Dijo Gabriel Zaid en un artículo reciente sobre Enrique Krauze: “Estadista es la persona que se preocupa por el país e interviene para mejorarlo. No todos los que llegan al poder lo ejercen como estadistas ni todos los que mejoran el país están en el poder”.

Menciono a Zaid porque ha participado desde el pasado mes de septiembre, en merecidos homenajes intelectuales por los 75 años de vida de Krauze.

Estoy de acuerdo con Gabriel Zaid, Enrique Krauze “se ha distinguido por sus intervenciones en favor de la democracia y el debate para mejorar la vida pública de México”; entonces, “ha sido un estadista ciudadano, con ánimo valiente frente al poder y la incomprensión”.

Zaid nos recordó que Krauze “hace años rechazó un puesto en el poder”. Y añadió que “ahora es calumniado desde el poder”. No estoy de acuerdo con esto último; diré por qué.

Gabriel Zaid considera que el presidente Andrés Manuel López Obrador calumnia a Enrique Krauze porque lo incluye entre el grupo de activistas políticos de derecha que buscan acabar con la 4T. Pero ello claramente no es calumnioso, sino parte de un debate basado en la libre expresión. El propio Enrique hace años fue a los tribunales, en un largo proceso que lo enfrentó a La Jornada, para defender el derecho de los colaboradores de su revista Letras Libres a expresarse con absoluta libertad, inclusive mintiendo o exagerando bastante en sus comentarios.

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En marzo de este año, AMLO afirmó que no dudaría que Enrique Krauze, Claudio X. González y Héctor Aguilar Camín estuvieran detrás de la condena del Parlamento Europeo contra el gobierno de México. Más recientemente, Andrés Manuel sugirió que Enrique y Claudio X. pudieron haber escrito en Twitter los comunicados de una cuenta falsa de los hackers del grupo Guacamaya.

No veo calumniosas las expresiones del presidente López Obrador. En mi opinión solo son parte de un sano debate político que en la actualidad se presenta en México con absoluta libertad para todas las partes, y en el que normalmente el más insultado es quien despacha en Palacio Nacional.

Si a Enrique Krauze, admirado intelectual, le parece calumnioso que se le relacione con el activismo político de un empresario tan identificado con Carlos Salinas —y que por lo tanto difícilmente puede ser considerado un demócrata— como Claudio X. González, entonces el historiador debería de inmediato desmentir lo que hoy narra en Excélsior el muy serio periodista Francisco Garfias, a quien cito:

√ “Colosio se resiste a entrevistarse con Enrique Krauze y Claudio X. González”.

√ “Enrique Krauze y Claudio X. González estuvieron hace poco en Monterrey. Vieron al gobernador Samuel García e intentaron entrevistarse con el alcalde de la capital de Nuevo León, Luis Donaldo Colosio Riojas. Se regresaron sin verlo”.

√ “Fuentes cercanas al alcalde de Monterrey —el opositor mejor ubicado en las encuestas para el 2024— nos explicaron que el hijo de Colosio Murrieta no quiso reunirse con ellos por prudencia”.

√ “Sabía el tema que iban a tratar: su posible postulación como candidato a la presidencia de la república. No quiere aparecer como que ya fue cooptado por tal o cual grupo”.

√ “Colosio Riojas se ha mostrado ambiguo sobre su postulación. En corto ha comentado sus dudas. ‘Quieren a mi papá, no a mí’, dice. Pero hay otras señales contradictorias: sabemos que va a reforzar su equipo político. Por algo será”.

Para seguir siendo el estadista ciudadano que ha elogiado Gabriel Zaid, el señor Enrique Krauze debe demostrar que es falso lo que ha contado Francisco Garfias.

En el derecho existe el onus probandi, esto es, que la carga de la prueba incumbe a quien alega un hecho, que en este caso sería el columnista Garfias, quien no suele publicar mentiras.

Pero no estamos ante un tribunal formal, sino simplemente en un debate político y periodístico, en el que repetidas veces se ha señalado a Krauze como aliado de Claudio X. en las conspiraciones de este último contra AMLO; entonces, es el historiador el moralmente obligado a demostrar que no participa en tal alianza contra la 4T. Claro está, si sí participara en eso sería su derecho y adelante, pero dejaría de ser un estadista ciudadano.