Primero un anuncio
Mañana temprano SDPnoticias publicará una encuesta de @MetricsMx sobre Andrés Manuel. Obviamente por los tres años de su gobierno, así que sugiero estar pendientes. Creo que a no pocas personas sorprenderán sus resultados; por tal motivo, en un próximo artículo explicaré la razón del asombro que generará el estudio.
“¡Oh, señor de los milagros, destruye ya la popularidad de AMLO!”
Así interpreto el artículo de hoy de Leo Zuckermann en Excélsior. En efecto, como una súplica —el columnista hincado en el templo— para que ya ocurra lo que todos los analistas esperan desde el primer año del sexenio del presidente López Obrador: que caiga su aprobación en los estudios de opinión.
La inflación alimenta las esperanzas del señor Zuckermann de que, esta vez, sí se desplome Andrés en las encuestas: “Tradicionalmente, cuando los precios aumentan, la popularidad baja. Es un tema muy sensible para la opinión pública”.
Por cierto, los precios están aumentando en todas partes. ¿Por el covid? Sí, por la pandemia, pero también por tantos otros factores, como problemas relacionados con los combustibles. Difícil saberlo a ciencia cierta porque, sin duda, la economía es la más incierta de las disciplinas científicas. El hecho, para no darle más vueltas, es que no pocas naciones están viendo crecer sus precios como hacía bastante tiempo no ocurría. En los diarios de España una de las noticias relevantes tiene que ver con el Índice de Precios al Consumo, “el más alto en 29 años”, dice El País. ¿Caerá la popularidad del presidente del gobierno, Pedro Sánchez? No lo sé y no importa, es decir, si pierde puntos, los recuperará puesto que, siendo objetivos, el fenómeno inflacionario que golpea a la economía española no es culpa del señor Sánchez, como en México no es culpa de AMLO.
¿Por el aumento en los precios en México se desplomará la aprobación de AMLO? Esperemos las encuestas, pero creo que no ocurrirá así porque las causas de la inflación son más externas que internas.
¿Por qué aprueban a AMLO y reprueban al gobierno?
Cito algunas expresiones de Leo Zuckermann que, sin duda, aparecen en cada artículo de cualquier comentarista publicado en la prensa mexicana acerca de las encuestas relacionadas con Andrés Manuel y su gobierno:
- “Hasta ahora, las encuestas han demostrado fortaleza en la popularidad presidencial”.
- “Sin embargo, todas las encuestas también demuestran que el gobierno de AMLO está reprobado en los resultados de su gobierno”.
- “La población quiere al presidente aunque desaprueba la gestión gubernamental”.
Pienso que ni Zuckermann ni los otros analistas están entendido la situación.
No existe la paradoja planteada por el articulista de Excélsior: la de que la gente quiere al presidente, pero desaprueba a su gobierno.
Y no existe tal paradoja porque, lógicamente, si la población desaprobara al gobierno de López Obrador, entonces desaprobaría al presidente de México.
La gente, sin duda, no está satisfecha con los resultados del gobierno. Solo personas conformistas podrían estarlo. A todos los mexicanos y a todas las mexicanas les gustaría que las cosas cambiaran para bien en forma más acelerada. Pero, como la gente es inteligente, sabe que los milagros no existen y que no puede, con seriedad, esperar avances notables en apenas tres años.
Más allá de la pandemia, que todo lo ha complicado, lo cierto es que AMLO recibió un gobierno en ruinas. Por la razón que sea —por incompetencia, corrupción o inclusive por las disputas políticas— prácticamente todos los grandes proyectos de los anteriores gobiernos fracasaron.
Veamos un ejemplo: la violencia. ¿En serio es razonable exigir que en tres años se acabe con la fallida guerra de Felipe Calderón contra el narco, una guerra con la que EPN no pudo —prefirió ignorarla para concentrarse en sus reformas estructurales— , guerra que obligó a Andrés Manuel a echar abajo, para construirlo de nuevo, todo el aparato de seguridad del Estado, ello con el único propósito de contar con lo mínimo: una nueva policía nacional porque la anterior estaba totalmente echada a perder?
Hay una explicación al hecho, aparentemente ilógico, de que la gente apruebe a Andrés Manuel y, al mismo tiempo, considere malos los resultados del gobierno: ello se debe a que la gente no culpa por los grandísimos problemas de México a la actual administración, sino a las anteriores. Así de sencillo.
La sociedad mexicana no ha terminado de perdonar, y naturalmente no ha logrado olvidar, los desastres que provocaron el PRI y el PAN en la presidencia de nuestro país. Así que ha decidido darle más tiempo a AMLO —y a su partido, Morena— para que las cosas verdaderamente cambien en un sentido positivo.
Las preguntas de la encuesta del 2024 en Morena
Esa es también la explicación de que Morena, como partido, arrase en todas las encuestas relacionadas con las elecciones presidenciales de 2024. La gente entiende que la izquierda mexicana debe gobernar por lo menos durante dos períodos más antes de rechazar a esta opción política e ideológica.
De ahí que haya tanta guerra sucia contra algunos de los y las aspirantes a la candidatura presidencial de Morena. El candidato —o la candidata— del partido de López Obrador casi seguramente ganará en 2024. Por esta razón los políticos más sucios que se creen con posibilidades juegan tan chueco contra sus rivales. Es un vicio del sistema que el presidente deberá combatir antes de que las cosas se salgan de control.
Los verdaderos dirigentes de Morena —AMLO incluido, por supuesto— deberán pensar muy bien a quién entregarán la candidatura presidencial. Se utilizará para ello una encuesta, o varias. Lógicamente, tales estudios no solo deberán medir el nivel de aceptación de los candidatos y las candidatas entre la población en general, sino también a quién, entre los y las votantes de izquierda, se considera la persona más cerca al proyecto del presidente López Obrador.
La segunda pregunta —¿quién es más cercano o cercana a AMLO?— deberá tener más peso que la primera —¿quién es más conocido en todo el país?—. Esto es lo sensato, dado que el problema de Morena no será ganar en el 2024, sino llevar a la presidencia de México a alguien que sí vaya a continuar con la 4T, y no destruirla solo para quedar bien con los poderes económico y mediático que ya tienen a sus favoritos.
Federico Arreola en Twitter: @FedericoArreola