Sonora Power
La verdad sí existe una política y precandidata a la presidencia para las elecciones del 2024 que engloba todo lo que es la reacción, no hay otra mejor que la senadora por Sonora, María Lilly del Carmen Téllez García.
Es importante aclarar que esto lejos de ser un elogio, es una crítica abierta y directa a la persona que lamentablemente representa a mi estado como senadora de primera mayoría, quien resultó una completa traidora a la causa política que la llevó a esa posición de primer orden, que es manipuladora, prejuiciosa, cínica, mentirosa y reaccionaria.
No es un secreto que hemos emprendido una campaña a fin de reunir firmas para solicitar que se le haga un juicio de desafuero a la Senadora, precisamente porque en Sonora consideramos que ha traicionado de manera artera y abierta al proyecto de Andrés Manuel López Obrador y la llamada “Cuarta Transformación”, del que fue candidata ciudadana en el 2018.
Dicha iniciativa que a la fecha ha recabado 128 mil 829 firmas de ciudadanos de todo México, se puede encontrar en el enlace www.change.org/fueralillytellez y no es otra cosa que un recordatorio de que los ciudadanos tenemos memoria y dignidad y que no estamos dispuestos a permitir que políticos sin escrúpulos manipulen a su antojo y en busca de satisfacer sus propósitos personales la voluntad popular.
Es interesante porque en su momento la hoy senadora fue invitada por Morena y la coalición “Juntos Haremos Historia” para ser su candidata, cabeza de fórmula al Senado, por Sonora, colocándola a ella como cabeza de fórmula y con el hoy gobernador Alfonso Durazo Montaño como su acompañante.
Con ellos participaron como suplentes la académica Reyna Castro Longoria y el hoy senador suplente Arturo Bours Griffith, un hecho interesante, pues la suplente en efecto representa las causas de la izquierda pro 4T, mientras que el Bours Griffith representa a la oligarquía empresarial de Sonora.
Ambos candidatos fueron invitados como un rasgo de apertura de Morena con la sociedad sonorense, buscaban en Lilly un rostro conocido, lejos de la izquierda o de los círculos académicos, que pudiera ser atractivo al voto ciudadano, en Arturo a un puente con el status quo empresarial, que por décadas ha dominado la política estatal y la toma de decisiones.
La historia y desenlace electoral demostraron que no eran necesarios, pues López Obrador arrasó de tal modo las elecciones en Sonora en el 2018, que la ola de votos se convirtió en tsunami y enterró a los candidatos del PRI y el PAN (que entonces competían separados), sin embargo el error ya se había cometido y avanzó rumbo al Senado.
Lo llamativo es que mientras la senadora Lilly Téllez se aferra a su curul y se niega a escuchar el clamor de miles de sonorenses que no la queremos de representante, el senador Bours se ha acercado a las posiciones de la izquierda social y ha comprendido con claridad que el esfuerzo del actual gobierno enfocado a generar equilibrios entre las clases más privilegiadas y los que menos tienen, es el camino para impulsar a México a ser un país más próspero en lo económico.
La senadora no ve ni oye a sus representados y sus visitas a Sonora han sido tan escasas desde que asumió el cargo que solo puedo recordarla aquí en 2 ocasiones, 1 de ellas para participar en un funeral y la segunda para hacer campaña a favor de “Va por México”.
Hace unos días el presidente de la República reconoció que dicha invitación fue un error político, y le lanzó a la senadora la pregunta qué es lo que él le ha hecho para que ella manifieste que su principal argumento en una eventual campaña por la Presidencia, sería meter a la cárcel al hoy dirigente de la 4T y al vocero de su gobierno, el Doctor Hugo López-Gatell, en caso de ganar la presidencia.
Más aún, Lilly Téllez ha dicho que ella desea enfrentar a la jefa de gobierno Claudia Sheinbaum en la elección presidencial, en un cara a cara con quien muchos consideramos la hija política del presidente López Obrador, en el que en efecto se confrontarían los dos bandos, por una parte la senadora Téllez encarnando a las fuerzas reaccionarias, que en realmente piensan como ella y por lo tanto se sienten reflejadas y bien representadas por ella, y la doctora Sheinbaum, que es todo lo contrario.
Confieso que me encantaría ver esa confrontación en las urnas, observar a ambas mujeres políticas en un debate de ideas y propuestas y poner a consideración de los votantes cuál de esas 2 visiones de México, la del retroceso y la oligarquía, o la del progreso y el avance social prevalece.
Pocos días después de que Lilly Téllez renunciara a la bancada de Morena, tuve la ocasión de dialogar con ella, ahí mismo en el Senado, todavía no se unía al PAN, aunque estaba en las primeras aproximaciones.
En esa ocasión me expresó supuesta preocupación, pues me dijo que López Obrador y su gente buscaban conducir al país al comunismo y que esa era la causa de su alejamiento; aunque hoy sabemos que la realidad era que Lilly Téllez preparaba sus movidas en busca de su propia proyección política y a favor de los oscuros intereses que ella sí representa en el Senado.
Demian Duarte en Twitter: @Demiandu
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