… hacerle la competencia a Sheinbaum, le significa gasto económico a Ebrard y desgaste físico y emocional.
Y si ya Claudia Sheinbaum le dijo a través de esa entrevista que le hicieron que no esté dando lata, que ya tiene puesto/hueso, pues todo es entendible.
Por el lado de don Adán Augusto, él está así… a gusto, porque quien sabe que puesto dará Sheinbaum pero de que cuenta con chamba asegurada para el 2024, ya cuenta así que si Marcelo ya había dejado de insistir en competir contra Sheinbaum pues cuanto más don Adán, que nomás le hacía la competencia de ser candidato para convivir, para echar relajo, pue … porque quién mejor sino don Adan Augusto que supiera perfectamente que la Presidencia se la va a llevar Claudia Sheinbaum.
Y es que de veras que la oposición sigue empelotada, perdónenme por la expresión que utilizo pero es que así es: siguen sin abanderar a ningún candidato y cobijarlo realmente y con eso de que la alianza es todo menos aliada, pues…
En fin. Veremos qué sucede.
¿Ustedes qué opinan?
Es cuanto.