TENGO OTROS DATOS

La Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara durante 30 años ha sido un escenario más que propicio para el encuentro de grandes escritores, editores, traductores, promotores y especialistas en el apasionante mundo del libro y la lectura. Ha sido igualmente el lugar de encuentro de un público lector de todas partes del mundo que con su presencia y participación justifica plenamente el esfuerzo y el intenso trabajo que viene presidiendo en su organización, bajo la guía y la iniciativa de la Universidad de Guadalajara (UdeG).

Este año Sharjah y la cultura árabe son los invitados de honor de la Feria Internacional del Libro de la capital de Jalisco 2022, lo que nos da la oportunidad a las personas que asistimos a ese espacio de conocer la riqueza de su cultura y literatura de esa parte del mundo.

Hablar del país invitado a la FIL de Guadalajara es referirse al tercer estado más grande de los siete Emiratos Árabes Unidos (EAU). Históricamente, Sharjah pasó de ser una ciudad comercial basada en la pesca a ser uno de los centros comerciales y de negocios más modernos de la región del Golfo además de su riqueza cultural. Esta visita es particularmente interesante, ya que Sharjah siempre ha sido una de las ciudades más progresistas de la región, fue la primera en establecer una biblioteca en 1933.

El evento literario que se está desarrollando en Guadalajara pone especial atención en los niños instalando talleres y stands especializados en libros para los más pequeños. Pese a la irrupción en edades cada vez más tempranas de los teléfonos celulares, computadoras y otros aparatos electrónicos, el sector de libros para este segmento de la población está vivo y sigue causando interés ente los infantes.

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Este año, la FIL Niños ha puesto especial atención en el cambio climático, un problema cuyas consecuencias, ya están siendo desbastadoras para el planeta, por lo que hay que concientizar a los infantes y que estos tomen acciones para revertir este fenómeno y no quedar en la inacción de sus padres y abuelos.

La Feria no le cuesta al erario de ningún orden de gobierno ya que genera sus propios recursos para funcionar administrativamente a lo largo del año. No recibe tampoco de la Universidad de Guadalajara dinero para la nómina ni para sus gastos de operación.

La FIL tiene un presupuesto de 94 millones de pesos y un estimado de ganancias anuales de 9 millones que se reinvierten en el programa cultural. Además, cuenta con ingresos de patrocinios por más de 17 millones en efectivo y 11 millones de pesos en especie. Los patrocinios son un reflejo del prestigio de la Feria y de la confianza que tienen los auspiciantes.

El evento de la capital tapatía también obtiene dinero de la renta de stands para los expositores, la venta de espacios para publicidad y hasta las mesas –por decirlo de alguna manera– para que los editores, bibliotecarios, ilustradores y demás profesionales de la industria busquen nuevos clientes.

De acuerdo con un comunicado de prensa oficial, la Feria Internacional del Libro de Guadalajara deja una derrama económica de 700 millones de pesos para el estado de Jalisco, lo cual, en este año, significaría un paso importante para la reactivación de la economía tras la pausa pandémica de 2020.

La FIL de Guadalajara es la segunda más grande del mundo y la primera de habla hispana genera también un capital cultural invaluable para la entidad federativa, al país y a la ciudad al evento acuden más de 17 mil personas de 40 naciones para asistir a la Feria. La Feria Internacional del Libro permite a los mexicanos disfrutar de lo mejor de la cultura del mundo y convierte a Jalisco en el corazón editorial de la industria del libro en español.

En el libro de Gabriel Said “Dinero para la cultura” nos refiere que “hay cinco fuentes de financiamiento para la cultura: el sacrificio personal, la familia, los mecenas, el mercado y el Estado. Todas pueden liberar o esclavizar, aunque de maneras distintas. Todas tienen consecuencias en la calidad de la obra, más allá de sus efectos en la situación económica de los participantes”.

Si nos atenemos a esta definición del maestro Said para financiar la cultura me atrevería a decir que la FIL de Guadalajara cumple una función de financiamiento y promoción de la cultura sana y de calidad, hay dinero para la cultura, pero sin desviar recursos del erario ni federal, estatal, municipal ni del presupuesto de la UdeG.

Todavía están a tiempo de poder asistir a la Feria Internacional del Libro y aprovechar para adquirir libros de la mejor calidad.