Ciudadanos que reclamaban derechos, insuficiencias y por supuesto abusos de múltiples gobiernos fueron la constante desde mediados del siglo pasado en el proceso de la democratización mexicana. Esta movilización dio la entrada para que aparecieran gobiernos de derecha y de izquierda, en todos los municipios y estados de la República y desde luego en la presidencia de la República, donde desde el año 2000 se han tendido presidentes de las tres principales corrientes políticas.
AMLO cosechó lo que la sociedad civil sembró.
De hecho, significativamente, uno de los principales beneficiarios del surgimiento de las organizaciones de la sociedad civil, ha sido AMLO, sin el desarrollo de estas organizaciones, él nunca hubiera podido llegar a vivir en su Palacio.
Sin embargo, mientras otros presidentes mexicanos optaron por aceptar, o incluso a regañadientes tolerar, a las organizaciones sociales que les exigían, pero de muchas maneras también les ayudaban a atender múltiples necesidades, AMLO decidió, no solo no apoyarlas, sino que no las reconoce y las considera un obstáculo para imponer su criterio y pensamiento único.
Se puede decir que el desarrollo de las organizaciones sociales en México ha contribuido a la transformación democrática del país y un punto de partida se dio después de los sismos de 1985, donde ante la incapacidad gubernamental para atender el desastre, la sociedad civil se organizó y contribuyó de forma ejemplar a superar ese trago amargo.
Monsiváis
El escritor Carlos Monsiváis publicó en 1987, “Entrada libre. Crónicas de la sociedad que se organiza.” En ese libro el escritor compilaba escenas publicadas originalmente en La Jornada y Proceso, sobre el momento estelar que vivía la participación ciudadana en México, los días del terremoto y la tragedia de San Juanico, la lucha en Juchitán, la disidencia magisterial, el movimiento popular urbano y hasta el movimiento del CEU, donde reconocía la importancia de la acción de la sociedad.
Monsiváis destacaba que entre los logros del avance civil “se cuenta la democratización como estado de ánimo y cambio de mentalidades”. Subrayaba que la respuesta ciudadana al terremoto fortaleció “la gana de actuar”, pues el sismo “le dio al término sociedad civil una credibilidad inesperada”.
Lamentablemente, Monsi tuvo como uno de sus más allegados al vocero del presidente, Jesús Ramírez, y al encargado del Sistema Público de Radiodifusión del Estado Mexicano, Jenaro Villamil, quienes al parecer no le aprendieron nada al maestro y al contrario, ahora son coadyuvantes al restablecimiento del poder absolutista.
Monsiváis como otros muchos destacados intelectuales, académicos y luchadores sociales que llegaron a apoyar a AMLO, fueron promotores de luchas importantes desde las organizaciones sociales que hoy pretende destruir el presidente :
Organizaciones que surgieron de la sociedad en los 90 y que, en ellos, por cierto, no se vio nunca a AMLO, fueron 20 Compromisos por la Democracia y el Grupo San Ángel, espacios democráticos surgidos a partir de la necesidad de quitar la hegemonía del PRI. En el Grupo San Ángel, creado por iniciativa del escritor Carlos Fuentes, participaron algunos que hoy son integrantes de la 4T y otros que mantuvieron su postura crítica a los gobiernos:
- Carlos Monsiváis,
- Adolfo Aguilar Zinser,
- Manuel y Tatiana Clouthier,
- Sergio Aguayo,
- Agustín Basave,
- Jorge Castañeda,
- Santiago Creel,
- Vicente Fox,
- Alejandro Gertz Manero,
- Elba Esther Gordillo,
- Enrique Krauze,
- Lorenzo Meyer,
- Elena Poniatowska, Graco Ramírez,
- Paco Ignacio Taibo II y
- Enrique González Pedrero.
Desde entonces, pues, cambiaron las reglas y tenemos una dinámica donde la participación ciudadana tuvo momentos de plena legitimidad. Si hacemos un salto muy grande llegaremos a las movilizaciones de las víctimas de la violencia en tiempos Vicente Fox y Felipe Calderón, y al de las mujeres en fechas más recientes, pasando por supuesto por las caravanas por la democracia en las que fue protagonista el mismísimo AMLO.
Como candidato presidencial, en marzo de 2018 dijo: “Le tengo mucha desconfianza a todo lo que llaman sociedad civil o iniciativas independientes. El problema es que han simulado demasiado con lo de la sociedad civil, es como lo de las candidaturas independientes que son independientes del pueblo, no de la mafia del poder”.
Nuestra lucha
Ahora vemos, ejemplos en los que incluso he participado activamente, como el de proteger los bosques y los mantos acuíferos de una zona importantísima en el Valle de Toluca, donde la incapacidad y las limitaciones gubernamentales han dejado en peligro esta zona, que, si no es por la acción de la sociedad civil, sería presa de los carteles inmobiliarios, de taladores de bosques o del crimen organizado.
Este es tan solo un pequeño ejemplo, de la importancia de la participación de la sociedad civil en el desarrollo de la nación.
Esperemos que no termine por destruir, instituciones como el INE, el INAI, IMCO, CNDH y organizaciones medioambientalistas, defensoras de los derechos humanos, de la transparencia, feministas. De caer estas, entraremos de lleno a un régimen autoritario con las consecuencias que esto trae en la economía y en lo social.
Los ciudadanos estamos solos, rebasamos a partidos políticos y gobierno en procurar nuestra seguridad, educación, salud y demás servicios que deberían pagarse en lugar de a una clase política que nos abandona hoy más que nunca.