13 aspirantes opositores a la presidencia de la República de diferentes partidos políticos, corrientes ideológicas y de la sociedad civil presentaron una propuesta muy sólida de conformar un gobierno de coalición.

Les pegó.

Los ciudadanos, de cara a las elecciones de 2024, tendremos dos alternativas, la propuesta fracasada del presidente Andrés Manuel López Obrador y su 4T y la que la oposición está conjuntando, una opción más democrática que hoy puede alcanzarse: un gobierno de Coalición.

¿Quieren un salvador?

La propuesta de la 4T se basa casi exclusivamente en el empoderamiento de AMLO, es decir, de la persona, no del Estado Mexicano, ni del bienestar de las familias mexicanas. Al llegar, López Obrador generó grandes expectativas y denominó a su proyecto como Cuarta Transformación porque prometió cambiar las cosas, como sucedió con la Independencia en 1810, la guerra de Reforma a mediados del siglo XIX y la Revolución Mexicana.

Lamentablemente la propuesta, a pesar de que llegó con el gobierno con más respaldo popular en la historia de México, traicionó todas las expectativas que había levantado, se decidió encabezar un gobierno autoritario y ejercer por sí solo, como la autoridad suprema del Estado al puro estilo de los gobiernos de Venezuela y Nicaragua, con un común denominador, que llegaron por la vía democrática.

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Esto lo hemos visto desde el inicio de la administración, cuando el presidente decidió eliminar instituciones del Estado como la CRE, el INAI, el INE, la CNDH, COFESE, fideicomisos y recientemente, con la reforma administrativa propuesta por el Poder Ejecutivo que plantea modificar 23 leyes federales con las que busca primero, desaparecer una serie de instituciones públicas con tareas importantes frente a la sociedad y buscar que la Administración Pública Federal pueda decidir unilateralmente sobre contratos y servicios.

Esta desesperada iniciativa pasa por encima de tratados internacionales, revoca actos administrativos y, en pocas palabras, de manera arbitraria decide por voluntad personal, qué contrato va y cómo y cuál quitan, suspenden o nulifican sin repercusiones legales, administrativas ni económicas.

El Ejército

En los hechos la 4T se ha enfocado en destruir instituciones y contrapesos y a empoderar al Ejército, que a la par de fortalecer su rol político, debilita peligrosamente el rol de las autoridades civiles.

El presidente ha declarado abiertamente al Ejército como pilar del Estado Mexicano.

Las fuerzas armadas han asumido un nuevo papel activo y determinante que contrasta notablemente con la discreta presencia que mantuvieron durante casi todo el siglo XX, brindando apoyo social en casos de emergencia y limitándose a salvaguardar a las instituciones del país, incluida la presidencia de la República, ganara quien ganara tal como se demostró en el periodo de alternancia.

En la propuesta de transformación de AMLO el Ejército asume un papel de constructor y administrador de obras emblemáticas como el Tren Maya, el AIFA, el Aeropuerto de Tulum, Dos Bocas, Banco del Bienestar, administración de aduanas y seguridad pública más un largo etcétera.

Ha llegado a tal grado el autoritarismo despótico de AMLO y el empoderamiento del Ejercito, que ante la denuncia por los viajes extravagantes del general Secretario Luis Crescencio Sandoval, la respuesta de AMLO fue pendenciera, y como chamaco de secundaria buscapleitos y malcriado, respondió: “Ah, su familia a lo mejor sí, sí, a lo mejor su familia sí. ¿Y qué? ¿Cuál es el problema?”.

Coalición

Por lo que hace la oposición y el Foro en que se reunieron los personajes que han manifestado su aspiración por convertirse en candidatos a la presidencia, con una propuesta totalmente distinta a la tradicional, a diferencia de las anteriores experiencias donde se conformaron alianzas “electorales”, en esta ocasión la propuesta que se vislumbra es de un “gobierno de coalición”.

Santiago Creel, Beatriz Paredes, Gustavo de Hoyos, Lilly Téllez, Claudia Ruiz Massieu, Miguel Ángel Mancera, Silvano Aureoles, José Ángel Gurría, Demetrio Sodi, Enrique de la Madrid y Juan Carlos Romero Hicks -más los que se acumulen, como puede ser los gobernadores de Yucatán, Mauricio Vila y de Querétaro, Mauricio Kuri- además de mostrar abierta y legítimamente sus aspiraciones, están dispuestos a colaborar, en caso de que no lleguen a ser elegidos, en el eventual gobierno que se conforme.

La propuesta, como bien la definió Enrique de la Madrid, es cambiar el sistema de gobierno: “Necesitamos pasar de un modelo de presidencialismo exacerbado a un modelo de gobierno de coalición”. Claudia Ruiz Massieu mencionó que de no ganar ella, le gustaría colaborar y aportar en el gobierno que se logre.

Mucho más que partidos

La propuesta va mucho más allá, no son los dirigentes de los partidos a quienes su militancia ya los rebasó por mucho, no se trata de encumbrar a un caudillo todopoderoso; se trata de crear una agenda pública, la más ambiciosa posible, que reconozca la pluralidad de los diferentes grupos sociales, económicos y políticos y que la encabecen profesionales que respondan de manera institucional a la sociedad mexicana.

Efectivamente, la oposición no tiene un solo candidato, tiene al menos 13 que ya mostraron unidad. Lo que conecta con el electorado es un programa de gobierno y planteamientos viables que atiendan los problemas que aquejan a la sociedad y no un mesías “aspiracionista” y ambicioso de poder, nada empático ni preparado pero que hable “chistoso” mostrando su brutal ignorancia.

Twitter: @diaz_manuel