Dice el gobernador de Nuevo León, Samuel García, que la decisión de destinar los recursos del refrendo vehicular al DIF Capullos tiene que ver con una estrategia de Movimiento Ciudadano. La idea de los de naranja es desarrollar un programa de cultura tributaria donde hay que aplicarle una causa especifica al pago de un impuesto y esto sería mucho más receptivo.

Cuando escucho estas razones para desviar o aplicar los impuestos en programas no tradicionales salen muchos temas. Analicemos lo que dijo el gobernador de N.L., “Si el gobierno cobra por cobrar y no dice a dónde va, el ciudadano cree que se lo van a robar, si le dices que ciertos pagos, ciertos impuestos van a causas de niños, con más gusto pagan, es una estrategia de cultura tributaria”.

Lo que falta es transparencia y control en el uso de recursos públicos. En que se usa y cuando se usa para cada cosa. Falta tener un aparato auditor que compruebe que esos gastos fueron aplicados en los lugares correctos y con precios y costos competitivos.

Le falta especificar, detalladamente, al gobierno naranja como se ha gastado el presupuesto anterior y como se gastaría lo que se piensa asignar al DIF o al DIF Capullos. La semana pasada, la administración del estado de Nuevo León, anuncio que el refrendo vehicular iría al DIF Capullos un monto que se estima un más de 6 mil millones de pesos.

Haciendo comparaciones, el costo del nuevo estadio de los Rayados de Monterrey fue de alrededor de 200 millones de dólares. Podríamos jugar con la cotización de ese tiempo o no, pero solo para darnos una idea, 6 mil millones de pesos son como 356 millones 646 mil dólares. El valor de un estadio y medio de Rayados para aplicarlo solamente al DIF Capullos es para dejar las instalaciones más modernas del mundo con capacidades mayores a las de cualquier centro de integración familiar de cualquier país y aun así sobraría dinero.

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En ocasiones me parece que los dirigentes que elegimos no conocen o no entienden el valor del dinero. Pudiera parecer que compran siempre lo más costoso sin ser lo más funcional.

También es curioso que quieran aportar lo recaudado del refrendo vehicular y apostarlo a una sola carta. Sí, los apoyos a los niños del DIF son necesarios y probablemente han estado muy descuidados, pero montar esa bandera a la recaudación vehicular de este año da a muchas sospechas.

Si en la parte del proyecto Capullos ya van en la etapa dos, ¿cuánto más se necesita para terminar con el proyecto? ¿Qué van a hacer con el proyecto y cuánto cuesta?

Lo que no es plano, es chipotudo. Dice Samuel García “Que hayan llegado al extremo de que va a ser para la campaña de Mariana, es una banalidad de los contrarios. Oídos sordos a esas críticas banales”. El gran problema es que Mariana Rodríguez es la titular con licencia de la oficina “Amar a Nuevo León”, oficina todóloga que administra el proyecto del DIF Capullos. Se hablo de que era un título honorario pero el 13 de diciembre pidió licencia para poder ser precandidata.

Aplicar 356 millones de dólares a un proyecto del que no sabemos dónde se está aplicando es igual a lo que comento el mismo gobernador. Aplicar la carta de los niños complica el tema pues podrían decir “la vieja política no quiere apoyar a los niños” cuando no es así.

Hay muchas otras necesidades que tendrían impacto en un mayor porcentaje de la población. Pavimentar, iluminación, seguridad, agua entre otros temas que podrían ayudar a los mismos niños de Capullos.

Comparto que se aplique un porcentaje de esta contribución al DIF, pero con todo ese dinero hasta podrían convertir en real el imaginario estadio de los subcampeones de futbol mexicano.