La autoproclamada 4T se ha distinguido, entre otros elementos, por la utilización, a conveniencia, de la información desplegada por medios de comunicación y por las propias instituciones del país.
El lector seguramente recordará cuando el expresidente AMLO utilizaba, como discurso de campaña contra el PRIAN, la polémica de la Estafa Maestra y del resto de las trapacerías cometidas por los gobiernos del PRI y del PAN. Lo que se ha olvidado –insisto, a conveniencia– es que esa investigación, conducida por Mexicanos Unidos contra la Corrupción, tuvo como fuente principal la información obtenida a través del INAI.
Lo han hecho de nuevo, ahora con el New York Times. En días recientes la presidenta Claudia Sheinbaum minimizó el reportaje en torno a la elaboración de fentanilo en los laboratorios de Sinaloa.
Sin embargo lo que quizás haya olvidado la jefa del Estado mexicano es que el diario estadounidense no ha sido el primero en presentar al mundo lo que sucede en las “cocinas” de los cárteles de la droga. Lo hizo también Le Monde hace un año.
En su reportaje el diario francés expuso (se encuentra hoy en YouTube como “Au coeur des labos de fentanyl”) cómo los delincuentes fabrican la droga a partir de insumos chinos y en plena connivencia con las autoridades mexicanas. Según narran los criminales en el vídeo, los sobornos otorgados a los funcionarios corruptos forma parte del “gasto corriente” o de los egresos programados del cártel de Sinaloa.
Lo que sí que es un hecho es que la 4T recurre vulgarmente al doble rasero. ¿No fue acaso el propio AMLO el que apuntaba hacia las investigaciones del NYT cuando éste señalaba los errores o actos de corrupción de los gobiernos del PRIAN? ¿O, como he señalado, la información del hoy muerto INAI?
En todo caso, Sheinbaum luce empecinada en continuar con la línea seguida por su antecesor: el doble rasero. Han decidido apostar por la paupérrima memoria de los mexicanos. Veremos si se mantiene en el tiempo mientras los acontecimientos futuros les ponen en su sitio.