Como veo doy

Si en la oscura época de la Inquisición, estimado Lector, alguien hubiera pregonado por las calles “¡no creo en Dios!”, en menos que canta un gallo lo hubieran asado en leña verde.

Pero hoy, ya sabe Ud. que soy fan del pero, por los intereses que se juegan en este ejemplar proceso electoral, si alguien predicara a medio Zócalo, como en los calientes tiempos de la Inquisición; ¡no creo en el voto! ¡ni creo en la democracia!, resultaría peor que blasfemar ¡no creo en Dios!. Ya no quemarán a este sincero (¿o ingenuo?) demócrata ciudadano con leña verde, pero lo envolverán en la hoguera del ostracismo.

Al paso del tiempo, la sociedad evolucionó de esas formas sahumadas poco amigables a una organización que se denomina Democracia, cuya principal virtud es la libertad de culto, de afinidad política y de expresión, entre otros civilizados moldes de convivencia.

Sin embargo, esta libertad es relativa ya que está condicionada por una estructura de poder, la cual, con la más pura demagogia, proclama que dicho poder emana del pueblo, cuando éste es la parte más débil, dispersa y desorganizada de un sistema político llamado artificiosamente democrático. Inmerso en él, está la mayor parte de la población. Y por mucho.

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La otra parte de dicha población, minoritaria por obvia diferencia, es la clase social que detenta realmente el poder, que está organizada, que se comunica fácilmente y que tiene poderosos intereses económicos y políticos. Sin embargo, no es una clase política y económicamente homogénea, lo cual la conduce a una permanente confrontación. Aunque se alternan el Poder, igual se madrean. Por aquello de tu madre por aquí, tu madre por allá. En fin, son saludos.

Así las cosas, buscan por todos los medios posibles, influir en las decisiones del gobierno en turno, mismas que en un sistema democrático como el que defienden, están supeditadas al número de votos que cada partido político logre obtener. Por ejemplo, en el deseo de controlar la distribución del Presupuesto del Gasto Público.

Round 6º .“Negar hoy la utilidad del voto en casi una traición ala Patria”

Estimado Lector, estamos ya en el 6º round de la campaña electoral y las estrategias de los dos bandos, aunque en el papel son 10, se desgarran con el alma para convencer a los del G-84 (a los que tengan credencial de elector, obviamente), por quién deben votar. Esos pobres del G-84, son una verdadera fuente de riqueza y de poder. Paradójico: los ricos y los políticos, dependiendo de los pobres. Para Ripley.

Negar hoy la utilidad del voto y la obligación ciudadana de sufragar, equivale a una abstención y, en consecuencia, casi a una traición a la Patria. Así se las gastan los que ven en el voto, no la mejor, si no la única -así lo afirman- oportunidad de mantener sus privilegios. Claro, no lo expresan así, sino como un acto racional para salvar a la Patria de la destrucción.

Abstenerse de votar es un derecho no reconocido y sí vilipendiado, aunque Diputados y Senadores, continuamente lo ejercen a la hora, ya sea, de votar una Ley o cualquier otra cosa; además, lo hacen públicamente y no hay alguien que los denoste, bueno, ni siquiera que los amoneste. Tienen derecho, ¿verdad? Bueno, ellos sí; el anónimo y humilde elector, no.

Volviendo al tema del equilibrio y considerando las inconsecuencias mencionadas, hay que reconocer que cualquier rompimiento de los contrapesos trae graves consecuencias. Lo vemos en los desequilibrios ecológico, psicológico, familiar, social y económico, entre otros, lo cual hace obvio que sea igual de grave romper el equilibrio político.

Desde luego lo ideal para cualquier Titular del Poder Ejecutivo, es contar con la dócil mayoría de los miembros del Congreso, porque ello facilita sus acciones de gobierno, pero, por si se le pasa la mano y por la gran diversidad de México, es conveniente que el poder se ejerza con equilibrio y verdadera independencia de Poderes.

G-84

Sin embargo, de ninguna manera es aceptable que por mantener el equilibrio, las fuerzas en campaña electoral, tanto oficiales como fácticas, del gobierno u opositoras, asedien al ciudadano común, en especial a los del G-84, a que voten a favor de sus intereses, basados en una intensa campaña de medias verdades, chacoteo, ofensas y amedrentamiento.

Otra cosa sería si la campaña electoral se realiza civilizadamente, con propuestas constructivas, viables y de beneficio para toda la sociedad. Restan 3 o 4 round para concluir el combate. Los contrincantes aún pueden mostrar su calidad de personas civilizadas y realmente democráticas, es decir, alentar a que el Pueblo exprese sus sentimientos a través de un voto libre y auténticamente personal.

No lo van a hacer. Es mucho lo que se juega por ambas partes. Así que seguirán prevaleciendo las prácticas antidemocráticas y las voces que sin recato ni decoro, aseguran que su propósito es ¡defender la democracia y cerrar el paso al autoritarismo!

Por mi parte, desde esta minúscula columna, recomiendo, como dice el inigualable Catón, a mis 4 amables Lectores, que cada quien vote por el partido que le acomode y si no le parece ninguno, ¡pues que no vote! Uf, ya huele a leña verde.

RENDIJAS

Si la abstención rebasa el 30% del Patrón Electoral, en la práctica habrá un gran partido, el Partido Abstencionista Mexicano (PAM), que mostraría la inconformidad del Pueblo y demostraría que de él no proviene el Poder. Cierto, ¿no?.

–Señor, exigimos que intervenga de inmediato para evitar el fraude electoral, ¡o se saldrá la ciudadanía de control!– Exigencia de empresarios yucatecos al entonces Secretario de Gobernación, GDO.

–Señores –contestó GDO con gesto severo–, atenderé su demanda: si hay heridos, los curamos; si hay muertos, ¡los enterramos! Pueden retirarse.

Órale, así me lo contaron, ¿lo puede usted creer?

pibihua2009@gmail.com