Las redes hoy en día  están incendiadas,  incluso entre los mismos simpatizantes de Xóchitl Gálvez.  Es tanta la desesperación por quitar de en medio todo lo que tenga que ver con Morena, que la gente que apuesta por el cambio y la esperanza por parte y a través de Xóchitl reclaman a la sociedad que se le apoye sin miramientos, sin juicios, sin críticas y sin cuestionamientos.

La democracia no es así. Los ciudadanos no deberíamos de comportarnos como miembros de las barras de algún partido de futbol,  a favor de algún partido político o de algún candidato... No somos porristas de nadie.

Soy una ciudadana que no está para “echarle” porras a la candidata de mi preferencia. No me ciego ante nadie ni ante nada. La obligación de los ciudadanos es leer y estar  muy bien informados.

Pero no me apasiono. Estoy abierta para escuchar los argumentos y críticas de diferentes miembros de los medios de comunicación. Por ejemplo, en este caso, de la conductora Adela Micha, quien ha recibido serios y agresivos señalamientos por expresar lo que piensa de la campaña política de Xóchitl Gálvez.

La escuché con detenimiento y me parecieron válidos sus argumentos. Pero en este fervor y hartazgo ciudadano la gente empezó a atacar a Adela, llamándola “traidora, vendida, mentirosa”; encolerizándose tanto o más que los propios obradoristas cuando defienden al presidente. Ese es el fanatismo que preocupa.

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Entonces la gente en redes empieza a solicitar que no se le abandone a Xóchitl, que “toda la carne al asador” a favor de ella, que todo el apoyo para ella.

Yo no soy porrista de nadie.

Hay cosas de Xóchitl que me parecen grandiosas y lo he expresado con anterioridad. Sigo pensando, sin embargo, que algo le falta a su campaña y pienso que Santiago Creel no tiene la suficiente pasión o convencimiento para ser un hombre que transmita algo o que atraiga más simpatizantes para Xóchitl.

Me desilusiona que por un momento he llegado a sentir que Xóchitl ha dejado a un lado el apoyo ciudadano, para acudir al apoyo político y de eso ya estamos hartos.

Entonces ahora los que cuestionamos esto ¡somos los malos!... ¡los del otro bando!

Mi derecho y obligación como ciudadana no es ser porrista de nadie.

Tenemos que exigir resultados. Escuchar propuestas y qué nos ofrecen para gobernarnos, que nos suene a una verdadera oportunidad de salvación que a la misma grilla política de siempre.

Por eso es que más allá de que mi obligación sea ser porrista de nadie, quiero un debate entre las candidatas transparente y libre. Por años se han realizado, y me parece un ejercicio fantástico, porque puedes ver mucho más allá del candidato que solamente sus propuestas: Puedes ver cómo se conducen ante la presión, ante el cuestionamiento, ante el ataque político.

Mi pregunta es: ¿Cómo sería un debate entre  Claudia Sheinbaum y Xóchitl Gálvez? Yo diría que esto no pondría muy feliz al presidente, pero está indicado que se debe de llevar a cabo  por el INE.

Pero si por el presidente fuera, estoy segura que se lo prohibiría a Claudia.

Y es que todo México vimos que al propio presidente no le gusta entrar en debates ni  que se le cuestione ni que se le señale. Por eso no quiso recibir a Xóchitl en Palacio Nacional.

¿Claudia estaría lista para el debate ?

Ella y su equipo que la asesora tendrán que trabajar mucho en ella y en su persona. Noto que se enoja fácilmente. Y eso es algo con lo que tendrá que trabajar mucho de llegar a ser presidenta.

Usar la inteligencia emocional y el autocontrol serán dos de las herramientas que Claudia tendrá sí o sí que aprender a usar.

¿Cómo podrá Claudia esquivar los dardos Rebsamen y Línea 12 del Metro que le tiren en el debate ?

Difícil saber. Si en el documental que acaban de estrenar acerca de su vida, no mencionó estos dos temas, no veo cómo pueda responder ante tales puntos, sin salir herida de algún modo.

Xóchitl tiene a su favor que casi nada le es cuestionable. Teniendo una labor honesta dentro del Senado por más que le han querido encontrar cosas con qué atacarla, nada ha resultado de peso. Probablemente la debilidad de Xóchitl es que se ha debilitado. Suena a trabalenguas pero así lo pienso.

Hoy en día, por ejemplo, se le critica porque sumó a su campaña a sus hijos. Inmediatamente los obradoristas le llamaron a esto “nepotismo” pero no es así. Sé de muy buena fuente que los miembros de la campaña de Xóchitl están ahí bajo sus propios medios y recursos, es decir, no se le paga a nadie por estar junto a ella.

Quiero creer que en el caso de Claudia sea lo mismo. Cuantimás cuando ha enarbolado cuando  austeridad en todas sus dimensiones y esferas.

Así que no creo que el que los hijos de Xóchitl formen parte de su grupo de campaña pueda ser nepotismo. Lo mismo pensaría de los hijos de Claudia si estos se llegaran a sumar a la campaña de su madre.

Francamente, es necesario que será muy importante el debate entre ambas candidatas aunque hay una parte que no me agradaría de ello: las mujeres estamos para darnos una mano entre nosotras y no para agredirnos. Ver ahí a dos mujeres de frente queriéndose desbaratar me suena bastante modo coliseo romano.

Pero sí,  el debate será crucial porque ya no estamos para porras. Estamos para que se nos haga saber hacia dónde van, con qué recursos, bajo el mando de quién y porqué.

Si bien en las encuestas para ser presidenta de este país  Claudia Sheinbaum va en primer lugar, Xóchitl tiene todos estos meses para demostrar quién es ella.

Más allá del discurso de ambas de que son apasionadas de México y que fueron muy estudiosas y felices de jóvenes, nos hace falta saber más y en eso creo no me equivoco: Los mexicanos merecemos saberlo todo para poder tomar las mejores decisiones. No nos engañan tan fácilmente como antes. Como diría el presidente nunca como ahora el pueblo ha estado tan despierto.

Yo no soy una porrista. Soy ciudadana que quiere un país seguro y de oportunidades para mis hijos.

Es tiempo y obligación de las candidatas de decirnos las cosas claras y demostrarnos de qué están hechos... ¿O ustedes qué opinan?

Es cuanto.