Sin evitar sentirse nostálgico por el fin de su sexenio, el presidente Andrés Manuel López Obrador dio su sexto y último informe de gobierno, en pleno Zócalo de la Ciudad de México, en uno de sus últimos actos públicos antes del fin de su sexenio.
El sexto informe fue una última vuelta triunfal del mandatario destacando sus puntos cumplidos, pero también los puntos faltantes cuando, al momento de escribir este texto, restan 4 semanas de su sexenio, principalmente, el esclarecimiento de la desaparición de los estudiantes normalistas de Ayotzinapa.
Pese a esto, el presidente se va con un alto, altísimo nivel de aprobación, reteniendo a gran parte de su apoyo “duro”, e incluso ganando el respaldo de ciudadanos que votaron por otras opciones en 2018.
Aun con la problemática heredada de inseguridad, la pesadilla de la pandemia y la posterior recesión económica global, el presidente logró mantener al país con estabilidad y terminar el sexenio sin devaluaciones explosivas, fugas de capitales y otras linduras acostumbradas durante los fines de gobierno del PRIAN.
Además, mediante su comunicación y las “mañaneras”, AMLO logró desmontar buena parte de las embestidas mediáticas contra él y su gobierno, además de desarticular en buena parte a sus adversarios políticos mediante su hábil operación política.
No cabe duda que AMLO, tanto sus seguidores, como detractores, lo van a extrañar.