Hicimos una encuesta especial para el tracking diario ClaudiaMetrics. Una amplia mayoría —el 61.8% de las personas entrevistadas— opina que si Donald Trump invitara a Claudia Sheinbaum a su toma de posición el próximo 20 de enero, la presidenta mexicana debería asistir a tal evento.
Además de lo anterior, pregunté su opinión a gente que conoce el tema. Todas las personas consultadas —con una sola excepción— están a favor de que Claudia vaya a Washington.
Esta es la lista de las personas entrevistadas:
- 1. Armando Garza Sada, empresario del Grupo Alfa, de Monterrey.
- 2. Gerardo Fernández Noroña, presidente del Senado.
- 3. Luis Videgaray, exsecretario de Hacienda y de Relaciones Exteriores.
- 4. Francisco Cervantes, presidente del Consejo Coordinador Empresarial.
- 5. Sergio Sarmiento, periodista de Reforma y de El Heraldo Radio.
- 6. Ildefonso Guajardo, exsecretario de Economía y negociador del actual tratado comercial entre México, Estados Unidos y Canadá.
- 7. Jorge Castañeda, excanciller.
- 8. Carlos Salazar, empresario.
- 9. Alberto Pérez Dayan, ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
- 10. Ciro Gómez Leyva, periodista de Radio Fórmula y Excélsior.
- 11. José Antonio Meade, exsecretario de Relaciones Exteriores y de Hacienda.
- 12. Javier Treviño, vicepresidente de Walmart.
- 13. Javier Quijano Baz, abogado.
- 14. Liébano Sáenz, exsecretario particular de Ernesto Zedillo.
- 15. Manlio Fabio Beltrones, senador independiente y exdirigente del PRI.
- 16. Aurelio Nuño, exsecretario de Educación.
- 17. Mario Páez, rector de la Universidad de Monterrey.
- 18. Mauricio Kuri, gobernador de Querétaro.
- 19. Gerardo Ledesma, médico oftalmólogo.
- 20. Federico Berrueto, analista.
- 21. Bárbara Tijerina, experta en lenguaje corporal.
- 22. Sergio Kurczyn, economista en jefe de Banamex.
- 23. Elic Jacob Herrera, experto en aeronáutica.
- 24. Óscar Teramoto, especialista en gastroenterología.
- 25. Fernando Castro Trenti, diputado y exembajador en Suiza.
- 26. Arturo Elías Ayub, empresario.
- 27. Marco Antonio Ruiz, notario público.
- 28. Agustín Gutiérrez Canet, diplomático.
- 29. Epigmenio Ibarra, productor de televisión.
- 30. Mi propia opinión.
Enseguida las opiniones…
1. Armando Garza Sada, del Grupo Alfa, de Monterrey:
¿A poco hay duda? Desde luego que debe ir. Por pragmatismo. Ellos, los estadounidenses, no nos ven como iguales. No es correcto pero no es corregible; hay que aceptar el hecho. Si la invitan, la presidenta debe estar ahí, evitar el choque. Claudia Sheinbaum iría con clase y categoría. Es científica, simboliza el futuro. Ella nos va a representar muy bien. Estoy optimista.
2. Gerardo Fernández Noroña, presidente del Senado:
Si Trump la invitara, no hay duda que la presidenta Sheinbaum debería ir. Estados Unidos es nuestro principal socio comercial; la necesidad de mantener una comunicación directa es evidente, y por los temas que ha planteado, debería buscarse la posibilidad de tratarlos de inmediato para intentar evitar un desencuentro mayor.
3. Luis Videgaray, exsecretario de Hacienda y de Relaciones Exteriores:
Tradicionalmente EU no invita jefes de Estado a la toma de posesión. Una invitación sería un gesto inusual y especial. Por lo mismo creo que, si llegara a darse, tendría que considerarse.
4. Francisco Cervantes, presidente del Consejo Coordinador Empresarial:
Sí debería acudir. Es importantísimo. Número uno, porque somos vecinos en más de 3 mil kilómetros de frontera terrestre y marítimamente compartimos el Golfo de México. Número dos porque tenemos el acuerdo comercial más importante del mundo: diariamente el intercambio comercial equivale a más de 1 mil 200 millones de dólares; si la franja fronteriza fuera un país sería la tercera economía del mundo. Y número tres somos la región económica más grande del planeta.
5. Sergio Sarmiento, periodista de Reforma y de El Heraldo Radio:
¿Debe la presidenta Claudia Sheinbaum ir a la inauguración de Donald Trump en Washington si recibe invitación? Opino, sin ninguna duda, que sí. ¿Por qué? Porque la presidenta de la república no solo es cabeza del gobierno sino jefa del Estado mexicano. La política exterior es una de sus principales responsabilidades. De hecho, la presidenta es la máxima representante de nuestro país en el exterior.
Estados Unidos no es solo nuestro principal socio comercial, sino el país extranjero en el que viven más mexicanos y con el que tenemos una relación más estrecha. México debe tener la más alta representación en el cambio de gobierno de un vecino como Estados Unidos.
6. Ildefonso Guajardo, exsecretario de Economía y negociador del actual acuerdo comercial entre México, Estados Unidos y Canadá:
Sí debe ir. Porque la historia y la vecindad nos obligan a cumplir un compromiso de ese tipo. El embajador Esteban Moctezuma tendría que hacer un gran trabajo para conseguir, en el evento, un lugar del mayor decoro para la presidenta Sheinbaum. No sería el momento para solicitar una reunión bilateral.
7. Jorge Castañeda, exsecretario de Relaciones Exteriores:
Creo que Sheinbaum no podría no ir si Trump la invitara. Trump lo tomaría como una ofensa. Pero se va a encontrar con Milei, Bukele, tal vez Meloni. La mejor solución es ir antes a Mar-a-Lago, como muchos han sugerido desde noviembre. Sería así más fácil disculparse.
8. Carlos Salazar, empresario:
Claro que debe ir. Uno no escoge a sus vecinos.
9. Alberto Pérez Dayan, ministro de la SCJN:
Yo creo que debe ir. Somos vecinos y el proceso electoral se resolvió sin cuestionamientos. Son muchos quienes asistirán y no se recarga la atención en ella. Además, mucho hace para la relación asistir; no ir sería un desaire. No le va a comprometer en nada asistir. Podría aprovechar para saludar a la comunidad mexicana en DC.
10. Ciro Gómez Leyva, periodista de Radio Fórmula y Excélsior:
No veo por qué tendría que declinar la invitación. Trump, a fin de cuentas, solo ha soltado su palabrería en entrevistas y en las redes, no ha consumado una agresión en los hechos contra los mexicanos. No creo que la presencia de la presidenta Sheinbaum en Washington vaya a traer beneficios particulares en la relación con el nuevo gobierno, tampoco costos. Pero la imagen de la líder de los mexicanos en ese evento podría formar una estampa de solidez por la que, creo, bien vale la pena correr el riesgo de asistir a la fiesta de ese personaje, horrible y pragmático.
11. José Antonio Meade, exsecretario de Relaciones Exteriores y de Hacienda:
Los estadounidenses no acostumbran invitar presidentes. Y por lo mismo la representación la lleva el embajador. En general es una ceremonia históricamente doméstica. Les resulta difícil escoger a quién sí y a quién no. La logística se les complica exponencialmente. Habiendo dicho todo eso, si el presidente Trump la invita, la presidenta Sheinbaum debe ir. Es nuestro vecino, estaría haciendo una excepción. Pese a todo construir un diálogo temprano pagó dividendos en 2016.
12. Javier Treviño, vicepresidente senior de Asuntos Corporativos de Walmart:
Yo creo que sí debería ir. Es la relación más importante para México. Trump lo tomaría como un buen gesto de Claudia. Claudia podría utilizar la visita de manera eficaz con otras reuniones (congresistas, académicos, medios). Trump le debería una visita pronto a México. Claudia podría aprovechar el momento para bajar la tensión sobre aranceles, deportaciones, drogas. Claudia tendría que preparar muy bien su visita, desde el punto de vista de la sustancia y sus mensajes principales.
13. Javier Quijano Baz, abogado:
No se por qué, pero tratándose de esta cuestión, me atrevo a decir que sí de inmediato. El problema grave lo tiene Trump y no Claudia. Hay necesidad imperiosa de invitar a la presidenta de su vecino país sureño. Si no la invitara incurriría en una grave falta de caracter internacional, lo que Trump no se puede dar el lujo de hacer.
14. Liébano Sáenz, exsecretario particular de Ernesto Zedillo, presidente de México entre 1994 y 2000:
Sí, sí debe aceptar. Somos socios comerciales, allá viven millones de paisanos, es nuestro mayor mercado de exportaciones y aunque nuestras mutuas agendas están cargadas de asuntos complejos, no hay mejor manera de generar un ambiente de buena voluntad que corresponder a un gesto tan especial como el que entraña la invitación de darse esta.
15. Manlio Fabio Beltrones, senador independiente y exdirigente del PRI:
Sí debe ir simplemente porque la presidenta Sheinbaum enviará presencia gubernamental a Venezuela.
16. Aurelio Nuño, exsecretario de Educación:
Por supuesto que debería ir por cuatro razones muy obvias:
- (i) EU es, por mucho, el país más importante para México en todas las dimensiones: económica, seguridad interior y exterior, vínculos familiares por la migración, relaciones educativas y científicas, así como dependencia tecnológica y energética.
- (ii) En ese contexto, EU es la potencia más importante del mundo —el imperio republicano moderno— que está en plena competencia con China por la hegemonía tecnológica y, hasta cierto punto, militar. En esa competencia, México tiene un rol estratégico para EU, aunque no insustituible: somos muy importantes para ellos en esa competencia global, pero no indispensables.
- (iii) Trump ha delineado una política hostil hacia México, que podría afectar seriamente la economía, la seguridad y la soberanía de nuestro país.
- (iv) Por todas estas razones, si la presidenta Sheinbaum es invitada —de manera inusual ya que no es costumbre invitar mandatarios a las tomas de protesta de los presidentes de EU—, debe asistir para mandar un mensaje de entendimiento con Trump. Si eso sucediera, de inmediato los mercados tendrían una reacción favorable para México (algo que le urge al gobierno de Morena) y, además, seguramente la presidenta tendría la oportunidad de tener una entrevista con Trump (que no ha tenido) y plantear dos mensajes clave: México es y quiere ser un socio estratégico de EU en su competencia con China, y México puede cooperar con EU en combatir con más eficacia a los cárteles y la migración ilegal, pero para que eso suceda es fundamental que EU sea sensible a la soberanía de México y a nuestras propias necesidades estratégicas.
Finalmente, si la presidenta fuera invitada y no asistiera, sería un mensaje de miopía, falta de entendimiento del mundo y la época que vivimos y una enorme descortesía que los mercados castigarían y que dificultaría las ya complejas relaciones con el imperio y con Trump. De igual forma, si Trump invitara a otros mandatarios y no a la presidenta, el mensaje sería muy malo para México: no te considero un aliado estratégico. Por lo tanto, no sólo debería ser obvio asistir a la toma de protesta de Trump, sino que los funcionarios mexicanos deberían estar trabajando para asegurarse que la invitación exista.
17. Mario Páez, rector de la Universidad de Monterrey:
Sí debe la presidenta Sheinbaum asistir, porque Estados Unidos es nuestro socio comercial. Porque México es un país muy importante y debemos estar presentes en los eventos internacionales de primer nivel para que se reconozca a México como un país relevante en el contexto global. Es importante mantener buenas relaciones diplomáticas con nuestros vecinos.
18. Mauricio Kuri, gobernador de Querétaro:
Considero que si es invitada, la presidenta sí debería ir, somos socios y tenemos una estrecha relación territorial, cultural, económica y demográfica. Una invitación es un gesto y un simbolismo. Debemos corresponder con inteligencia, firmeza y diplomacia. La relación con Estados Unidos y con el mundo debe basarse en la reciprocidad y el respeto, anteponiendo siempre el interés nacional a cualquier otro considerando.
19. Gerardo Ledesma, médico oftalmólogo:
Yo creo que Claudia Sheinbaum sí debería ir a la toma de protesta de Donald Trump. Tenemos una relación comercial importante. Muchos mexicanos viven en Estados Unidos: debemos cuidar la relación por ellos. Pero es importante que la presidenta no se deje amedrentar. Ella es una persona muy capaz y como mujer tiene que sentar un precedente de no dejarse ante un tipo misógino.
20. Federico Berrueto, analista:
Es un hecho que la presidenta de México recibirá la invitación para la asunción de Donald Trump como presidente de los Estados Unidos. El evento no es uno más, es un acontecimiento a partir de la situación del mundo. Lo propio es que la presidenta asista y atienda la invitación. No importan los precedentes porque la situación ahora es diferente. La presidenta es la representante del Estado mexicano y como tal corresponde una postura proactiva porque es mucho y muy valioso lo que hay que defender, cuidar y respaldar.
La presencia es un mensaje oportuno y positivo hacia la sociedad norteamericana, la comunidad internacional y desde luego hacia el presidente Trump. Además, se corresponde con la postura digna y comedida que se ha asumido. Un error monumental fue la postura del primer ministro Trudeau, que se reiteró al ir a la residencia de Trump, Mar-a-Lago, en Florida. No faltó en México quien pensara que eso habría de rendirle frutos, justo lo contrario, Trump se burló de él y del país que representa.
En el balance la postura de la presidenta Sheinbaum ha sido favorable. México tiene una agenda que atender, especialmente en materia de seguridad, pero esto debe hacerse no para complacer a Trump, sino porque es en interés de México realizarlo. La mesura y la claridad han sido funcionales a México. No se ha caído en la provocación.
México representa más que un socio comercial o un vecino incómodo. La seguridad regional muestra que ha sido un aliado confiable. Este activo es el mayor recurso para negociar con el nuevo gobierno. Precisamente por tal consideración es importante la presencia de México en la toma de posesión.
21. Bárbara Tijerina, experta en lenguaje corporal:
Yo considero que Claudia Sheinbaum sí debe ir; no debe desairar, pero manteniendo su talante firme (sin sonreír de más) en postura alfa (no beta). México con Claudia está mostrando su regreso al escenario mundial. La postura alfa es de domino de poder. El alfa sonríe menos que el beta. El beta se somete.
22. Sergio Kurczyn, economista en jefe de Banamex:
Me parece que no hay duda de que Sheinbaum debe asistir a la toma de posesión de Trump, a pesar de las críticas reiteradas de Trump a México. En general los jefes de Estado envían representaciones de diferentes niveles (personalmente, los cónyuges, ministros, embajadores) a las tomas de posesión en función de la importancia del país en cuestión (económica, política, histórica etc), así como de la coyuntura. Por ejemplo, aunque Sheinbaum simpatiza con Venezuela, no enviará una representación de primer nivel a la toma de posesión de Maduro.
Dada la importancia en muchos aspectos de EUA para México, Sheinbaum debe ir. Aunque la coyuntura sea de ataques reiterados de Trump a México, pero similares a los del pasado. Y hasta ahora Sheinbaum dice tener buenas relaciones con Trump. Y también lo ha dicho el propio Trump. No se observa algún evento en México el 20 de enero para justificar una no asistencia. Sería visto por EUA como poco cortés de parte de México. Pues además, a diferencia de AMLO, Sheinbaum ha mostrado que sí piensa desplazarse fuera de México. Y si lo hizo para la reunión del G-20 en Brasil, tendría que hacerlo esta vez.
Solo se me ocurre que una razón para no ir Sheinbaum personalmente, y solo enviar un representante de alto nivel: sería que EUA le ofreciera a Sheinbaum un lugar protocolario muy diferente de la importancia de México.
23. Elic Jacob Herrera, experto en aeronáutica:
Debería asistir. Finalmente es una presidenta considerada estadista invitada por el principal socio comercial. Vecino (aunque ventajoso), con varios millones de mexicanos o de origen mexicano viviendo en Estados Unidos. Siendo México uno de los países líderes de América junto con Brasil, creo que iría con mucho punch y su presencia significaría la dignidad muy alta de los mexicanos y los latinoamericanos.
24. Óscar Teramoto, especialista en gastroenterología:
Políticamente la presidenta Sheinbaum debe ir. Debe evitar pedir audiencia con Trump para que no le diga lo mismo que a Trudeau. En esa misma fecha habrá muchos otros líderes con los cuales pueda tener una interacción que pueda ser de beneficio para México. Tal vez no deba ir por los posibles amagos de grandeza de Trump y sus posibles represalias directas en su toma de posesión como presidente, como decir que migrantes son criminales, etc. La verdad es que las formas son importantes a la vista del mundo, aunque para el fondo debe de estar uno preparado. Ya sea que vaya o no, su equipo tiene que haber estado en contacto con la gente de Trump.
25. Fernando Castro Trenti, diputado y exembajador en Suiza:
Conforme a su perfil, si asiste, ella asumirá directamente la conducción de la relación y negociación con Estados Unidos. En sí misma esa sería la conveniencia. De no asistir, la relación quedaría en las mismas manos que en el sexenio anterior.
26. Arturo Elías Ayub, empresario:
Creo que la presidenta Sheinbaum sí debería asistir. Trump es muy de relaciones personales y es una forma de ganártelo y tenerlo de aliado. Y es muy obvio decir que nos conviene mucho tener una buena relación con él y los Estados Unidos.
27. Marco Antonio Ruiz, notario:
En mi opinión sí debería ir: 1. Estados Unidos es el socio comercial más importante de México. 2. La relación con el gobierno de AMLO, cuando coincidieron, fue de una sano respeto. 3. Si van a mandar representante a Venezuela, caray, que no escatime. 4. Trudeau ya se fue, que aproveche.
28. Agustín Gutiérrez Canet, diplomático:
Si Trump invita a Claudia a la toma de posesión (inauguration) debe asistir porque sería una deferencia que invite a la jefa de Estado de México y no a todos los países. Sería un desaire declinar la invitación, lo cual no contribuiría a crear una relación cordial desde el inicio.
Por el contrario, no debe asistir Claudia porque existe el grave riesgo que Claudia esté en Washington el mismo día que Trump firme órdenes ejecutivas para deportar a trabajadores indocumentados, incluyendo a unos 6 millones de mexicanos, y para aplicar sanciones comerciales a nuestro país. Sería una humillación a la nación y a la presidenta. Ante la disyuntiva, es mejor no asistir.
29. Epigmenio Ibarra, productor de televisión:
Desde mi punto de vista con Trump debe evitarse al máximo la exposición pública. Lo sucedido a Trudeau, al propio Peña Nieto así lo demuestran. Trudeau a sus muchas fallas como gobernante añadió la humillación sufrida después de irse a ver a Trump confiando en que algo podía obtener. Peña le abrió la puerta y al nada más salir de una inapropiada recepción casi como de jefe de Estado Trump se fue a declarar que le había dicho a Peña que construiría el muro.
AMLO en sus dos visitas a Trump fue extremadamente cauteloso. Redujo los eventos públicos al mínimo y no se expuso a los desplantes de un magnate que, no debemos olvidarlo jamás, es una figura televisiva. Claudia ha sido suave y firme a la vez y ha actuado con discreción y prudencia. Sentarse frente a Trump en el Capitolio solo la colocaría en la mira.
Trump admira a quien vence abrumadoramente. Eso le funcionó a AMLO y le ha funcionado mejor a Claudia pues obtuvo una victoria aún mayor. Con 36 millones de votos, 24 gobernadores, el congreso federal, 25 legislaturas locales, 16 reformas constitucionales en solo 100 días Claudia es una de las más exitosas, legítimas y poderosas gobernantes del mundo. No tiene por qué ir a Washington a sumarse a otros jefes de Estado que si necesitan que Trump los trate con indulgencia o les comparta —como sería el caso de Milei— parte de poder de atracción.
30. Mi propia opinión:
En democracia la mayoría manda. Apoyo al 61.8% de las personas entrevistadas que opina que, si Trump invitara a la presidenta Claudia Sheinbaum a su toma de posición el próximo 20 de enero, la presidenta mexicana debería asistir a tal evento. Si es la voluntad de la mayoría, habrá que obedecerla a pesar de los riesgos.