Ajedrez humano

¡Regresó! La publicación quizá más esperada por los amantes de la Fórmula 1 llegó este lunes 14 de febrero. En sus redes sociales, la escudería Mercedes hizo oficial lo que muchos dudaron y otros no tanto, Lewis Hamilton, el siete veces campeón del mundo está listo para competir de nuevo.

Desde aquel 12 de diciembre, cuando se le vio por última vez vestido con el traje de piloto, el británico había callado, se había ausentado, cosa que hoy en día con celulares en mano y redes sociales es casi imposible. Se dejó ver hace unas semanas en Estados Unidos, casual, con una vestimenta relajada, alejado de la excentricidad de la que muchas veces es presa, las montañas de Colorado fueron parte de su refugio, para analizar, sanar y quizá replantear lo que ocurrió aquella última vuelta en Abu Dabhi, donde, propio de la mala fortuna, esa que le sonrió tantas veces como cuando el piloto Timo Glock no cambió sus neumáticos y lo superó en la última curva de la última vuelta en Brasil para ser por primer vez campeón de la F1 en el lejano 2008; pues bien, esa fortuna le dio la espalda en 2021, con un safety car inimaginable del piloto Nicolas Latiffi, reiniciando de cero a una vuelta de la bandera a cuadros, dejando a Lewis en desventaja con neumáticos blancos, viejos y atrás de él, un auténtico toro, Max Verstappen que con llantas rojas nuevas, lo embistió en el último giro. Lo que de ahí vino después, fue una guerra de poderes, de politiquerías que desacreditaban el procedimiento del director de carreras Michael Masi, el villano de la historia y de quien por ahora, derivado de esto, aún se desconoce si seguirá en el cargo.

Pero centrémonos en lo esencial, Lewis Hamilton y su actitud, la que pidió primero a la Federación Internacional de Automovilismo (FIA) reconociera que el procedimiento de esa última vuelta que le costó el campeonato fue errónea y por lo tanto, desacreditar el título de Verstappen; obvio, respaldado por su escudería y un Toto Wolf, el team principal, que como nunca desde su llegada al equipo alemán, mostró un rostro poco amable y hasta ético ante la adversidad. Y es que en la era híbrida, nunca otro equipo pudo competir ante el poderío de Mercedes, hasta ahora, que RedBull los desafió.

Y es ahí donde vimos también en otra faceta totalmente distinta a Hamilton, siempre en terreno conocido, cobijado por directivos y coequiperos tanto en Mclaren como ahora en Mercedes. El siete veces campeón, por primera vez desde 2016, cuando perdió ante su compañero Nico Rosberg el título (quién se retiraría, alegando que no podría competir más con Hamilton, en mucho, porque sabía que el respaldo sería para él y ganarle de nuevo era casi imposible, argumento que hace unos meses, respaldó Valteri Bottas), desde entonces, Hamilton, no se retaba de esta manera, se exigió y demostró que es un gran piloto, capaz de reinventarse y que lo que ha logrado, su legado, es muestra de su gran talento en conjunto con un gran coche.

Sin embargo, Hamilton tendría que reconocer que se equivocó y que la actitud que mostró tras perder el título no está a la altura de un multicampeón; miren que pedir que despidan al director de carreras de la F1 y exigir una resolución en la investigación de Abu Dabhi que fuera acorde a sus intereses, no lo deja bien parado. Por ahora, en espera de dicho resolutivo, Lewis Hamilton está de regreso, el viernes estará en la presentación del nuevo monoplaza de Mercedes, con una nueva configuración y reglamentos que le dan un toque distinto al llamado “Gran Circo” en este 2022.

Hamilton regresa por el octavo título, para ser el más ganador de la historia y esa es la actitud que debe de tener un campeón, de seguir compitiendo y entender que lo que hizo fue un berrinche, un berrinche que gracias a dios, ya pasó…. ¿o no?