La alcaldesa de Álvaro Obregón Lía Limón, fue agredida y no hay duda de ello. Es evidencia documentada en video a la que no se le puede llamar “provocación” ni “montaje”. La sangre en su nariz es real, el golpe sucedió y no es sensato negar lo evidente.

Los hechos

Patricia Báez, presidenta de la Mesa Directiva con afiliación panista envió desde el viernes un oficio a la Secretaría de Seguridad Ciudadana solicitando apoyo de la fuerza pública para realizar trabajos del Congreso capitalino en la última sesión extraordinaria del periodo.

Las y los alcaldes de la alianza convocaron a una conferencia de prensa en el Congreso de la Ciudad, durante una sesión para la que no tenían ingreso. Tradicionalmente, en sesiones especiales como la de instalación, cierre o extraordinarios con asuntos clave, la Secretaría de Seguridad Ciudadana despliega operativos que facilitan el acceso y ordenan las vías aledañas. Usualmente, se encargaban de proteger a quienes acceden y sus acompañantes.

Esos operativos, antes, contemplaban vallas y ciertamente, bastante organización. Este lunes, los elementos llevaban escudos y no eran granaderos, pero se parecían bastante. ¿Esperaban una protesta agresiva? No lo sabemos. A decir por la solicitud de la presidencia del Congreso, era un asunto de mero trámite.

Tania Larios, diputada electa, fue agredida también con jaloneos, inmovilizadores de descargas eléctricas y su celular fue robado. Sandra Cuevas, alcaldesa electa de Cuauhtémoc, tuvo que ser cargada para lograr acceder y entre su paso, más de un hombre la acosó y manoseo.

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Mientras se llevaba a cabo el percance, Martí Batres platicaba con los coordinadores políticos de la legislatura que está por entrar y para él, bastaba una llamada. Doce horas antes, sujetos en Facebook exhibieron que Jonatan Osnaya condicionó a quienes fueron parte de la campaña de Alfa González en Tlalpan para presentarse a un bloqueo en Donceles, con un camión que partió de esa alcaldía desde las 6:30 am.

Lo que no sabemos

¿Por qué no fueron solicitados y autorizados sus accesos? ¿Por qué los elementos policiales llevaban esos escudos y esa actitud? ¿Por qué no permitieron el acceso? ¿Por qué los trataron igual que como tratan a las feministas y quienes protestan? ¿El golpe vino de los acompañantes de Lía Limón o de un policía? ¿Fue intencional o fue parte del jaloneo? ¿Por qué la respuesta de Lía Limón fue exagerada, responsabilizando directamente a la Jefa de Gobierno, de algo que claramente no estaba en su control? ¿Por qué Mauricio Tabe fingió para sumarse a la lista de heridas para lucirse, si ni siquiera fue víctima de nada? ¿Qué necesidad había de golpear directamente y responsabilizar o sugerir una represión dentro de lo que fue un jaloneo? ¿Qué reprimen?

Las lecciones

Hay algo en el uso de la fuerza con el que están programados los elementos de la SSC que a menudo resulta excesivo. No tendría que indignarnos más el hecho de que se use contra servidores públicos electos pues esa realidad multiplicada por diez es la que enfrentan activistas y ciudadanos que protestan cada día que deciden tomar las calles.

Igual las madres de huérfanos por feminicidio que las feministas o los que marchan por los desaparecidos. El gas, la hostilidad, el marcaje personal y la violencia son la regla. Le dicen provocadora y mentirosa sin probar que la agresión fue hecha por sus propios acompañantes. La realidad es que la terrible logística con la que se montó el acceso impidió que las actividades se realizaran en paz. Curiosamente, cuando el video de las agresiones se hizo viral, las y los alcaldes pudieron ahora sí, hacer su evento que definitivamente no habría tenido la misma audiencia si los granaderos-no-granaderos hubiesen sido pacíficos.

Esa forma sistemática de tratar a cada grupo que disiente no es contención, es violencia. Esos que fueron encapsulados, golpeados, jaloneados y doblegados ahora sí podrán tener empatía por las feministas y los que protestan en vez de quejarse porque no hay “mano dura”.

Ya vieron que sí la hay, ya la hubo también con ellos. En vez de sumarse a la ola de odio contra Lía Limón, Cuevas y anexas tendrían que estar exigiendo una investigación. Si es que fue un error, merecen una disculpa y eso dejará en alto a la Jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum. Si es que fueron los propios acompañantes de los recién electos, que haya pruebas y les tiren la narrativa de la represión.

Continuar en silencio es la peor opción.