Esos hombres de negocios

No, la clase empresarial no tiene la culpa de que el Instituto Nacional Electoral defienda a Marcelo Ebrard y perjudique a Claudia Sheinbaum y a Adán Augusto López

¿Que el INE también ha exigido que Ricardo Monreal se abstenga de participar en eventos que podrían considerarse proselitistas? Es verdad, pero como Monreal está fuera de la jugada, la metodología exige ignorarlo.

Los empresarios son culpables de algo mucho más grave: la violencia que ha ensangrentado a México. Me explicaré enseguida.

Felipe Calderón publicó un tuit en el que culpa a los empresarios por no haber hecho “nada para evitar lo que hoy vivimos y lo que viene”. A los principales hombres de negocios de México los llama “bola de cobardes”.

Lo que pretende Calderón es descalificar a los empresarios actuales por la vía de comprarlos con los dirigentes del sector privado del sexenio de Luis Echeverría.

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Para ello, el esposo de Margarita Zavala utiliza una caricatura de su tocayo de apellido, el monero Calderón, de Reforma, en la que este elogia la dignidad de empresarios de los setenta y subraya la supuesta abyección de los empresarios vigentes ahora mismo.

El monero de la derecha identifica casi como héroes —lo que me parece muy adecuado— a tres empresarios líderes en el sexenio de Echeverría, los regiomontanos Eugenio Garza Sada y Andrés Marcelo Sada y el tapatío Fernando Aranguren.

El caricaturista también incluye en ese grupo a un hombre de negocios que en realidad destacó después del segundo año del gobierno de José López Portillo, sucesor de Echeverria: en efecto, Manuel Maquío Clouthier dirigió la Coparmex en 1978 y el CCE en 1981.

En el mismo dibujo, el viñetista de Reforma presenta como personas serviles —sin dar nombres— a los empresarios del periodo de la 4T, esto es, lo que se relacionan con el presidente Andrés Manuel López Obrador.

El monero de la derecha y Felipe Calderón, injustamente y con cobardía porque no los identifican, consideran abyectos a Carlos Slim, Francisco Cervantes, Antonio del Valle, etcétera.

Lo cierto es que, sin duda, los empresarios tienen la culpa de la violencia que hoy vivimos. Con mucho dinero, y encabezados por Claudio X. González padre, contribuyeron al fraude electoral de 2006 en contra de AMLO, que sirvió para que Calderón gobernara a México poniendo en el centro de su proyecto una fallida guerra contra el narco, cuyas operaciones entregó a Genaro García Luna, hoy en una cárcel de Estados Unidos acusado de haber sido socio de las mafias.

Sin el dinero de los empresarios para financiar la guerra sucia de 2006 contra AMLO, el señor Calderón jamás habría llegado al poder.

El origen de la violencia está en que el fraude se impuso y Calderón inició su gobierno sin legitimidad, así que decidió buscarla declarando una guerra al crimen organizado que México perdió porque ese tipejo puso al frente de la misma a un aliado del narcotráfico. Las consecuencias de semejante estupidez las seguimos pagando.

El INE tiene candidato: Ebrard

Hace no muchas semanas saludé a Ildefonso Guajardo en un restaurante capitalino; él ahora es diputado, pero su fama la debe a haber sido secretario de Economía en el sexenio de EPN.

Ildefonso es reconocido entre la clase empresarial mexicana por su sólida preparación neoliberal —se graduó de economía en la excelente Universidad Autónoma de Nuevo León, hizo una maestría en la Universidad Estatal de Arizona y realizó estudios doctorales la Universidad de Pensilvania—, pero sobre todo es apreciado en el sector privado por su desempeño como líder del equipo que negoció el T-MEC.

El hecho es que, después de saludarlo, platicamos unos minutos, en los que el economista Guajardo se quejó de que la oposición estuviera tan mal organizada y de que, por lo tanto, Morena casi tuviera asegurada la victoria en las elecciones presidenciales de 2024.

Me dijo ese viejo político aliado de los empresarios, sobre todo de Claudio X. junior: “La esperanza —para la clase política y empresarial anterior a la 4T— es que el candidato del partido de AMLO sea Marcelo Ebrard, el único que sí entiende”.

¿Qué es lo que sí entiende Ebrard? No lo sé. En realidad, lo que Ildefonso Guajardo afirmaba es que ellos, los políticos del pasado y sus socios de la IP, con el único que sí se entienden es con Marcelo. El INE acaba de demostrar que eso es verdad.

Cito una nota de hoy en Reforma: “Para TEPJF a Sheinbaum, Adán... pero no a Ebrard”. Es verdad: el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación “frenó las acciones proselitistas de tres presidenciables de Morena, pero no tocó a Marcelo Ebrard”.

De nuevo cito a Reforma: “Por mayoría de votos, los magistrados electorales resolvieron que la jefa de gobierno capitalina, Claudia Sheinbaum; el secretario de Gobernación, Adán Augusto López, y el senador Ricardo Monreal deben abstenerse de organizar y participar en eventos proselitistas como los realizados en Toluca y Saltillo en junio pasado”.

La gran nota, sin embargo, es otra: “Los magistrados electorales no tocaron a Ebrard a pesar de que participó en uno de los eventos proselitistas cuestionados, debido a que el INE no lo incluyó en la resolución de la Comisión de Quejas”.

Ya el Tribunal Electoral pidió al INE aclarar por qué no incluyó a Ebrard en la lista de las corcholatas y los corcholatos que no pueden participar en eventos políticos. Seguramente el instituto presidido por Lorenzo Córdova responderá con una tontería burocrática, pero lo cierto es que solo hay una razón para haber dejado al canciller fuera de la prohibición: es el aspirante con el que mejor se entienden la viejas clases política y empresarial mexicanas, cuyos representantes todavía mandan en el INE.

Una vergüenza lo que han hecho el señor Córdova y sus secuaces.