Como el titular, así decían las camisetas del nutrido contingente sinaloense que se dio cita en el zócalo para respaldar y acompañar al presidente Andrés Manuel López Obrador. Una frase muy de la gente del estado de los once ríos, que no se anda nunca con medias tintas. La política es de definiciones y el pueblo sinaloense, va “hasta el tope” y ‘de cabeza’ con AMLO y la 4T.

En las imágenes pudimos ver fiesta, risas, gritería y todo al ritmo de la tambora. El gobernador Rubén Rocha Moya publicó una foto que dice mucho más que cualquier texto. La efusividad entre mandatario y presidente, desvela una amistad fraterna y de respeto.

Los tiempos que corren nos traen mucha temática para el análisis político. La concentración por el aniversario de la Expropiación Petrolera convocada por el jefe de palacio nacional, es el plato fuerte, en mi opinión.

A ver, insisto en un tema, a López Obrador hay que valorarlo en dos vertientes. Una, como gobernante, y debe ser la que más nos importe al pueblo mexicano; la segunda, es como político, y es justo en este apartado en el que el mandatario nacional es todo un caso de estudio.

Sería una falacia tremenda decir que todo lo que hace el gobernante, lo hace bien. El gobierno federal tiene muchísimos fallos. Existen diversas problemáticas que deberían estar en el debate público y no es así. La pregunta es ¿por qué? la respuesta es que creo que la capacidad política de AMLO se sobrepone a sus defectos como jefe de estado y representante del ejecutivo.

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Dicho lo anterior, vayamos a la concentración del zócalo. Más de 500 mil personas se dieron cita para acompañar al Presidente. Creo que el tema central no es el número de personas presentes. Tampoco el discurso que ahí pronunció. Incluso, la capacidad de movilización se vuelve irrelevante. El tema central es el mensaje oculto que paradójicamente está a la vista de todos.

¿Cuál es ese mensaje oculto? La sola intención de tener un tema distinto y contrastante en su mañanera. Que el pueblo sepa, que su gobierno es diferente. López Obrador tiene foro para decir lo que quiera en su mañanera. Tiene las encuestas para conocer el respaldo que posee. Recibe el apoyo de sus gobernadores y legisladores y conoce su capacidad de convocatoria. Todo eso ya lo sabe, y lo sabe la oposición. Lo importante aquí, es que tendrá toda una semana para contrastarse con el bloque opositor. AMLO dice, y la oposición revira, luego les contesta y recibe réplica… pero al final, se habla de lo que el Presidente quiere.

Por ejemplo: Mientras la oposición marcha por evitar cambios (ojo aquí), AMLO lo hace para posicionarse cómo el -todavía- agente para un cambio verdadero. Mientras la oposición señala que el gobierno está mal, la 4T lleva mensaje de bienestar, de esperanza y de que las cosas ya no son, ni serán cómo antes.

La principal oferta de un político es justamente la esperanza. La oposición no ha sabido ocupar el espacio de marketing para convertirse en el proveedor de esperanza de cambio para el pueblo. Al contrario… y ahí está el error. Porque como bloque contrario, tienen la mesa servida para señalar las fallas en el gobierno, pero no ofrecen una alternativa distinta a lo que tenían antes de la 4T. Mientras eso no cambie, el tabasqueño seguirá representando la oferta de cambio para un país urgentemente necesitado de un viraje en el timón.

Me parece que el Presidente en la arista política juega bien sus cartas. En la alianza están enfrascados en un debate muy disminuido, que no llega al grueso de la población. Pareciera que comunican solamente a su ‘burbuja’. Mientras tanto, López Obrador, aparece con un discurso agresivo en contra del gobierno americano para defender la soberanía nacional. “AMLO, el líder que defiende al pueblo mexicano de los gringos abusones”, y ese mensaje simple, burdo, y casi hasta falaz pero que permea eficazmente en el electorado, es algo que ni por asomo podrían construir en este momento en la gran alianza.

“El Rosillo de los pobres, y el Alazán de los ricos”

Les dije que, si tenían oportunidad, se dieran una vuelta por Mocorito este fin de semana. Tuve la oportunidad de hacerlo y el Pueblo Mágico no tiene desperdicio. Me escapé al aniversario del centenario de la carrera famosa del “Alazán y el Rosillo”. Estuve en un par de actos y también me quedé a presenciar las carreras de caballos. El gobernador Rubén Rocha Moya encabezó la presentación del libro “San Benito, su historia y su gente”, de Carlos Karam y Esteban Ruiz. Destacable labor de dejar en un libro la microhistoria de un pueblo al pie de la Sierra Madre, la cultura y la historia, merecen ser contadas. Al final, un domingo 19 de marzo más sinaloense, imposible. San Benito se vistió de fiesta, toda una región volcada a la celebración de un hecho histórico y cultural significativo para nuestra gente. Alegría, música de tambora, familias, jóvenes, mujeres y hombres a caballo. La fiesta definitiva.

¡100 años después volvió a ganar el Rosillo”!

Twitter: @vanessafelixmx