Pregunto basado en un artículo del reumatólogo pediatra Dr. Enrique Faugier, que se puede consultar aquí: “¿Deben regresar los niños al salón de clases?”

1. ¿Hay condiciones, Andrés Manuel, para un regreso seguro a clases?

2. ¿Podrías, presidente López Obrador, presentar argumentos objetivos, de preferencia con cifras duras, si tu respuesta a la anterior pregunta es afirmativa?

3. ¿Las escuelas mexicanas, presidente, cuentan con infraestructura adecuada, ventilación, limpieza, servicios agua, drenaje?

4. ¿Están vacunados todos los maestros, Andrés? ¿Con vacunas de eficacia comprobada, no con la china Sinovac?

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5. ¿Hay planes serios, presidente AMLO, para vacunar a los niños y a las niñas?

6. ¿Es un desperdicio, como dijiste, presidente, invertir en la vacunación de los pequeños y las pequeñas?

(Aclaración: Menciono lo del desperdicio por lo que hace no muchos días AMLO dijo: “Las farmacéuticas quieren hacer negocio, pero tenemos que priorizar, tenemos que saber si se requieren, no estar subordinados a que las farmacéuticas sean las que nos digan que falta que se vacunen los niños. Hay que ver científicamente si es necesario. No debemos ser consumistas, hay que comprar lo que se necesita, no llegar al supermercado o a la tienda de autoservicio y comprar por comprar. No al desperdicio”).

Sigo con las preguntas:

7. ¿No es ya urgente, Andrés Manuel —sobre todo con la aparición de las nuevas variantes del virus—, vacunar a los niños y a las niñas, independientemente de lo que ganen, mucho o demasiado, las farmacéuticas que han desarrollado las vacunas?

8. ¿No deberían, presidente, estar entre los grupos prioritarios para la vacunación los niños y las niñas vulnerables, esto es, quienes han enfermado de diabetes, cáncer, VIH, insuficiencia renal, lupus, artritis?

9. Se entiende la necesidad de reabrir las escuelas, pero ¿es correcto, presidente López Obrador, exponer a los niños y a las niñas vulnerables —y en general a todos los niños y a todas las niñas— a volver a clases en instalaciones sin infraestructura adecuada?

10. ¿Ya midió tu gobierno, presidente, en un análisis de riesgo-beneficio, el hecho de que han aumentado los casos de niños y niñas que se contagian, enferman de gravedad y pierden la vida?

11. ¿Ya estudiaron en el gobierno de México la forma más grave de afección ligada al covid en niños y niñas, el llamado Síndrome Inflamatorio Multisistémico Pediátrico, conocido como Pims o MIS-C?

12. ¿Sabías, Andrés Manuel, que el Pims o Mis-C —que, ni hablar, lleva a los niños y a las niñas a la terapia intensiva o a la muerte— ha crecido en todo el mundo y que México es uno de los países con más casos en Latinoamérica?

13. ¿Te han contado tus asesores en salud, presidente, que en el último mes ha aumentado exponencialmente, y seguirá creciendo, el número y la gravedad de niños y niñas de entre 7 y 12 años de edad con Pims o Mis-C, que se presenta 4 a 6 semanas después de haber padecido infección por covid-19 o de haber tenido contacto con una persona enferma?

14. ¿No alarma a los epidemiólogos de tu gobierno, Andrés, que lo anterior coincida con la terrible tercera ola de la pandemia, caracterizada por la cepa más agresiva del virus que hemos conocido?

15. ¿Te han dicho, presidente, que el Pims o Mis-C se manifiesta con fiebre persistente de muy difícil control, tos, ojos rojos, exantema en piel, ganglios inflamados, dolor abdominal, diarrea, vómito, inflamación de manos y pies con tono rojizo, estado de conciencia alterado, pulmones dañados, corazón inflamado, o dicho en una frase, por una falla orgánica múltiple?

La llamada a Kamala

Creo, presidente, que en la llamada que has anunciado debes decirle a Kamala Harris, vicepresidenta de Estados Unidos, que necesitamos urgentemente vacunas adicionales para los niños y las niñas de México. Ello además de lo que hace falta para seguir inmunizando a las personas adultas.

Pero si Kamala no reaccionara positivamente y, en un plazo inmediato, no enviara vacunas, entonces sería necesario que el gobierno de México suspendiera o pospusiera alguno de sus proyectos —la refinería o el tren maya— para comprar a las ambiciosas y codiciosas farmacéuticas vacunas para nuestros niños y nuestras niñas.

Que se enriquezcan las farmacéuticas es ahora lo de menos.

En el sistema capitalista, que la 4T solo en sueños va a cambiar —no lo hará en México, mucho menos en el resto del mundo—, nos guste o no, las compañías innovadoras incrementan su valor económico, y ni hablar.

No es un desperdicio; es, simplemente, salvar las vidas de lo mejor que tenemos, nuestros pequeños y nuestras pequeñas.