Hace menos de dos semanas, el 13 de mayo pasado, Marcelo Ebrard visitó Oaxaca e hizo algunas declaraciones sobre el proceso interno de Morena. Las reprodujeron varios medios, entre otros Reforma, diario que subrayó la verdadera novedad de la propuesta del canciller:
“Consideró que podría darse una encuesta amplia con la participación de la ciudadanía, a través de una ‘aplicación’. Agregó que si los diputados pueden votar a distancia por medio de teléfonos celulares, por qué no se piensa en una opción parecida para que participe en la encuesta todo aquel que así lo desee”.
Marcelo Luis Ebrard Casaubón
Una encuesta amplia utilizando una app no es, por supuesto que no, una encuesta probabilística. Para empezar, dejaría fuera de la muestra, que no sería diseñada aleatoriamente, a millones de personas pobres que no tienen teléfonos inteligentes o que si los tienen batallan en exceso para conectarse a internet.
Tiene otros problemas la idea de Ebrard, como el de lograr que la mayoría de quienes sí cuentan con celulares avanzados descarguen la aplicación en un par de meses, algo sin duda imposible porque estamos hablando de una app que tendría poca utilidad. De hecho solo serviría —y solo si estuviera muy bien hecha y a prueba de hackeos— para un sondeo NO probabilístio entre corcholatas morenistas.
Ayer, en Twitter, Ebrard insistió en su propuesta:
“He estado pensando cómo resolver… para que nuestro proceso interno en Morena, ya próximo, garantice la unidad y que al mismo tiempo sea muy transparente y la gente pueda participar, como es la invitación que hizo el presidente López Obrador. Y estoy contento porque ya encontré una fórmula utilizando innovaciones tecnológicas y nuevas ideas que Morena mismo ha llevado a cabo en varios aspectos, en varios ámbitos. La voy a desarrollar y se las presento y las comparto el 5 de junio”.
Tuit de Marcelo
La Asociación de Internet MX estima que hay en México alrededor de 80 millones de personas que utilizan la app de WhatsApp, la más descargada en nuestro país. Ese número incluye gente que no tiene derecho a votar, como menores de edad y nacida en el extranjero.
Según el Censo de Población y Vivienda 2020 las personas residentes en México nacidas en otro país sumaban ese año 1 millón 168 mil; tres años después tal cifra necesariamente ha crecido. Por lo demás, se calcula que son más de 10 millones los adolescentes en nuestra nación.
Entonces, los 80 millones de usuarios y usuarias de WhatsApp son 80 menos 11, lo que es igual a 69 millones.
Hay en México 97 millones de personas en edad de votar, de las cuales solo poco más del 70% ha descargado WhatsApp, independientemente de si cuenta con buen internet para usarlo con eficacia.
Antes de las elecciones de 2018, el INE desarrolló una app para supuestamente facilitar la recolección e firmas para las candidaturas independientes. Muy poca gente la descargó y, la verdad sea dicha, en algunos teléfonos celulares nunca funcionó, ni siquiera en zonas con excelente acceso a internet. Las quejas fueron más que las firmas. A pesar de que yo tenía ese año un celular de última generación, no pudo utilizar tal aplicación. En un restaurante saludé a Margarita Zavala, quise darle mi apoyo pero no hubo manera: no supe cómo hacerlo, ella y la gente que la acompañaba tampoco.
Sobre eso, Juan Villoro publicó un estupendo artículo que leí en el New York Times: “Prohibido votar por una indígena”. Había una aspirante a candidata presidencial independiente respaldada por el Concejo Indígena de Gobierno. Las personas que simpatizaban con María de Jesús Patricio en su mayoría no tenían teléfonos inteligentes y ni siquiera acceso a internet, así que no pudieran darle sus firmas.
Suponiendo que la app desarrollada por Ebrard la descargaran todas las personas que ya utilizan WhatsApp —algo que es, más que imposible, un sueño bastante cursi—, la idea del canciller, su ideota, excluiría como mínimo al 30% de votantes, particularmente a la población indígena y en general a quienes viven en las zonas más pobres donde difícilmente hay internet. Reitero: ello en el absolutamente improbable caso de que en todos los celulares que han descargado WhatsApp también descargaran el invento de Marcelo.
La verdad de las cosas es que Marcelo Ebrard anda desesperado
Por eso el canciller anda inventando métodos alternos —no contemplados en los estatutos de Morena— porque ya aceptó la realidad: pierde frente a Claudia Sheinbaum en todas las encuestas.
SDPNoticias da a conocer un promedio de las encuestas publicadas en medios de comunicación, y Claudia gana por goleada. Aquí la imagen realizada por MetricsMx:
Pero hay otras encuestadoras, de empresas importantes que no difunden sus resultados en periódicos, sino en sus propios sitios de internet. Una de las más creíbles es la de De las Heras Demotecnia. Su último estudio es contundente. Evalúa a las corcholatas en distintos aspectos:
- Cercanía con la gente.
- Conocimiento del país.
- Honestidad.
- Quién tiene más probabilidades de cumplir sus promesas de campaña.
- Quién impulsaría más el derecho de las mujeres a vivir una vida sin violencia.
- Opinión positiva.
- Por quién estaría más dispuesto a votar en la próxima elección presidencial.
- Quién prefiere sea el candidato o la candidata presidencial de Morena.
- Quién sería el mejor candidato o la mejor candidata a la presidencia de la república.
De las Heras Demotecnia asignó puntuación a cada atributo evaluado. Algo que invariablemente hace Morena en sus encuestas.
Así las cosas, tomando en cuenta lo anterior las corcholatas obtuvieron la siguiente puntuación de 10 puntos posibles:
1º Con 9.75 puntos Claudia Sheinbaum.
2º Con 0.25 puntos Marcelo Ebrard.
3º Con 0.00 puntos Gerardo Fernández Noroña.
4º Con 0.00 puntos Ricardo Monreal.
5º Con 0.00 puntos Adán Augusto López.
Con tales resultados en las encuestas, Marcelo no tiene ninguna posibilidad de superar a Claudia. El señor Ebrard lo sabe y pretende con su idea tecnológica lograr uno de dos objetivos: (i) que Morena renuncie a sus estatutos y no levante ninguna encuesta, lo que le daría una mínima posibilidad gracias a su app, o (ii) que el partido de izquierda rechace su propuesta y esto le sirva de excusa para retirarse con cierta dignidad de una contienda que perderá por paliza.