Cuando, hace días, Isaac del Toro llegó al liderato del Giro de Italia, su equipo no lo apoyó. Pudo haber incrementado bastante su ventaja en las etapas en que más fuerte se sentía, pero el director deportivo, un español sin criterio, no ordenó a los otros ciclistas apoyar al mexicano.

El estratega falló no por incompetente, sino por chovinista. Ese tipo, Joxean Fernández ‘Matxin’, estaba decidido a darle a su España otro campeón de grandes vueltas. Matxin y sus colaboradores, como toda la comentocracia deportiva de la antes llamada —siempre mal llamada— madre patria, pensaron que debían hacer todo lo que pudieran para que el Giro lo ganara Juan Ayuso.

Pronto en el Giro de Italia quedó perfectamente claro para todo el mundo no español que Ayuso, ni modo, era mucho menos fuerte que Del Toro. A pesar de la evidencia, el director deportivo nacido en España no permitió al Torito de Ensenada lanzarse a incrementar su ventaja.

Hoy, en el inicio de la tercera semana del Giro —una etapa de muy alta montaña—, el español Ayuso se derrumbó y el mexicano Del Toro vio disminuida su ventaja, que era de algo así como minuto y medio, a apenas 30 segundos. Si lo hubieran dejado avanzar la semana pasada, ni hablar, la pérdida no sería tan lamentable.

Al Torito le costará mucho trabajo en lo que resta de la carrera —tres o cuatro etapas de alta montañamantener el liderato frente a dos experimentados ciclistas, el británico Simon Yates y el ecuatoriano Richard Carapaz.

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Que le sirva de lección a Del Toro, quien tendrá que buscar un equipo que lo apoye en vez de detenerlo. Debe hacer suya una frase del Quijote: “Yo me contento de haber caído de mi burro y que la experiencia me haya mostrado la verdad”.

Así ocurre en la política a los más importantes liderazgos: normalmente les falla el equipo en los momentos de crisis. Solo excepcionalmente los gabinetes presidenciales no fracasan. Es el caso, por fortuna, del de Claudia Sheinbaum. De ahí que la presidenta conserve su ventaja —aprobación de 80%— a pesar de tantos problemas internos y externos.