No tengo ninguna duda: Claudia Sheinbaum ganará la presidencia de la República en 2024. Y lo hará, claro está, porque sabe perfectamente cómo funciona este proceso. De hecho, la coordinadora ha mostrado flexibilidad y, lo más importante en un ejercicio electoral, la voluntad para ir construyendo hacia adentro del partido. Eso se pudo ver con la incorporación -al primer círculo territorial- de Adán Augusto y Ricardo Monreal, que hace un par de días, como pudo verse, posaron para la fotografía los tres juntos.
Si hacemos una lectura de ese hecho, podemos darnos cuenta de que Claudia Sheinbaum, candidata de Morena a la presidencia de la República, no se confiará únicamente con el arrastre de la marca o el voto duro, sino que busca una estructura sumamente poderosa para enfrentar a la oposición. Y lo más importante aún, tiene que ir con el mejor cuadro que tenga a su alcance para ir a la cancha a encarar el reto más significativo de su carrera, máxime cuando hay que sortear la estrategia que pondrá en marcha la derecha, que son capaces de todo, hasta de las más perniciosas técnicas de manipulación.
Es necesario, sin lugar a dudas, concentrar a la gente de mayor experiencia en este tipo de procesos electorales. Ahí está la clave. De hecho, Claudia Sheinbaum está demostrando que, antes de llegar a la cita de las campañas o en la antesala del ejercicio, está armando un cuadro con las características que demanda un desarrollo de esta naturaleza. Buen olfato de Sheinbaum al incluir a Monreal y Adán, ambos, por cierto, hicieron una dupla operativa muy eficaz de los trabajos legislativos en el Senado de la República.
Y, como hay canales de entendimiento, eso facilitará la coordinación territorial y política para tender puentes no solamente con las estructuras del partido, sino con muchos sectores de la población civil, incluso los contrapesos y las pequeñas minorías que no simpatizan con un partido en específico. Algo similar a lo que manufacturaron en el cabildeo de la cámara alta.
De hecho, la responsabilidad que deposita Sheinbaum, en Adán y Monreal, le asegura una cobertura nacional para reforzar la coordinación, pero, además, ir construyendo las condiciones de diálogo con sectores educativos, empresariales, sindicatos, científicos, intelectuales, comunicadores y, con ello, un puente de acceso con las clases medias. Además de ello, la posición de Ricardo y Augusto López será fundamental en cualquier escenario donde se vaya dando el debate e intercambio de posturas. Eso le permitirá a Claudia no solo fortalecer la agenda del andamiaje de la 4T, sino profundizar y consolidarla.
Monreal y Adán, por ejemplo, son viejos lobos de mar que, en una larga trayectoria política, han adquirido mucha experiencia y habilidad. Eso lo ha demostrado el zacatecano, pero también Adán, en su paso por la Secretaría de Gobierno, donde se convirtió en el hombre fuerte del presidente Obrador para resolver la política interior. Sabrán, claro está, llevar a cabo un escrutinio muy minucioso para buscar áreas de oportunidad y, de paso, poder capitalizar a cuadros y perfiles que estén generando eco en las entidades federativas.
Se sabe que, para la toma de decisiones de gubernaturas, espacios legislativos, congresos locales y ayuntamientos, Claudia Sheinbaum llevará mano, sin embargo, Monreal y Adán, pueden tener un peso específico de influencia para proponer perfiles claves que garanticen competencia. Recordemos que, para este proceso, uno de los grandes desafíos es ganar el mayor número de espacios en ambas cámaras legislativas.
Por esa razón, la determinación se vuelve una herramienta crucial para definir a los mejores. Esto tiene que ver con lo que pasó en las elecciones intermedias del 2021, en algunos puntos donde se jugaron alcaldías claves en la Ciudad de México. De hecho, se ha concluido que uno de los grandes problemas fue, ni más ni menos, el descuido a las clases medias; sin embargo, otra situación radica en que, en la toma de decisiones, eligieron perfiles poco competitivos que, al final de cuenta, no fueron atractivos para el electorado.
Por eso Claudia está armando un dream team. Ganará la presidencia de la República, no hay duda de ello. Lo mismo, claro está, el mayor porcentaje de representación en ambas cámaras y congresos locales, que, para efectos constitucionales, son cruciales. Y con esa inercia se llevará Morena la CDMX, Veracruz, Chiapas, Puebla, Morelos y Tabasco. Y, en una de esas, Jalisco, Yucatán y Guanajuato.
Claudia Sheinbaum va por carro completo y, por esa razón, está alineando a los mejores jugadores de la cancha en Morena. En otras palabras, Sheinbaum teje fino, desde el momento que sumó a Monreal y Adán Augusto.
A propósito, otro jugador alinea en el cuadro titular de Sheinbaum. Será el siempre enérgico y combativo Gerardo Noroña, que se suma como vocero de la coordinadora. Por esa razón, el dream team de Claudia está para ganar la presidencia.