Rerum Novarum

Eugenia Jiménez Cáliz/ agendapropia.mx

La cancelación de las misas el 12 de diciembre en la Basílica de Guadalupe ha causado malestar entre fieles y clérigos, quienes consideran que está decisión no debería sujetarse al capricho de autoridades civiles o religiosas.

El Centro Católico Multimedial cuestionó el por qué de las restricciones a la celebración de la misa, que es una de las expresiones de fe más fundamentales.

La Basílica, señala tiene un atrio amplio en donde se puede controlar la afluencia y una capilla abierta en donde se pueden dar algunas celebraciones controladas.

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Sin embargo, las autoridades eclesiásticas optaron por celebraciones pregrabadas.

Y cuestiona “¿Por qué se ha abdicado en defender la celebración de la misa? ¿Qué riesgos particulares tiene la celebración presencial de un acto de fe que no tenga la concentración de miles de aficionados del futbol en el Estadio Olímpico Universitario?

O ¿no es el mismo riesgo de contagios al tener a miles de personas, codo a codo, en un Zócalo atiborrado para alabar al líder de un cuestionado movimiento político?”

El analista Guillermo Gazanini, en entrevista, consideró que el cancelar la celebración de las misas es vulnerar los derechos religiosos de los creyentes.

Se desconoce, agregó, si fue una restricción del gobierno de la Ciudad de la México, pero en la conferencia de prensa presidida por la Jefa de Gobierno Claudia Sheinbaum, y el rector de la Basílica, Salvador Martínez, no se mencionó que se impedían las misas.

“Entonces al parecer la decisión de suspender las misas fue de las autoridades eclesiásticas, y no hay una situación clara de decir por qué no se va a celebrar la misa el 12 de diciembre.

Esa fecha este año es un día de precepto dominical, además de que hay un atrio bastante grande y ahí se puede celebrar la misa al aire libre”

La cancelación de las misas, consideró Gazanini demuestra que la “iglesia se está colocando en una situación acomodaticia bajo el pretexto de la pandemia.

Se puede realizar un diálogo entre las autoridades civiles y eclesiásticas para celebrar por lo menos una misa”.

Para el analista no hay indició de que el gobierno de la Ciudad de México fue el que suspendió la misa.

Además, dijo, es de cuestionarse la ausencia del cardenal Carlos Aguiar Retes en la conferencia de prensa, donde se dieron a conocer las medidas y el operativo para los festejos guadalupanos.

Y “por qué no fue más activo y propositivo en defender los derechos religiosos y lo que se entiende como un patrimonio religioso”.

Incluso integrantes del Cabildo de la Basílica de Guadalupe manifestaron desconocer que no habría celebración de la misa el 12 de diciembre.

Gazanini indicó que por lo menos una misa se podría realizar en la capilla abierta, ahí numerosas peregrinaciones realizaban sus celebraciones, además se puede controlar el aforo.

“De no celebrarse la misa en la Basílica entonces las autoridades eclesiásticas sólo buscan el turismo religioso, es pura pasadera de dejar limosnas y recuperar las finanzas de ese centro Mariano” afirmó Guillermo Gazanini.

No se ve entonces, agregó, como un evento de fe, porque se truena de raíz la identidad católica con esa decisión..

CMM consideró que “todos nos medimos con la misma medida o todos nos sometemos a restricciones por más duras que parezcan”.

Porque seleccionar actividades religiosas como riesgosas, cuando otros conviven como si el virus no existiera, es una hipocresía que lleva sin duda a un peligro latente, la discriminación por motivos religiosos. Ese es un riesgo que puede escalar violando un derecho fundamental: la libertad de celebrar la fe.