Las palabras del presidente fueron claras: el único abanderado de la izquierda en Coahuila es Armando Guadiana. Con ese mensaje dejó claro que, hasta el final, luchará para conquistar el estado del norte. Por esa razón, fijó su posición y, de paso, manifestó, con otras palabras, que no quiere ver ni en pintura a Mejía, candidato del PT en aquella entidad.
Desde hace mucho tiempo no observaba a un presidente de la República fijar así su posición. López Obrador muy a menudo lo realiza, pero, en el mensaje de hace unos días, fue contundente. A Mejía no le quedarán muchas ganas de decir que, en esta vida, su máximo referente es Andrés Manuel; así lo dijo en un debate público. Es decir, por estrategia, el abanderado del PT, ha manifestado que se siente ligado al proyecto de Transformación que encabeza AMLO. Sin embargo, eso lo refutó el mandatario y, de paso, le pidió no usar su nombre para realizar campaña. Más claro que el agua.
Viniendo de las palabras del presidente, significa un golpe contundente con efectos políticos inmediatos. Es decir, el mensaje no solo fue para Mejía, sino para todos los que lo acompañaron en la campaña electoral. Puede que, en ese sentido, la dirigencia nacional evalúe, en lo inmediato, llamar al voto útil a favor de Guadiana, antes de que el costo político sea muy alto. De hecho, la responsabilidad la debe de asumir el PT que, a estas alturas, está dividiendo el voto y, por si fuese poco, paradójicamente le hace el caldo gordo a la oposición.
El PT, a nivel nacional, seguramente está consciente de ese hecho. Sabe que eso, a la postre, puede provocar una fractura en la alianza histórica que han compuesto con Morena. Lo que sí es un hecho es que, ante el mensaje contundente del presidente, habrá un éxodo de simpatizantes del Partido del Trabajo a favor de Armando Guadiana. Desde nuestra óptica, esa narrativa penetró en quienes decidieron, por berrinche de Mejía, apostarle a ganar las elecciones, sin chances a conquistarla. En efecto, la participación de Mejía nunca conectó con la población civil; lo único que ha hecho es quejarse y disponer del lenguaje de campaña de la Cuarta Transformación.
Mejía sabe que, en estas elecciones, no tiene posibilidad alguna de ganar, empero, está consciente de que, para él, la prioridad es que no gane Morena. Su postura, y hasta la de sus más cercanos colaboradores, muestra esa consigna. Sin embargo, su estructura no contaba con que el presidente, desde la propia tribuna de la mañanera, mandará un mensaje contundente. Tratándose de una voz tan poderosa y elocuente como la del mandatario, estoy completamente seguro que eso influirá para que simpatizantes del PT, voten a favor de Guadiana.
Sin temor a equivocarme: habrá un éxodo que logre marcar la diferencia. De hecho, es muy probable que el PVEM, en unos días, decline a favor del abanderado de Morena. Esa posibilidad ya la dejaron entrever y, con esa combinación de factores, es factible para el lopezobradorismo conquistar la elección del próximo mes de junio.
Veremos si hay negativa del PT en Coahuila, sin embargo, considero un hecho que, en este lapso, y luego del mensaje que envió el presidente López Obrador, simpatizantes del Partido del Trabajo irán a parar a la causa de Guadiana. En ese sentido, Mejía quedará en la orfandad porque pesa más, ya lo sabemos, las palabras de un hombre como el mandatario federal.
Notas finales
Quien ya se consolidó en la Secretaría General de Gobierno, es su titular, Rodrigo Reyes. Nos cuentan que el gobernador David Monreal, está muy contento con su desempeño. De hecho, las estrategias de seguridad que han puesto en marcha han obtenido buenos resultados. Ese hecho lo ratificó el presidente Obrador hace unos días en su conferencia matutina. Dijo que los índices de inseguridad han descendido significativamente al grado de que, la seguridad en aquel territorio, está rindiendo frutos, pues su estrategia de control y sus mecanismos sofisticados, junto con la coordinación de autoridades federales, es una combinación exitosa.
A estas alturas hablamos de un gobierno de Zacatecas con un gran equilibrio institucional. Fue difícil al principio, sin embargo, David Monreal supo imprimirle eso que se necesita en la administración pública: trabajo y responsabilidad social.