El partido oficialista ya muestra preocupación ante la posibilidad de perder la Ciudad de México, bastión del morenísimo desde 1997, cuando Cuauhtémoc Cárdenas ganó la elección por el PRD, desde entonces se ha distorsionado el movimiento político en una guerra de mafias, hoy llamadas Morena.

Evaluaciones internas de Morena

Saben con exactitud el problemón que traen, pero para su fortuna, apareció el exsecretario de Seguridad Pública de la CDMX Omar García Harfuch, mismo que empezó a figurar en las encuestas muy arriba de Clara Brugada, metiendo en problemas al que decide las candidaturas, que no lo tenía en su corazón ni en su perspectiva.

En febrero pasado el propio Omar García se había auto descartado de contender por la capital del país. En ese entonces se mencionó la existencia de fuertes diferencias con el presidente López Obrador, un rumor que se mantuvo y creció al paso de los meses.

Sin embargo, a principios del mes de septiembre se hicieron algunas evaluaciones demoscópicas, donde la secretaria de Seguridad Pública Federal, Rosa Isela no levantaba nada, el cinicazo de López-Gatell tampoco ni Clara Brugada, a pesar de su eterna campaña. Fue cuando apareció como alternativa viable García Harfuch, colocándose por encima de todos, pero en particular de la alcaldesa de Iztapalapa.

Pragmatismo contra idealismo

Lo finalmente decisorio, fue la reunión que sostuvo a finales de septiembre en Polanco con un hijo del presidente, misma que documentó periodísticamente Lourdes Mendoza. Al día siguiente García Harfuch oficializó sus aspiraciones para gobernar la CDMX.

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Luego apareció otra jugada, posiblemente operada desde Palacio Nacional para bajar al exsecretario de Seguridad Pública, el debate de que al menos en cinco de las nueve gubernaturas que se disputarán, las candidatas serán mujeres, en particular en la CDMX.

Pero el INE resolvió este 17 de octubre que la forma para garantizar la paridad de género en las elecciones de 2024 es que los partidos políticos postulen al menos a cinco mujeres en sus candidaturas para las nueve entidades, respetando “el principio de alternancia de género que hubieran postulado en la última elección, en cada gubernatura y Jefatura de Gobierno de la Ciudad de México”, lo que habilita a Omar García Harfuch plenamente.

Otra mala jugada de la corriente de los radicales de Morena surge de las declaraciones dolosas de Alejandro Encinas quien, a pesar de que lleva cinco años lucrando con Ayotzinapa, no fue hasta que el exmandatario capitalino se lanzó por la candidatura de la ciudad que trató de implicarlo en esos terribles hechos, aventándole a los más rabiosos morenistas.

Pero no tocan a la consentida Clara Brugrada ni al patiño, Hugo López Gatell, así lo describió el analista de El Universal, Héctor de Mauleón, al parecer recientemente ya hubo un “cambio de señales” para bajarle la presión al exsecretario de Seguridad Pública.

Aunado a ello, le mandaron lo peor a su candidatura, al sumar a René Bejarano y su banda, muchos lo interpretaron como “el beso de Judas”.

La realidad es que, si AMLO no lo quiere en la CDMX, no estará.

Juanito

García Harfuch corre el riesgo de repetir lo que sucedió en Iztapalapa con Juanito. En 2009 López Obrador comprometió a Rafael Acosta Juanito”, candidato del PT, a que, si lo hacían ganar, después de rendir protesta pediría licencia para que asumiera el cargo Clara Brugada. Esa operación política estuvo a cargo de Marcelo Ebrard, entonces jefe de gobierno, con el apoyo del hoy senador Gabriel García Hernández y en la confesión del exregente de Manuel Camacho Solís: “Costó muchísimo dinero, lo que ni te imaginas”.

Podrían pedir a García Harfuch que renuncie luego de tomar posesión para dejar a Clara Brugada y en caso de que Claudia gane la presidencia, esta lo lleve a su gabinete. La otra opción es lo que ha venido haciendo AMLO en ciertos gobiernos, como en el Estado de México, donde le impuso a Delfina Gómez todo su gabinete.

Focos rojos en Morena y Palacio Nacional donde al final, su única alternativa real, es Omar García Harfuch, esto a menos de que la oposición copie el modelo morenista y apliquen el “dedazo” y la imposición para mandar a un candidato de pacotilla, sin apego chilango, fresón sin chiste y a modo de las cúpulas partidistas, con instrucciones desde el Zócalo.

X: @diaz_manuel