En el corazón de la lucha sindical del país, un paso decisivo ha marcado la historia de las mujeres trabajadoras del Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana (STPRM). María Cristina Alonso García, abogada y activista, ha logrado, mediante un amparo, acercarse a la posibilidad de convertirse en la primera mujer en ocupar la secretaría general de este poderoso sindicato. Este avance, más allá de un hito jurídico, refleja la urgencia de erradicar la estructura falocrática que ha dominado al STPRM durante más de ocho décadas. En tiempos donde la paridad de género es un principio fundamental, la insistencia en mantener un liderazgo exclusivamente masculino se siente como un anacronismo que ya no tiene lugar en la realidad de México. Son tiempos de mujeres.
El fallo judicial que revoca la victoria de Ricardo Aldana, dirigente histórico del sindicato, ha puesto de relieve la violación sistemática del principio de paridad de género. A pesar de que el 40% de los trabajadores del STPRM son mujeres, todos los cargos en el comité ejecutivo general están ocupados por hombres, un modelo de poder que ha perpetuado una dinámica excluyente y patriarcal. El hecho de que el Centro Federal de Conciliación y Registro Laboral haya emitido una toma de nota a favor de Aldana, quien además es considerado inelegible debido a su condición como personal de confianza, no solo desafía la legalidad, sino que atropella el avance social que México ha trabajado arduamente por consolidar.
Violencia a la equidad de género: Un obstáculo persistente
Alonso ha denunciado que el proceso electoral que llevó a la toma de nota de Aldana estuvo plagado de irregularidades, con un colegio electoral compuesto por los mismos funcionarios sindicales que sostienen este sistema masculino de poder. La violación a los principios de equidad y paridad de género, estipulados en la reforma laboral, se ha vuelto evidente. El resolutivo emitido por el Cuarto Tribunal Colegiado en Materia de Trabajo no solo fue una victoria legal para Alonso, sino una reivindicación para las miles de mujeres trabajadoras del sindicato, que por décadas han sido relegadas a las sombras de una estructura sindical falocrática.
Este resolutivo, que conmina al CFCRL a emitir un nuevo fallo en base al principio de equidad de género, representa un precedente histórico. Por primera vez, las mujeres podrían ocupar una posición de poder en el órgano más importante del sindicato. El STPRM, que ha sido un bastión del patriarcado sindical, está frente a una transformación sin precedentes, que se alinea con los tiempos de cambio y paridad que México está viviendo. La lucha de Alonso es un claro ejemplo de cómo las mujeres están tomando las riendas para desmantelar las estructuras anquilosadas que perpetúan la exclusión de género.
En este contexto, un tribunal colegiado en materia de trabajo del primer circuito resolvió dejar sin efectos la sentencia emitida por un juzgado de distrito, amparando a Cristina Alonso y ordenando la anulación de la elección mediante la cual Ricardo Aldana quedó electo como secretario general. Este fallo no solo afecta la legitimidad de Aldana como dirigente del sindicato, sino que también sienta un precedente sobre el derecho de las mujeres a una participación equitativa en los procesos sindicales.
El liderazgo femenino en tiempos de cambio
La insistencia en mantener el control masculino en el sindicato no solo es un anacronismo, es una resistencia que va en contra de la coyuntura actual del país. En un momento histórico en el que México se prepara para tener a su primera presidenta, la posibilidad de que una mujer también lidere el sindicato petrolero es simbólicamente poderosa. Esta coincidencia no es menor: una lideresa sindical al frente del STPRM y una presidenta al frente del país marcan un nuevo capítulo en la historia de México, un capítulo donde las mujeres toman el lugar que siempre les ha pertenecido.
Cristina Alonso lo sabe, y su lucha no es solo por la legalidad de un fallo judicial, sino por el futuro de todas las trabajadoras del sindicato. Es una lucha por la equidad, por la justicia y por la dignidad que durante décadas les ha sido negada. En tiempos donde las voces femeninas están emergiendo con más fuerza que nunca, el STPRM no puede seguir siendo un bastión de poder masculino. Las reformas a la Ley Federal del Trabajo, que buscan garantizar procesos democráticos, libres y equitativos, deben ser respetadas, y el STPRM no puede ser la excepción.
Un nuevo horizonte para las mujeres trabajadoras
Si el CFCRL emite una nueva resolución que garantice la equidad de género en la dirección del sindicato, se abrirá un horizonte sin precedentes para las mujeres del STPRM. La posibilidad de que Alonso asuma el liderazgo representa un paso crucial en la lucha por la paridad en los espacios de poder. La falocracia sindical, que durante décadas ha mantenido a las mujeres al margen, podría estar llegando a su fin. Y es que el cambio no es solo una demanda, es una realidad inminente.
Cristina Alonso ha enfrentado no solo obstáculos legales, sino también intimidación y violencia. Durante una conferencia de prensa, la candidata reveló haber sido blanco de una campaña de hostigamiento en redes sociales, supuestamente orquestada por grupos afines a Ricardo Aldana. Pero lo más alarmante fue la irrupción violenta en su hogar en Tabasco, que incluyó amenazas directas hacia sus hijos. Estos actos de intimidación, que claramente buscan disuadirla de continuar con su lucha, no han logrado mermar su determinación. Por el contrario, Alonso sigue firme, confiada en que su causa es justa y que representa a miles de trabajadoras que han sido silenciadas por un sistema que ya no puede sostenerse.
El futuro de la lucha sindical
Cristina Alonso está preparada para hacer ruido, para llevar su caso a todas las instancias posibles, incluyendo la conferencia matutina del presidente, si es necesario. Sabe que la visibilidad mediática será clave para garantizar que su causa no pase desapercibida, y que su lucha no es solo por su derecho a liderar, sino por el derecho de todas las mujeres a ser representadas en igualdad de condiciones.
Con el reloj corriendo y la expectativa de una nueva resolución por parte del CFCRL, el país entero estará atento al desenlace de esta histórica batalla. Lo que está en juego no es solo la dirección de un sindicato, sino el futuro de la equidad de género en México. La falocracia sindical está siendo desafiada, y con Cristina Alonso al frente, es solo cuestión de tiempo para que las mujeres tomen su lugar en los órganos de poder.