No cabe duda que los funcionarios gubernamentales siempre se las arreglan para alimentar la imagen de que no trabajan. La inventiva de estos se ha ido perfeccionando con el tiempo y ajustando a la tecnología disponible. Si antes uno llegaba y dejaba colgada en el perchero su chamarra o su saco y ponía una taza de café en su escritorio, eso servía como técnica para decir “ya llegué, ando por ahí trabajando”, aunque en realidad se fuera al baño, a dar una vuelta o a otra instancia a desempeñar otro empleo – cuando se podía tener dos trabajos-.

Ahora la invención es decir “voy a hacer home office estos días” y de vez en cuando conectarse con alguien para simular que se trabaja. Claro que siempre hay quien destaca por su audacia. Es el caso de David Camacho Alcocer, titular de la Agencia Reguladora del Transporte Ferroviario, dependiente de la SICT-.

Resulta que el señor David Camacho Alcocer les dijo a todos en su oficina que haría “home office” unos días. Y de pronto ¡apareció en Berlín! Sí, en la capital de Alemania.

A lo mejor el señor Camacho tiene su casa en Alemania y su trabajo en México y tiene el don de la ubicuidad y puede ir a trabajar a Avenida Universidad en la CDMX y luego al terminar e irse a dormir a su casa en Berlín.

El tema llamó la atención a un noticiero radiofónico en días pasados. Camacho Alcocer puso entonces una peculiar aclaración en la cuenta de Twitter de la dependencia a su cargo. En ella platica que su esposa y sus hijas son alemanas y que él estudió la maestría y el doctorado en una ciudad alemana y la carrera en Boston -si se entera el presidente, por cierto, de que seguro le enseñaron a robar en el extranjero, lo va a correr-. Se entiende entonces que el internacional David Camacho habla alemán y puede deambular con facilidad por aquellas tierras. Qué bien. ¿Pero por qué dijo entonces que haría “home office”? A saber.

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Por lo pronto, la publicación de la Agencia a su cargo, con la que pretende justificar su viaje, dice que el Doctor Ingeniero David Camacho Alcocer “tiene una excepcional y larga trayectoria académica ferroviaria, lo que le ha valido el reconocimiento de sus estudiantes y sus profesores”. Muy bien, ¡aplausos! Pero eso no justifica su mentira para ausentarse de la oficina. Fue tal el oso de que lo cacharan en su maroma que acabó diciendo que la verdad fue que andaba por allá de vacaciones.

David Camacho Alcocer es conocido en el medio del transporte por su incapacidad para comprender el modelo ferroviario norteamericano; por su desinformada soberbia al insistir en lo que dice que aprendió en Europa e imaginar para México trenes de pasajeros sin presupuesto y sin pasajeros; por despedir de la Agencia a los funcionarios que colaboraban con su antecesor y ex jefe y, ahora, por hacer “home office” desde Alemania. Habrá que recordarles a algunos que la gente mentirosa no cabe en ningún proceso de transformación.