Simple y sencillamente Rafael El Fisgón Barajas lanzó algunas críticas políticas perfectamente legítimas en una democracia:
√ No cuestionó a una mujer por el hecho de serlo, sino a una aspirante presidencial, Xóchitl Gálvez, a la que simple y sencillamente El Fisgón no apoya, lo que es su derecho.
√ Rafael Barajas le dio duro al aparato mediático del empresario @ClaudioXGG que claramente impulsa a Xóchitl.
√ El monero de La Jornada —en mi opinión, artista e intelectual de primer orden— criticó a los grandes medios de comunicación que están construyendo una narrativa que al viñetista le parece ridícula: que @XochitlGalvez encarna al pueblo de México porque es una ‘mujer indígena’ que ‘viene de abajo’.
El Fisgón piensa, y la Constitución le autoriza a expresarlo, que todo lo anterior es falso, ya que “la panista Xóchitl es clasista y racista y es vocera de la oligarquía”.
¿Cuál es mi opinión? Que Xóchitl no es clasista ni racista, pero que sí, por ambición política —legítima, sin duda—, aceptó el papel de representar a lo peor de la oligarquía en México: el grupo económico y político encabezado por Claudio X. González, un hombre que ha demostrado no pocas veces vocación fascista.
¿Gordofóbico El Fisgón? Lo acusan de serlo porque dijo de Xóchitl que es “botarga”. Creo que quienes cuestionan a Rafael Barajas por utilizar esa palabra no entienden el significado de la misma. Botarga es un disfraz, que puede usar la gente gorda o la gente flaca.
¿Xóchitl anda por la vida disfrazada? Hay razones objetivas para pensar que, por conveniencia electoral, se puso la careta de la persona que tanto sufrió para salir adelante en un ambiente totalmente desfavorable.
Aclaración: de ninguna manera estoy diciendo que a Xóchitl Gálvez no le haya costado muchísimo trabajo salir de la pobreza y la marginación.
Solo estoy afirmando que no venía al caso que Xóchitl presumiera su origen humilde para tratar de enternecer votantes impresionables con historias de superación. Menos aún tenía que haberlo hecho en un contexto en el que sus promotores la comparan con la supuestamente privilegiada Claudia Sheinbaum, quien de niña estudiaba ballet, mientras que Xóchitl vendía gelatinas en la calle.
No había necesidad de que Xóchitl y sus publicistas ofendieran a todas las niñas mexicanas que, después de ir al colegio, estudian ballet, gimnasia, pintura o cualquier cosa que les motive.
Las encuestas hunden a Marcelo
Simpatizantes de Marcelo Ebrard, como un politólogo no del todo destacado como José Antonio Crespo, andan difundiendo en Twitter seis encuestas. Cinco de ellas son encuestas patito y una sí es encuesta seria.
En las cinco encuestas patito Marcelo le gana a Claudia Sheinbaum; en la seria, la del diario Reforma, Ebrard pierde.
Por cierto, Marcelo pierde frente a Claudia en todas las encuestas serias:
- La de Lorena Becerra, que se publica en Reforma.
- La de Buendía & Márquez, en El Universal.
- La de Alejandro Moreno, en El Financiero.
- La de Covarrubias y Asociados, que se difunde en La Vanguardia, de Barcelona, España.
- La de Enkoll, que se da a conocer en El País, de Madrid, España.
- La de MetricsMx, en SDPNoticias.
- La de Mitofsky, en El Economista.
- La de Poligrama, en El Heraldo de México.
En su desesperación, Marcelo Ebrard ha atacado a empresas profesionales con mentiras. De Buendía & Márquez dijo que publicó una encuesta fallida sobre el Estado de México. Totalmente falso. Jorge Buendía tuvo que aclararle al excanciller que tal publicación no existió, lo que le dejó en ridículo a Marcelo.
Por cierto, en vez de insultar a profesionales de los estudios demoscópicos, Ebrard debería preocuparse por su desangelada campaña: no vaya a ser que le quiten el segundo lugar Adán Augusto López o Gerardo Fernández Noroña. En una de esas don Marcelo termina tercero… o cuarto.