Ante la necesidad de atraer más gente a sus filas, los servicios de inteligencia y el ejército de EU ahora hacen “pinkwashing”.Antes de comenzar con la columna de hoy debemos de definir un concepto como “pinkwashing” (lavado rosa): se trata de la promoción de una presunta actitud a favor de los derechos LGBT por parte de una corporación o un gobierno, en un intento de borrar o suavizar aspectos negativos.

Las instituciones militares y de inteligencia de los Estados Unidos están en una crisis: les hacen falta cuerpos para llenar la estructura imperialista. Además, necesitan convencer a nuevas generaciones, con otras ideas, de ingresar a estas instituciones bastante desprestigadas ya después de fracasos estratégicos como los ocurridos en Irak y Afganistán.

Por este motivo, vemos anuncios como el recientemente difundido por el Ejército de EU, en donde aparece una niña con dos mamás, en un claro guiño a la comunidad LGBT de los Estados Unidos. Poco, o nada, dicen que hasta hace unos años, estaba prohibido ingresar a este cuerpo siendo abiertamente gay y que existía una prohibición para que personas trans sirvieran en esta institución militar.

“Una mujer de color, madre y milennial ‘cisgénero’”

Otro anuncio, igual o más de grotesco en sus intenciones, es uno difundido por la CIA hace unos días, en donde una persona de origen ecuatoriano presumía ser “una mujer de color, madre y milennial ‘cisgénero’” con problemas mentales, además de origen latino, presumiendo de su ascenso entre los puestos de esta agencia responsable de incontables golpes de estado alrededor del mundo.

Parafraseando a los clásicos, el “imperialismo woke” es la fase superior del neoliberalismo. En su desesperación por mantener su control sobre sus estructuras de poder, el poder imperial de EU recurre a estas pantomimas ofensivas y llenas de contradicciones históricas. Será responsabilidad de todas y todos el no caer en estas trampas.