La lucha interna de la 4T se va intensificando. Proliferan los deslindes, amenazas, chantajes, cortinas de humo e intentos por desviar la atención mediática; todo con la intención de que la postura que asuma el gobierno de Claudia Sheinbaum frente a Estados Unidos les garantice cierta inmunidad.
Desconfianza y chantaje
Las tribus que conforman Morena no confían en nadie y la figura del líder moral, que no resultó tan moral y muchos temen que la justicia lo alcance, se debilita, dando como resultado un partido confrontado cuyo golpeteo termina por afectar al gobierno de la República.
En este escenario, y como nuevo distractor, ya se habla de la sucesión presidencial, a pesar de que la administración de Sheinbaum no ha cumplido ni el primer año.
El mensaje fue discreto pero intencionado: o la presidenta se compromete a proteger a estos personajes o su presidencia podría verse truncada.
Vino de Gerardo Fernández Noroña, un personaje que no pertenece del todo a ese círculo, y que a lo largo de su carrera política y como activista había mostrado honestidad, pero también ingenuidad, torpeza y falta de visión. Lo confirma, al prestarse como portavoz de impresentables y terminar como un simple instrumento.
Fernández Noroña no fue precandidato presidencial por su talento ni por su carisma. Tampoco obtuvo la coordinación del Senado por su capacidad legislativa. Su presencia se debe a su disposición para servir a los intereses de los grupos que hoy están al borde del abismo. Lo usan pues.
El pasado lunes, en conferencia de prensa, habló del proyecto para 2030 y su eventual aspiración a la candidatura. Lo hizo a partir de una pregunta hecha a modo, basada en la encuesta que publicó El Financiero, en la que perfilan como posibles aspirantes a Marcelo Ebrard y Omar García Harfuch, funcionarios que se han destacado en el gobierno de Sheinbaum, principalmente por su relación y negociaciones con Estados Unidos.
El que se mueve no sale en la foto
Ebrard está involucrado en temas del T-MEC, aranceles y proyectos de desarrollo económico como el nearshoring, energía y telecomunicaciones. Ha sabido reorientar la política económica hacia los socios tradicionales, alejándose de China, un país privilegiado en la administración de AMLO y exhibiendo la corrupción y fracaso del primer gobierno de la 4T.
García Harfuch ha mantenido una estrecha coordinación con autoridades estadounidenses para combatir el crimen organizado en ambos lados de la frontera, con resultados tancontundentes como el desmantelamiento de laboratorios de fentanilo, que ahí estaban, aun cuando AMLO negaba su existencia.
Cuando el expresidente presumía haber acabado con el huachicol, Harfuch destruía bandas delictivas e instalaciones que lo contradecían. Como secretario de Seguridad, dejó de lado la pantomima de los abrazos y no balazos y puso al descubierto la complicidad de quienes abrazaban a los delincuentes.
La advertencia
Fernández Noroña prácticamente insinuó que esos dos funcionarios podrían no llegar vivos al 2030.
Para hacerlo, primero habló de sí mismo, diciendo que su principal proyecto a futuro es “seguir con vida”, dado que tiene 65 años. Luego lanzó la frase clave:
“Parece humor negro, pero ni siquiera sabemos si vamos a estar vivos, ¿no? Marcelo también es de mi rodada o sea que, en 2030 ya vamos a estar grandecitos. Y Omar García Harfuch tiene un trabajo… poquito peligroso”.
Aunque intentó matizar recordando que Sheinbaum apenas lleva un año en el poder, ya había dejado en el aire un perturbador mensaje: ¿quiso decir que la presidenta tampoco llegará al final de su mandato?
Porque omitió mencionar a otros, como su aliado y jefe en el Senado, Adán Augusto López; Ricardo Monreal; o el heredero absoluto Andy López Beltrán.
Por cierto, al hijo del expresidente se le acumulan los señalamientos, tanto por el fracaso d la elección del primero de junio como por presuntos conflictos con autoridades estadounidenses, relacionados con el huachicol y negocios con empresas chinas.
Se decía que estaba “muy calladito”, pero respondió reapareciendo en el municipio de Naucalpan para respaldar a un alcalde cercano a su círculo.
Los mensajes que manda el ala dura de Morena se hacen más evidentes conforme avanzan las investigaciones en EU. Lo más preocupante es que alguien como Fernández Noroña, que alguna vez se asumió como crítico de la corrupción, termine como mensajero adoptando el lamentable rol de defensor de lo indefendible.
X: @diaz_manuel