Argentina campeón del mundo en Qatar 2022. Sí, dentro de la cancha se puede decir merecido, a pesar del récord (que luce inalcanzable) de seis penales marcados a su favor durante la justa (casi de a uno por partido), pero ya ni abundemos tanto en la grosería (al mundo entero) sin precedente por el nivel de vulgaridad y ofensa de sus gestos en sin duda el momento en que más cantidad de personas lo veían por la televisión en vivo y en directo (de miles de millones hablamos), obviamente niñas y niños incluidos, que tienen cómo sus ídolos y toman cómo ejemplo a seguir sus acciones, olvidémonos de vidas personales, en el futbol mismo, como fue la felonía en serie de parte del portero argentino, Emilianl “El Dibu” Martínez durante el tiempo que duró la ceremonia de premiación, con los rostros de estupor de los dignatarios árabes ahí presentes.
Ahora, en lo que a México concierne, las obvias y abiertas ofensas y groserías a nuestro pais, México, por parte de argentinos, ya no digamos aficionados sino astros mismos del plantel hoy ya campeón del mundo, son algo que no debería tenernos nada contentos para con ellos, y reviste de una ingratitud sin límite hacia México:
- Un país que les abre sus puertas. Tanto a turistas (cada vez menos por las recurrentes y endémicas crisis económicas que sufre el país austral) como a futbolistas, directores técnicos, artistas, profesores, meseros y toda clase de oficios y profesiones que se vienen aquí a desempeñar, para mejorar de manera abismal su lastimosa calidad de vida y sin que en ningún momento se haya sabido de un sólo caso de conductas xenofóbicas ni nada que no sea el abrirle las puertas de casa cómo lo que somos (o se supone, somos), hermanos latinoamericanos.
- Policamente. En lo político, el presidente Andrés Manuel López Obrador puso su tiempo, sus mejores oficios y buena voluntad para, que un conocido y gigante fondo de inversiones flexibilizara a la Argentina del presidente Alberto Fernández, parte de sus pesados e impagables pasivos para con este ente financiero global. Algo consiguió sin duda, que por medio de ningún otro país hubiesen logrado.
- En lo futbolistico. Estrictamente en lo que a mundiales se refiere, a la selección de Argentina en México 86, se les trató cómo a ningún otro combinando nacional, llegando al país con dos meses de antelación, poniendo a su entera disposición el Club América sus instalaciones (que en su país, no sobra decirlo, no hubiesen tenido a la mano ni en sueños). Todos los servicios incluidos, desde dormitorios, alimentación, personal al por mayor a su servicio, y canchas y más canchas para entrenar con todas las comodidades posibles, esto si se suma el mes que duró el mundial en cuestión da un total de tres meses de inusitada hospitalidad a una selección que no haya sido la local en un torneo del tipo. Sigamos en lo futbolístico: ¿cuántos jugadores no han resuelto su carrera y su vida gracias a México y el trabajo que les ha brindado, y algunos usado al país cómo trampolín para irse a otros países con condiciones económicas todavía mejores?, la respuesta es infinidad, con la nobleza mexicana (algo de estupidez y complejos malinchistas de parte de directivos, hay que decirlo) de entregar a la selección nacional mexicana a entrenadores a veces sin méritos suficientes, el caso más reciente y triste es el del ladino y cínico Gerardo El Tata Martino, dejando con ello sin la oportunidad al talento nacional, que lo hay y de sobra en dicho rubro.
- Cariño y reconocimiento. ¿Sabrán los “cabezas de termo” de la selección actual de Argentina que afuera de nuestro estadio Azteca hay un enorme y bello mural, exquisitamente logrado, dedicado a la Argentina del 86 y a Maradona, además de la placa de bronce conmemorativa en un lugar privilegiado del coloso de Santa Urusla? ¿Sabrían de la educación y el respeto que mostraron los franceses y sus seleccionados campeones del mundo en Rusia 2018 para con los sombreros mexicanos de charro que aficionados les dieron de regalo cómo muestra de cariño? ¿Porqué el repungnante Dibu Martínez y sus compañeros, al rechazar idéntico sombrero en Qatar le gritaron a un mexicano epítetos cómo: “métetelo por el orto, tirálo, largáte de aquí, dasélo a Ochoa” y aún más?
Todo lo anterior ahí está, son hechos innegables, nunca opiniones parciales. Porque además, como aficionados al futbol no somos como en Argentina (y que bueno que así sea), a grado de que su ministra de finanzas declaró al país entero que “la hiperinflación no le importaba, que ella sólo pensaba en que la selección de Argentina ganara la copa”; eso en cualquier país habría sido motivo de escándalo, provocado que la presión social hiciera rodar la cabeza de semejante bestia al frente de las finanzas de un país, pero ojo, la afición mexicana es justo el lado opuesto de la moneda: síntoma es el CARAMELO, famoso ahora, que va a los torneos de selecciones vestido de forma más que ridícula, y a conformarse con “trofeos” del tipo de “que lindo se cantó el cielito lindo”, “somos los que más fuerte cantamos el himno nacional”, los que menos respetamos las leyes de los países anfitriones, la selección que más goles en contra tiene en mundiales cómo también más cantidad de partidos perdidos o como ser el país que en más ocasiones ha regresado a casa cómo el indigno último lugar del torneo. En fin, todo esto viene a cuento por el inexplicable apoyo de tantos mexicanos a esta Argentina, la de un Messi que nunca jugó en su país, y que sus seleccionados demuestran que las interminables crisis económicas en las que caen ya hicieron mella en un rubro tan delicado como el de la EDUCACIÓN, de los modales y el ‘FAIR PLAY’ ni hablar, que si Messi “no pisó la camiseta mexicana con dolo”, ¡MIS POLAINAS!, porque eso aseguró su abogado de oficio Andrés Guardado (otro ‘5 copas’ mexicano, son cuatro, récord que debería avergonzarnos en vez de causarnos orgullo), haciendo recular a un mexicano grande el si, cómo lo es el boxeador Saúl “Canelo” Álvarez, que sacó la casta en defensa de nuestro simbolo nacional humillado, cómo más que claramente se puede ver en fotos y videos.
Pero el aficionado mexicano, ñoño, malinchista y tontito, se puso del lado del extranjero, y en contra del pugilista valiente y digno. Pero que bueno que todos vimos al mexicanito corriendo como perrito tras su dueño queriendo regalar un sombrero típico nacional y ser desdeñado, humillado y sobajado ante el mundo, ojalá cambie nuestra forma de ver el futbol, y más ojalá todavía, algunos de nuestros directivos torpes y vende patrias también lo vean, para ver si se pone un alto a la invasión de troncos argentinos en nuestro balompié. Y ojalá también, porque no decirlo: que el Dibu Martínez y/o Messi si se topará con el Canelo algún día, tan sólo para que con sólo verlo, les temblaran de miedo las piernitas, y sus esfínteres acusarán algún posible y momentáneo fallo en sus funciones, aprendiendo así lo que es la gratitud y el respeto entre países hermanos.
